'Maestro' en la Biblia
Y llegándose un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré á donde quiera que fueres.
Y viendo esto los Fariseos, dijeron á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de la familia llamaron Beelzebub, ¿cuánto más á los de su casa?
Entonces respondiendo algunos de los escribas y de los Fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.
Y como llegaron á Capernaum, vinieron á Pedro los que cobraban las dos dracmas, y dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
Y he aquí, uno llegándose le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
Y envían á él los discípulos de ellos, con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie, porque no tienes acepción de persona de hombres.
Diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y despertará simiente á su hermano.
Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley?
Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
Y él dijo: Id á la ciudad á cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos.
Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo. ¿Soy yo, Maestro? Dícele: Tú lo has dicho.
Y luego que llegó á Jesús, dijo: Salve, Maestro. Y le besó.
Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dicen: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?
Hablando aún él, vinieron de casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija es muerta; ¿para qué fatigas más al Maestro?
Entonces respondiendo Pedro, dice á Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres pabellones: para ti uno, y para Moisés otro, y para Elías otro;
Y respondiendo uno de la compañía, dijo: Maestro, traje á ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
Y respondióle Juan, diciendo: Maestro, hemos visto á uno que en tu nombre echaba fuera los demonios, el cual no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos sigue.
Y saliendo él para ir su camino, vino uno corriendo, é hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
El entonces respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto he guardado desde mi mocedad.
Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se llegaron á él, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos.
Y respondiendo Jesús, le dice: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dice: Maestro, que cobre la vista.
Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.
Y viniendo ellos, le dicen: Maestro, sabemos que eres hombre de verdad, y que no te cuidas de nadie; porque no miras á la apariencia de hombres, antes con verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es lícito dar tributo á César, ó no? ¿Daremos, ó no daremos?
Maestro, Moisés nos escribió, que si el hermano de alguno muriese, y dejase mujer, y no dejase hijos, que su hermano tome su mujer, y levante linaje á su hermano.
Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;
Y SALIENDO del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Y como vino, se acercó luego á él, y le dice: Maestro, Maestro. Y le besó.
Y vinieron también publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; mas en tu palabra echaré la red.
El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro.
Y llegándose á él, le despertaron, diciendo: Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él increpó al viento y á la tempestad del agua; y cesaron, y fué hecha bonanza.
Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga á decirle: Tu hija es muerta, no des trabajo al Maestro.
Y aconteció, que apartándose ellos de él, Pedro dice á Jesús: Maestro, bien es que nos quedemos aquí: y hagamos tres pabellones, uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías; no sabiendo lo que se decía.
Y he aquí, un hombre de la compañía clamó, diciendo: Maestro, ruégote que veas á mi hijo; que es el único que tengo:
Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto á uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.
Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?
Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas á nosotros.
Y díjole uno de la compañía: Maestro, di á mi hermano que parta conmigo la herencia.
Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
Y preguntóle un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Entonces algunos de los Fariseos de la compañía, le dijeron: Maestro, reprende á tus discípulos.
Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto á persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad.
Diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y muriere sin hijos, que su hermano tome la mujer, y levante simiente á su hermano.
Y respondiéndole unos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas hayan de comenzar á ser hechas?
Y decid al padre de la familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer la pascua con mis discípulos?
Y volviéndose Jesús, y viéndolos seguir le, díceles: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabbí (que declarado quiere decir Maestro) ¿dónde moras?
Este vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con él.
Respondió Jesús, y díjole: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?
Dícenle: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando;
Y esto dicho, fuése, y llamó en secreto á María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
Vosotros me llamáis, Maestro, y, Señor: y decís bien; porque lo soy.
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos á los otros.
Dícele Jesús: María! Volviéndose ella, dícele: Rabboni! que quiere decir, Maestro.
Enseñador de los que no saben, maestro de niños, que tienes la forma de la ciencia y de la verdad en la ley:
Del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los Gentiles.
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