Yo sé que mi Redentor (Defensor) vive, Y al final se levantará sobre el polvo.

Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, {Sólo} he escapado con la piel de mis dientes.

Tengan piedad, tengan piedad de mí, ustedes mis amigos, Porque la mano de Dios me ha herido.

¿Por qué me persiguen como Dios {lo hace}, Y no dejan ya de saciarse de mi carne?

¡Si con cincel de hierro y con plomo Fueran esculpidas en piedra para siempre!

Al cual yo mismo contemplaré, Y a quien mis ojos verán y no {los de} otro. ¡Desfallece mi corazón dentro de mí!

Si dicen: ` ¿Cómo lo perseguiremos?' Y: ` ¿Qué pretexto hallaremos contra él?'

Y después de deshecha mi piel, Aun en mi carne veré a Dios;

Teman la espada ustedes mismos, Porque el furor {trae} el castigo de la espada Para que sepan que hay juicio."

Entonces Job respondió:

¡Oh, si mis palabras se escribieran, Si se grabaran en un libro!

`` ¿Hasta cuándo me angustiarán Y me aplastarán con palabras?

Todos mis compañeros me aborrecen, Y los que amo se han vuelto contra mí.

Me destruye por todos lados, y perezco, Y como a un árbol ha arrancado mi esperanza.

El ha alejado de mí a mis hermanos, Y mis conocidos se han apartado completamente de mí.

Aunque en verdad yo haya errado, Mi error queda conmigo.

Se concentran a una Sus ejércitos, Preparan su camino (terraplén) {de asalto} contra mí, Y alrededor de mi tienda acampan.

Mis parientes {me} fallaron Y mis íntimos amigos me han olvidado.

Me ha despojado de mi honor Y quitado la corona de mi cabeza.

Si en verdad se jactan contra mí, Y comprueban mi oprobio,

Yo grito: ` ¡Violencia!,' pero no obtengo respuesta; Clamo pidiendo ayuda, pero no hay justicia.

Mi aliento es odioso a mi mujer, Y soy repugnante a mis propios hermanos.

Sepan ahora que Dios me ha agraviado Y me ha envuelto en Su red.

Estas diez veces me han insultado, ¿No les da vergüenza perjudicarme?

El ha amurallado mi camino y no puedo pasar, Y ha puesto tinieblas en mis sendas.

Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño, Extranjero soy a sus ojos.

Hasta los niños me desprecian, Me levanto, y hablan contra mí.

Llamo a mi siervo, y no responde, Con mi propia boca tengo que rogarle.

También ha encendido Su ira contra mí Y me ha considerado Su enemigo.