'Un' en la Biblia
Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, Cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto á ti.
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.
El un día emite palabra al otro día, Y la una noche á la otra noche declara sabiduría.
Y él, como un novio que sale de su tálamo, Alégrase cual gigante para correr el camino.
Del un cabo de los cielos es su salida, Y su giro hasta la extremidad de ellos: Y no hay quien se esconda de su calor.
Secóse como un tiesto mi vigor, Y mi lengua se pegó á mi paladar; Y me has puesto en el polvo de la muerte.
Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
He sido olvidado de su corazón como un muerto: He venido á ser como un vaso perdido.
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: Los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
El junta como en un montón las aguas de la mar: El pone en depósitos los abismos.
Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa hicieron hoyo para mi alma.
Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.
Mas yo, como si fuera sordo no oía; Y estaba como un mudo, que no abre su boca.
Fuí pues como un hombre que no oye, Y que en su boca no tiene reprensiones.
E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso; Y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Un abismo llama á otro á la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él:
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa.
Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.
Cómo han sido asolados! cuán en un punto! Acabáronse, fenecieron con turbaciones.
Rompió la mar, é hízolos pasar; E hizo estar las aguas como en un montón.
Empero hizo salir á su pueblo como ovejas, Y llevólos por el desierto, como un rebaño.
Entonces despertó el Señor á la manera del que ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino:
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
Tú quebrantaste á Rahab como á un muerto: Con el brazo de tu fortaleza esparciste á tus enemigos.
Entonces hablaste en visión á tu santo, Y dijiste: Yo he puesto el socorro sobre valiente; He ensalzado un escogido de mi pueblo.
Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. (Selah.)
Porque todos nuestros días declinan á causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento.
Jehová Dios nuestro, tú les respondías: Tú les fuiste un Dios perdonador, Y vengador de sus obras.
Ellos perecerán, y tú permanecerás; Y todos ellos como un vestido se envejecerán; Como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados:
Y anduvieron de gente en gente, De un reino á otro pueblo.
Envió un varón delante de ellos, A José, que fué vendido por siervo.
Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los secadales como un río.
Y reprendió al mar Bermejo, y secólo; E hízoles ir por el abismo, como por un desierto.
Así trocaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba.
En verdad que me he comportado y he acallado mi alma, Como un niño destetado de su madre: Como un niño destetado está mi alma.
Sea enderezada mi oración delante de ti como un perfume, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.
Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo. Que no me herirá la cabeza: Así que aun mi oración tendrán en sus calamidades.
Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; Nuestras hijas como las esquinas labradas á manera de las de un palacio;
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