'Oh' en la Biblia
Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la sepultura; los varones sanguinarios y engañadores no vivirán ni la mitad de sus días; pero yo confiaré en ti.
Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.
Me devoran mis enemigos cada día; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.
Sobre mí, oh Dios, están tus promesas; te tributaré alabanzas.
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.
Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y diré salmos.
Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana.
Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.
Por ventura oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de Adán?
Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh SEÑOR, las muelas de los leoncillos.
Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí fuertes sin rebelión mía, y sin pecado mío, oh SEÑOR.
Mas tú, oh SEÑOR, te ríes de ellos; te burlas de todas las naciones.
No los matarás, para que mi pueblo no se olvide; hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos, oh SEÑOR, escudo nuestro,
Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas; porque mi baluarte es Dios, el Dios que me muestra misericordia.
Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado: vuélvete a nosotros.
Moab, la vasija de mi lavatorio; sobre Edom echaré mi zapato; triunfa por razón de mí, oh Filistea.
Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; y tú, oh Dios, que no salías con nuestras armadas.
Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende.
Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu Nombre.
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro amparo. (Selah.)
Y de ti, oh Señor, es la misericordia: Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra.
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.
Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.
En ti reposa la alabanza, oh Dios, en Sión; y a ti se pagará el voto.
¿Oh tú, que escuchas la oración! Hasta ti viene todo hombre.
Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.
Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
Porque tú nos probaste, oh Dios; nos afinaste como se afina la plata.
Alábente los pueblos, oh Dios; Alábente todos los pueblos.
Alábente los pueblos, oh Dios: Alábente todos los pueblos.
Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, (Selah,)
Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.
Tu compañía estaba en ella; por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
¿Por qué saltasteis, oh montes altos? Este monte amó Dios para su asiento; ciertamente el SEÑOR habitará en él para siempre.
Vieron tus caminos, oh Dios; los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
Tu Dios ha ordenado tu fuerza; confirma, oh Dios, lo que has obrado en nosotros.
Cantad a Dios, oh reinos de la tierra; cantad alabanzas al Señor. (Selah)
Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios; el Dios de Israel, él da fortaleza y fuerzas a su pueblo. Bendito el Dios.
Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
Oh Dios, tú conoces mi insensatez, y mis transgresiones no te son ocultas.
No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor DIOS de los ejércitos; no sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.
Respóndeme, oh SEÑOR, pues buena es tu misericordia; vuélvete a mí, conforme a tu inmensa compasión,
Y yo pobre y dolorido, tu salud, oh Dios, me defenderá.
Oh Dios, acude a librarme; apresúrate, oh Dios, a socorrerme.
Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.
En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo confundido para siempre.
Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud.
Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto a mi socorro.
Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora; manifestaré tus maravillas.
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.
Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel.
Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.
Como un sueño del que despierta, oh Señor, cuando te levantes, despreciarás su apariencia.
¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué ha humeado tu furor contra las ovejas de tu prado?
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu Nombre?
Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el loco te injuria cada día.
Te alabaremos, oh Dios, alabaremos; que cercano está tu Nombre; cuenten tus maravillas.
Por tu reprensión, oh Dios de Jacob, el carro y el caballo fueron adormecidos.
Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah.)
Oh Dios, en santidad es tu camino: ¿Qué Dios grande como el Dios nuestro?
Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos.
Oh Dios, vinieron los gentiles a tu heredad; contaminaron el templo de tu santidad; pusieron a Jerusalén en montones.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Has de estar airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?
Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre.
Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos de su deshonra, con que te han deshonrado, oh SEÑOR.
Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.
Oh Dios, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado contra la oración de tu pueblo?
Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid,
Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, haznos tornar; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Oye, pueblo mío, y te amonestaré. ¿Oh Israel, si tú me oyeras!
¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos!
Levántate, oh Dios, juzga la tierra; porque tú heredarás todos los gentiles.
Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Oh Dios mío, ponlos como polvo en remolino; como paja ante el viento.
Llena sus rostros de vergüenza; y busquen tu Nombre, oh SEÑOR.
¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos!
Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
SEÑOR Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob (Selah.)
Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu Ungido.
Oh SEÑOR de los ejércitos, ¿cuán bienaventurado es el hombre que en ti confía!
Fuiste propicio a tu tierra, oh SEÑOR; volviste la cautividad de Jacob.
Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
Muéstranos, oh SEÑOR, tu misericordia, y danos tu salud.
Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y óyeme; porque estoy pobre y menesteroso.
Guarda mi alma, porque soy misericordioso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.
Ten misericordia de mí, oh SEÑOR; porque a ti clamo cada día.
Alegra el alma de tu siervo; porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos.
Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay otro que haga tus obras.
Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, oh Señor; y glorificarán tu nombre.
Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (8)
- Éxodo (7)
- Números (9)
- Deuteronomio (18)
- Josué (2)
- Jueces (7)
- 1 Samuel (9)
- 2 Samuel (27)
- 1 Reyes (18)
- 2 Reyes (12)
- 1 Crónicas (16)
- 2 Crónicas (17)
- Esdras (3)
- Nehemías (7)
- Ester (1)
- Job (14)
- Salmos (354)
- Proverbios (6)
- Cantares (31)
- Isaías (78)
- Jeremías (80)
- Lamentaciones (17)
- Ezequiel (28)
- Daniel (32)
- Oseas (12)
- Joel (4)
- Amós (9)
- Abdías (1)
- Jonás (4)
- Miqueas (10)
- Nahúm (2)
- Habacuc (4)
- Sofonías (4)
- Hageo (1)
- Zacarías (11)
- Malaquías (5)