'Está' en la Biblia

Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Entre.

traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza;

Entonces el rey dijo a Amán: Toma presto el manto y el caballo como has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que está sentado a la puerta del rey; no omitas nada de todo lo que has dicho.

Y respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para obrar así?

Y volvió el rey del huerto del palacio al aposento del banquete del vino, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿También iba a forzar la reina, estando conmigo en casa? Cuando esta palabra salió de la boca del rey, el rostro de Amán fue cubierto.

Y dijo Harbona, uno de los eunucos de delante del rey: He aquí también la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardochêo, el cual había hablado bien por el rey, está en casa de Amán. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.

Vosotros, pues, escribid acerca de los judíos como os parezca bien, en nombre del rey, y sellad{lo} con el anillo del rey; porque un decreto que está escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado.

Por esto llamaron a estos días Purim, del nombre Pur. Por todas las palabras pues de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre esto, y lo que llegó a su noticia,

establecieron y tomaron los judíos sobre sí, y sobre su simiente, y sobre todos los allegados a ellos, y no será traspasado, el celebrar estos dos días según está escrito en orden a ellos, y conforme a su tiempo cada año;

Y la reina Ester hija de Abihail, y Mardoqueo judío, escribieron con toda autoridad, para confirmar esta segunda carta de Purim.

Y toda la obra de su fortaleza, y de su valor, y la declaración de la grandeza de Mardoqueo, con que el rey le engrandeció, ¿no está escrito en el libro de los anales de los reyes de Media y de Persia?

Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días de sus banquetes, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.

Y dijo el SEÑOR a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante del SEÑOR.

y he aquí, vino un gran viento del otro lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y {ésta} cayó sobre los jóvenes y murieron; sólo yo escapé para contárte{lo.}

Y el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.

Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las locas, has hablado. Está bien: recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Allí está el chico y el grande; allí es el siervo libre de su señor.

¿{Por qué dar luz} al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado?

¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados de la polilla!

Y sabrás que tu tienda está segura, porque visitarás tu morada y no temerás pérdida alguna.

¿Es que mi ayuda no está dentro de mí, y está alejado de mí {todo} auxilio?

Desistid, por favor; que no haya injusticia; sí, desistid; en ello está aún mi justicia.

¿No está el hombre obligado a trabajar sobre la tierra? ¿{No son} sus días como los días de un jornalero?

Mi carne está vestida de gusanos, y de terrones de polvo; mi piel hendida y abominable.

Confía en su casa, pero {ésta} no se sostiene; se aferra a ella, pero {ésta} no perdura.

A manera de un árbol, está verde delante del sol, y sus renuevos salen sobre su huerto;

La tierra es entregada en manos de los impíos, y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él el que lo hace, ¿quién es? ¿Dónde está?

ESTA mi alma aburrida de mi vida: Daré yo suelta á mi queja sobre mí, Hablaré con amargura de mi alma.

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.

Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.

En su mano está el alma de todo viviente, y el espíritu de toda carne humana.

En el antiguo está la sabiduría, y en la larga edad la inteligencia.

Con él está la sabiduría y la fortaleza; suyo es el consejo y la inteligencia.

Con él está la fortaleza y la existencia; suyo es el que yerra, y el que hace errar.

Esta también será mi salvación, porque un impío no comparecería en su presencia.

Si sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti; tú le pusiste términos, de los cuales no pasará.

Pero el hombre muere y yace inerte. El hombre expira, ¿y dónde está?

Sellada está en un saco mi transgresión, y tienes cubierta mi iniquidad.

Ruidos de espanto hay en sus oídos, mientras está en paz, el destructor viene sobre él.

El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando a la espada.

Desasosegado viene a comer siempre, porque sabe que le está aparejado día de tinieblas.

Mi rostro está enlodado con lloro, y mis párpados entenebrecidos;

Por cierto aun ahora en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.

Mi aliento está corrompido, mis días son cortados, y me está aparejado el sepulcro.

{Algunos} convierten la noche en día, {diciendo:} ``La luz está cerca", en presencia de las tinieblas.

¿dónde está, pues, mi esperanza?, y mi esperanza ¿quién la verá?

Su cuerda está escondida en la tierra, y su torzuelo sobre la senda.

Se agota por el hambre su vigor, y la desgracia está presta a su lado.

y después desde esta mi piel rota, y desde mi propia carne tengo que ver a Dios.

como su propio estiércol perece para siempre; los que lo han visto dirán: `` ¿Dónde está?"

Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.

sus casas están libres de temor, y no está la vara de Dios sobre ellos.

He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.

sus ijares están repletos de grosura, húmeda está la médula de sus huesos,

Porque decís: `` ¿Dónde está la casa del noble, y dónde la tienda donde moraban los impíos?"

¿Por ventura Dios no está en la altura de los cielos? ¡Mira la altura de las estrellas, cómo son altas!

El les había llenado sus casas de bienes. Por tanto el consejo de los impíos está lejos de mí.

He aquí, me adelanto, y El no está {allí,} retrocedo, pero no le puedo percibir;

Porque El hace lo que está determinado para mí, y muchos {decretos} como éstos hay con El.

El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.

Porque para él la mañana es como densa oscuridad, pues está acostumbrado a los terrores de la densa oscuridad.

Pero El arrastra a los poderosos con su poder; cuando se levanta, nadie está seguro de la vida.

¿Por ventura sus ejércitos tienen número? ¿Y sobre quién no está su luz?

Desnudo está el Seol ante El, y el Abadón no tiene cobertura.

Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.

{El hombre} pone fin a las tinieblas, y hasta los límites más remotos escudriña la roca que está en lobreguez y densa oscuridad.

De la tierra viene el alimento, y abajo está revuelta como por fuego.

Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

El abismo dice: No está en mí; y el mar dijo: Ni conmigo.

¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.

Mi raíz está abierta junto a las aguas, y en mis ramas permanecerá rocío.

Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí.

Con la grande copia de materia mi vestidura está demudada; Cíñeme como el cuello de mi túnica.

Sin embargo ¿no extiende la mano {el que está} en un montón de ruinas, cuando clama en su calamidad?

Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se secaron con ardentía.

¡Quién me diera que alguien me oyera! Aquí está mi firma. ¡Que me responda el Todopoderoso! Y la acusación que ha escrito mi adversario,

De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, y está que se brote como licor. \'

Si pudieres, respóndeme: Dispón tus palabras, está delante de mí.

Cuando está quieto, ¿quién puede condenar{le?;} y cuando esconde su rostro, ¿quién puede contemplarle?; esto es, tanto nación como hombre,

Y ninguno dirá: ¿Dónde está Dios mi hacedor, que da canciones en la noche?

Cuánto menos cuando dices que no le contemplas, que la causa está delante de El y tienes que esperarle.

Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

Guárdate, no tornes á la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.

tú, cuyos vestidos están calientes cuando la tierra está en calma a causa del viento del sur?

¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?

¿Dónde está el camino en que se divide la luz, {o} el viento solano esparcido sobre la tierra?

El agua se endurece como la piedra, y aprisionada está la superficie del abismo.

Rebusca los montes para su pasto, y anda buscando todo lo que está verde.

Con ímpetu y furor corre sobre la tierra; y no se está quieto al sonido de la trompeta.

Ella habita y está en la piedra, en la cumbre del peñasco y de la roca.

Sus polluelos chupan la sangre; y donde hubiere muertos, allí está.

He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.

Si el río ruge, él no se alarma; tranquilo está, aunque el Jordán se lance contra su boca.

¿Lo capturará alguien cuando está vigilando? ¿Perforará {alguien su} nariz con garfios?

La una está tan cerca de la otra que el aire no puede penetrar entre ellas.

Pegado está el uno con el otro, están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

Las fallas de su carne están pegadas entre sí; está firme su carne en él, y no se mueve.

Antes en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.