75 casos

'Dejó' en la Biblia

Y concibió ota vez, y parió un hijo, y dijo: Esta vez alabaré á Jehová: por esto llamó su nombre Judá: y dejó de parir.

Y dejó todo lo que tenía en mano de José; ni con él sabía de nada más que del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.

Y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto á mí su ropa, y huyó, y salióse fuera.

Y como yo alcé mi voz y grite, él dejó su ropa junto á mí, y huyó fuera.

Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, á causa de la circuncisión.

Mas Faraón agravó aún esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.

Mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.

Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir á los hijos de Israel; como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.

Entonces Jehová dijo á Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para langosta, á fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó.

Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los Filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Que quizá no se arrepienta el pueblo cuando vieren la guerra, y se vuelvan á Egipto:

Mas Sehón no dejó pasar á Israel por su término: antes juntó Sehón todo su pueblo, y salió contra Israel en el desierto: y vino á Jahaz, y peleó contra Israel.

Tampoco yo echaré más de delante de ellos á ninguna de aquestas gentes que dejó Josué cuando murió;

Por esto dejó Jehová aquellas gentes, y no las desarraigó luego, ni las entregó en mano de Josué.

ESTAS, pues, son las gentes que dejó Jehová para probar con ellas á Israel, á todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelech, y quebróle los cascos.

Y ACONTECIO después de días, que en el tiempo de la siega del trigo, Samsón visitó á su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré á mi mujer á la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.

Y viendo Noemi que estaba tan resuelta á ir con ella, dejó de hablarle.

Y Saúl dejó de seguir á los Filisteos; y los Filisteos se fueron á su lugar.

Y Samuel dijo: Como tu espada dejó las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos á Agag delante de Jehová en Gilgal.

Y David dejó de sobre sí la carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al escuadrón; y llegado que hubo, preguntaba por sus hermanos, si estaban buenos.

Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver á casa de su padre.

David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y saliéronse de Keila, y fuéronse de una parte á otra. Y vino la nueva á Saúl de como David se había escapado de Keila; y dejó de salir.

Y tomó David de ellos mil y setecientos de á caballo, y veinte mil hombres de á pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto cien carros de ellos que dejó.

Y como Absalom lo importunase, dejó ir con él á Amnón y á todos los hijos del rey.

El rey entonces salió, con toda su familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres concubinas para que guardasen la casa.

Y Achitophel dijo á Absalom: Entra á las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible á tu padre, y así se esforzarán las manos de todos los que están contigo.

Tomando luego Rispa hija de Aja un saco, tendióselo sobre un peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó á ninguna ave del cielo asentarse sobre ellos de día, ni bestias del campo de noche.

Y dejó Salomón sin inquirir el peso del metal de todos los vasos, por la grande multitud de ellos.

Y oyendo esto Baasa, dejó de edificar á Rama, y estúvose en Thirsa.

Viendo pues el peligro, levantóse y fuése por salvar su vida, y vino á Beer-seba, que es en Judá, y dejó allí su criado.

Y preguntando el rey á la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le dió un eunuco, diciéndole: Hazle volver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de la tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.

Y dejó á Jehová el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de Jehová.

Mas de los pobres de la tierra dejó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, para que labrasen las viñas y las tierras.

Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador á Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Saphán.

Y Saharaim engendró hijos en la provincia de Moab, después que dejó á Husim y á Baara que eran sus mujeres.

Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, á Asaph y á sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día:

Y tomóles David mil carros, y siete mil de á caballo, y veinte mil hombres de á pie: y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.

Y respondióles el rey ásperamente; pues dejó el rey Roboam el consejo de los viejos,

Y COMO Roboam hubo confirmado el reino, dejó la ley de Jehová, y con él todo Israel.

Y oyendo esto Baasa, cesó de edificar á Rama, y dejó su obra.

Entonces el ejército dejó los cautivos y la presa delante de los príncipes y de toda la multitud.

Empero en lo de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron á él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.

Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres;

Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fué la tierra de ellos por la ira del opresor, y por el furor de su saña.

Allí gritaron: Faraón rey de Egipto, rey de revuelta: dejó pasar el tiempo señalado.

Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para viñadores y labradores.

Y no dejó sus fornicaciones de Egipto: porque con ella se echaron en su mocedad, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación.

Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó.

Entonces llegando él, la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la calentura, y les servía.

Como el hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad á sus siervos, y á cada uno su obra, y al portero mandó que velase:

E inclinándose hacia ella, riñó á la fiebre; y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les servía.

Y había allí un hato de muchos puercos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y los dejó.

Y entrado en casa, no dejó entrar á nadie consigo, sino á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y al padre y á la madre de la moza.

Dejó á Judea, y fuése otra vez á Galilea.

Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres:

Entonces él les preguntó á qué hora comenzó á estar mejor. Y dijéronle: Ayer á las siete le dejó la fiebre.

Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.

Y llegó á Efeso, y los dejó allí: y él entrando en la sinagoga, disputó con los Judíos,

Mas al cabo de dos años recibió Félix por sucesor á Porcio Festo: y queriendo Félix ganar la gracia de los Judíos, dejó preso á Pablo.

Por lo cual si quisiere gloriarme, no seré insensato: porque diré verdad: empero lo dejo, porque nadie piense de mí más de lo que en mí ve, ú oye de mí.

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