241 casos

'Muertos' en la Biblia

Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos y saquearon la ciudad; por cuanto habían amancillado a su hermana.

Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.

Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.

Os serán, pues, en abominación: de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos.

Y por estas cosas seréis inmundos: cualquiera que tocare a sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde:

Y cualquiera que llevare algo de sus cuerpos muertos, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde.

Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo cualquiera que ande sobre sus garras: cualquiera que tocare sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde.

Y el que llevare sus cuerpos muertos, lavará sus vestiduras, y será inmundo hasta la tarde: habéis de tenerlos por inmundos.

Estos tendréis por inmundos de entre todos los animales; cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos, será inmundo hasta la tarde.

Y todo aquello sobre que cayere alguno de ellos después de muertos, será inmundo; así vaso de madera, como vestido, o piel, o saco, cualquier instrumento con que se hace obra, será metido en agua, y será inmundo hasta la tarde, y así será limpio.

Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas, serán limpias: mas lo que hubiere tocado en sus cuerpos muertos será inmundo.

Y si parte de sus cuerpos muertos cayere sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.

Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y parte de sus cuerpos muertos cayere sobre ella, la tendréis por inmunda.

Y cualquiera que se acostare con la esposa de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.

Y cualquiera que tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella viere la suya, cosa detestable es; por tanto serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo: descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará.

Y destruiré vuestros lugares altos, y talaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará;

Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por el asunto de Coré.

Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros somos perdidos.

He aquí el pueblo, que como león se levantará, y como león se erguirá: No se echará hasta que coma la presa, y beba la sangre de los muertos.

Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián: Evi, y Requem, y Zur, y Hur, y Reba, cinco reyes de Madián; a Balaam también, hijo de Beor, mataron a espada.

ni puerco; porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.

No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he ofrecido para los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado.

Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada devorará carne: En la sangre de los muertos y de los cautivos, desde sus cabezas; en venganzas sobre el enemigo.

Mas Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos éstos, muertos delante de Israel; Desjarretarás sus caballos y sus carros quemarás a fuego.

Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.

Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.

Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.

Y el mensajero respondió, y dijo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, son muertos, y el arca de Dios fue tomada.

Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa.

Y los de Israel que estaban al otro lado del valle, y al otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.

Y aconteció el siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa;

Y David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron.

Sin la sangre de los muertos, sin la grosura de valientes, el arco de Jonatán nunca volvió atrás, ni la espada de Saúl volvió vacía.

Por tanto, ahora no ponga mi señor el rey en su corazón esa voz que dice: Todos los hijos del rey han sido muertos; porque sólo Amnón ha sido muerto.

amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman: porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy echo de ver que si Absalón viviera, bien que nosotros todos estuviéramos hoy muertos, entonces estarías contento.

y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová: y murieron juntos aquellos siete, lo cuales fueron muertos en el tiempo de la siega, en los primeros días, en el principio de la siega de las cebadas.

Y sucedió que cuando David estaba en Edom, y Joab, el general del ejército, subió a enterrar a los muertos y mató a todos los varones de Edom

Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, todo era cuerpos de muertos.

Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.

Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades y huyeron, y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.

Y sucedió que al día siguiente, cuando los filisteos vinieron a despojar los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.

Y luego que vino Judá a la atalaya del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, ninguno había escapado.

Porque vendidos estamos yo y mi pueblo para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Y si para ser siervos y siervas fuéramos vendidos, yo callaría, aunque el enemigo no compensaría el daño del rey.

El mismo día vino la cuenta de los muertos en Susán residencia regia, delante del rey.

libre entre los difuntos, como los muertos que yacen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.

¿Mostrarás maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah)

Porque el enemigo ha perseguido mi alma; ha postrado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.

Porque a muchos ha hecho caer heridos; y aun los hombres más fuertes han sido muertos por ella.

El hombre que se extravía del camino de la sabiduría, vendrá a parar en la compañía de los muertos.

Y alabé yo a los muertos, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que aún están con vida.

Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal y de enloquecimiento en su corazón durante su vida; y después, se van a los muertos.

Y cuando os dijeren: Consultad a los que evocan a los muertos y a los adivinos, que susurran y murmuran, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?

Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

El infierno abajo se espantó de ti, al recibirte en tu venida; te despertó a los muertos, aun a todos los príncipes de la tierra; hizo levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.

Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago abominable, como ropa de muertos atravesados a espada, que descienden hasta las piedras de la fosa; como un cadáver pisoteado.

Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.

Muertos son, no vivirán; han fallecido, no se levantarán; porque los visitaste y destruiste, e hiciste que pereciera toda su memoria.

Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para castigar la maldad de los moradores de la tierra; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más a sus muertos.

¿Acaso lo ha herido, como Él hirió a quien lo hirió? ¿O ha sido muerto como los que en la matanza por Él fueron muertos?

Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.

Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.

Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a toda carne; y los muertos de Jehová serán multiplicados.

Habla: Así dice Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.

Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en una tierra que no conocen.

Mas primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque contaminaron mi tierra con los cuerpos muertos de sus abominaciones, y de sus abominaciones llenaron mi heredad.

Y en aquel día los muertos por Jehová estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no se endecharán, ni se recogerán, ni serán enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.

Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

(Porque vinieron para pelear con los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues yo escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su maldad.)

los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán para comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra.

Y la cisterna en que echó Ismael todos los cadáveres de los hombres que él había matado a causa de Gedalías, era la misma que el rey Asa había hecho a causa de Baasa, rey de Israel; la llenó de muertos Ismael, hijo de Netanías.

Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.

Por tanto, he aquí vienen días que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.

Como Babilonia causó que los muertos de Israel cayesen, así en Babilonia caerán los muertos de toda la tierra.

Mira, oh Jehová, y considera a quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres su fruto, los pequeñitos de sus crías? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?

Me asentó en oscuridades, como los ya muertos de mucho tiempo.

Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre; porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.

Y vuestros altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas: y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos.

Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos; y vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares.

Y los muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jehová.

Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, en todo collado alto, y en todas las cumbres de los montes, y debajo de todo árbol frondoso, y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron olor agradable a todos sus ídolos.

Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, e hirieron en la ciudad.

Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la caldera; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.

Tú, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano con otra, y se duplicará la espada la tercera vez, la espada de muertos; ésta es la espada de la gran matanza que los traspasará,

Porque pestilencia enviaré a ella, y sangre en sus calles; y caerán muertos en medio de ella; con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.

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