'Ojos' en la Biblia
La rebelión del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio.
Porque me ha librado de toda angustia, y sobre mis enemigos vieron mis ojos el deseo de El.
El se enseñorea con su fortaleza para siempre; sus ojos atalayan sobre los gentiles; los rebeldes no serán ensalzados. (Selah.)
He trabajado llamando, mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
Sean oscurecidos sus ojos para ver, y haz siempre titubear sus lomos.
De engaño y de fraude redimirá sus almas; y la sangre de ellos será preciosa en sus ojos.
Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón.
Pensaré pues para entender esto; es a mis ojos duro trabajo.
Tenías los párpados de mis ojos abiertos; estaba yo quebrantado, y no hablaba.
Porque dirán los gentiles: ¿Dónde está su Dios? Sea notorio en los gentiles, delante de nuestros ojos, la venganza de la sangre de tus siervos, que se ha derramado.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu Ungido.
Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh SEÑOR, cada día he extendido a ti mis manos.
Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó, y como la vela de la noche.
Ciertamente con tus ojos mirarás, y verás la recompensa de los impíos.
Y miraron mis ojos mi deseo sobre mis enemigos; oyeron mis oídos mi deseo de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
El SEÑOR ha hecho notoria su salud; en ojos de los gentiles ha descubierto su justicia.
No pondré cosa de Belial delante de mis ojos; hacer traiciones aborrecí; no se allegarán a mí.
Al detractor de su prójimo a escondidas, a éste cortaré; al altivo de ojos, y de corazón vanidoso, a éste no puedo sufrir.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que asienten conmigo; el que anduviere en el camino de la perfección, éste me servirá.
No habitará en medio de mi casa el que hace engaño; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
Tienen boca, mas no hablarán; tienen ojos, mas no verán;
Porque has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.
Estimada es en los ojos del SEÑOR la muerte de sus misericordiosos.
De parte del SEÑOR es esto, es maravilla en nuestros ojos.
8 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tu palabra.
Destapa mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.
Desfallecieron mis ojos por tu dicho, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.
Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos.
Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
SEÑOR, mi corazón no se ha envanecido, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas maravillosas más de lo que me pertenecía.
no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven;
Tus ojos vieron mi cuerpo aun imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos.
Por tanto a ti, oh DIOS el Señor, miran mis ojos; en ti he confiado, no desampares mi alma.
Ayin Los ojos de todas las cosas esperan a ti, y tú les das su comida en su tiempo.
el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos.
Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave;
y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios y de los hombres.
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo;
También yo fui hijo para mi padre, tierno y único a los ojos de mi madre,
No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.
Tus ojos miren lo recto, y tus párpados enderecen tu camino delante de ti.
Como cierva de amores y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor andarás ciego de continuo, sin fijar tus ojos en nadie más.
Pues que los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR, ¡y él pesa todas sus veredas!
No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento.
guiña con sus ojos, habla con sus pies, enseña con sus dedos;
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente,
No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos;
Guarda mis mandamientos, y vivirás; y mi ley como las niñas de tus ojos.
Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.
El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio.
Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.
La luz de los ojos alegra el corazón; y la buena fama engorda los huesos.
Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos, pero el SEÑOR sondea los espíritus.
cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.
Piedra preciosa es el soborno en ojos de sus dueños; a dondequiera que se vuelve, da prosperidad.
En el rostro del entendido aparece la sabiduría; mas los ojos del loco manifiestan su locura hasta el cabo de la tierra.
El rey que se sienta sobre el trono del juicio, disipa con sus ojos todo mal.
No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan.
Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, pero el SEÑOR sondea los corazones.
Altivez de ojos, y orgullo de corazón, que es la lámpara de los impíos, es pecado.
El alma del impío desea el mal; su prójimo no halla favor a sus ojos.
Los ojos del SEÑOR miran por la ciencia; mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.
¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo.
Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.
¿Para quién será el ay? ¿Para quién el ay? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
Tus ojos mirarán las extrañas, y tu corazón hablará perversidades.
porque mejor es que se te diga: Sube acá, que no que seas abajado delante del príncipe a quien han mirado tus ojos.
Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio ante sus propios ojos.
El perezoso es más sabio ante sus propios ojos que siete que den una respuesta discreta.
El Seol y el infierno nunca se sacian; así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
El rico es sabio ante sus propios ojos, mas el pobre que es entendido, lo sondea.
El que da al pobre, nunca tendrá pobreza; mas el que del pobre aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.
El pobre y el usurero se encontraron; el SEÑOR alumbra los ojos de ambos.
Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados.
Todas las cosas andan en trabajo más de lo que el hombre pueda decir; los ojos nunca se sacian de ver, ni los oídos de oír.
No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.
Es el hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni aun sus ojos se sacian de sus riquezas, ni piensa: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
Cuando los bienes se aumentan, también se aumentan los que los comen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?
Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
En el día del bien goza del bien; y en el día del mal abre los ojos y aprende. Dios también hizo esto (el día del mal) delante de lo otro, para que el hombre no halle nada después de él.
No seas demasiado legalista ni muy sabio en tus propios ojos, ¿por qué te destruirás?
Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).
Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol;
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.
Sus ojos, son como palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche; como palomas que están junto a la abundancia.
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