Nada le quedó por devorar, Por eso no dura su prosperidad.

En la plenitud de su abundancia estará en estrechez; La mano de todo el que sufre vendrá {contra} él.

Completas tinieblas están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado lo devorará, Y consumirá al que quede en su tienda.

Cuando llene su vientre, {Dios} enviará contra él el ardor de Su ira Y {la} hará llover sobre él mientras come.

Las riquezas de su casa se perderán; Serán arrasadas en el día de Su ira.

Tal vez huya del arma de hierro, {Pero} el arco de bronce lo atravesará.

Los cielos revelarán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.

Entonces Zofar, el Naamatita respondió:

{La flecha} lo traspasa y sale por su espalda, Y la punta relumbrante por su hiel. Vienen sobre él terrores,

Es breve el júbilo de los malvados, Y un instante dura la alegría del impío?

Esta es la porción de Dios para el hombre impío, Y la herencia decretada por Dios para él."

Aunque el mal sea dulce en su boca, {Y} lo oculte bajo su lengua,

Chupa veneno de cobras, Lengua de víbora lo mata.

Huye como un sueño, y no lo pueden encontrar, Y como visión nocturna es ahuyentado.

Pues ha oprimido {y} abandonado a los pobres; Se ha apoderado de una casa que no construyó.

¿Acaso sabes esto, que desde la antigüedad, Desde que el hombre fue puesto sobre la tierra,

He escuchado la reprensión que me insulta, Y el espíritu de mi entendimiento me hace responder.

``Por esto mis pensamientos me hacen responder, A causa de mi inquietud interior.

Porque no conoció quietud en su interior, No retiene nada de lo que desea.

{Con todo} la comida en sus entrañas se transforma En veneno de cobras dentro de él.

Como su propio estiércol perece para siempre; Los que lo han visto dirán: ` ¿Dónde está?'

No mira a los arroyos, A los ríos que fluyen miel y cuajada.

Traga riquezas, Pero las vomitará; De su vientre se las hará echar Dios.

{aunque} lo desee y no lo deje ir, Sino que lo retenga en su paladar,

Sus huesos están llenos de vigor juvenil, {Pero} yacen con él en el polvo.

Devuelve lo que ha ganado, No {lo} puede tragar; En cuanto a las riquezas de su comercio, No {las} puede disfrutar.

Aunque su orgullo llegue a los cielos, Y su cabeza toque las nubes,

Sus hijos favorecen a los pobres, Y sus manos devuelven sus riquezas.

El ojo que lo veía, ya no lo ve, Y su lugar no lo contempla más.