'Rs' en la Biblia
- 1.Mateo 3:15-Mateo 7:14
- 2.Mateo 7:15-Mateo 11:25
- 3.Mateo 11:26-Mateo 15:14
- 4.Mateo 15:16-Mateo 20:9
- 5.Mateo 20:10-Mateo 23:29
- 6.Mateo 23:30-Mateo 25:41
- 7.Mateo 25:42-Marcos 4:24
- 8.Marcos 4:25-Marcos 10:12
- 9.Marcos 10:14-Marcos 13:36
- 10.Marcos 13:37-Lucas 6:48
- 11.Lucas 6:49-Lucas 10:32
- 12.Lucas 10:33-Lucas 12:51
- 13.Lucas 12:52-Lucas 16:9
- 14.Lucas 16:10-Lucas 19:31
- 15.Lucas 19:40-Lucas 22:70
- 16.Lucas 23:3-Juan 5:40
- 17.Juan 5:41-Juan 8:49
- 18.Juan 8:50-Juan 13:31
- 19.Juan 13:32-Juan 17:8
- 20.Juan 17:9-Apocalipsis 2:7
- 21.Apocalipsis 2:8-Apocalipsis 22:20
Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?
¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina?
Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.
Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios {y} calumnias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echár{selo} a los perrillos.
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento.
Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, {les} dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.
Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos.
Pero respondiendo El, les dijo: Al caer la tarde decís: ``{Hará} buen tiempo, porque el cielo está rojizo."
Y por la mañana: ``Hoy {habrá} tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador." ¿Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no podéis {discernir} las señales de los tiempos?
Una generación perversa y adúltera busca señal, y no se le dará señal, sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.
Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.
Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan?
¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis?
¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?
¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque {esto} no te {lo} reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos.
Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¿Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?
Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCES RECOMPENSARA A CADA UNO SEGUN SU CONDUCTA.
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.
Entonces se {les} acercó Jesús, y tocándolos, dijo: Levantaos y no temáis.
Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó, diciendo: No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos.
Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas;
pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer {a manos} de ellos.
Respondiendo Jesús, dijo: ¿Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá.
Y El les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: ``Pásate de aquí allá", y se pasará; y nada os será imposible.
Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.
Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.
El dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?
Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos.
Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un estáter; tómalo y dáselo por ti y por mí.
y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.
Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de {las que mueve un} asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.
¿Ay del mundo por {sus} piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno.
Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.
Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.
Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?
Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado.
Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.
Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
Pero si no {te} escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS.
Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos.
En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan {aquí} en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
Y al comenzar a ajustar{las,} le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
Pero no teniendo él {con qué} pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda.
Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.
Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, {lo} ahogaba, diciendo: ``Paga lo que debes."
Entonces su consiervo, cayendo {a sus pies,} le suplicaba, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y te pagaré."
Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: ``Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.
`` ¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?"
Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.
Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.
Y respondiendo {Jesús,} dijo: ¿No habéis leído que aquel que {los} creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA,
y añadió: ``POR ESTA RAZON EL HOMBRE DEJARA A {su} PADRE Y A {su} MADRE Y SE UNIRA A SU MUJER, Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNE"?
Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
El les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio.
Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.
Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino {sólo} aquellos a quienes les ha sido dado.
Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y {también} hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar {esto,} que {lo} acepte.
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos.
Y El le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? {Sólo} Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos.
El le dijo*: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: NO MATARAS; NO COMETERAS ADULTERIO; NO HURTARAS; NO DARAS FALSO TESTIMONIO;
HONRA A {tu} PADRE Y A {tu} MADRE; y AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve {y} vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
Y Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos.
Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.
Pero Jesús, mirándo{los,} les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.
Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.
Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña.
Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Y salió como a la hora tercera, y vio parados en la plaza a otros {que estaban} sin trabajo;
y a éstos les dijo: ``Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo." Y ellos fueron.
Volvió a salir como a la hora sexta y a la novena, e hizo lo mismo.
Y saliendo como a la {hora} undécima, encontró a otros parados, y les dijo*: `` ¿Por qué habéis estado aquí parados todo el día sin trabajar?"
Ellos le dijeron*: ``Porque nadie nos contrató." El les dijo*: ``Id también vosotros a la viña."
Y al atardecer, el señor de la viña dijo* a su mayordomo: ``Llama a los obreros y págales {su} jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros."
Cuando llegaron los que {habían sido contratados} como a la hora undécima, cada uno recibió un denario.
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