'Aquel' en la Biblia
Tampoco sucede con el don como con {lo que vino} por medio de aquél que pecó; porque ciertamente el juicio {surgió a causa} de una {transgresión,} resultando en condenación; pero la dádiva {surgió a causa} de muchas transgresiones resultando en justificación.
¿No saben ustedes que cuando se presentan {como} esclavos a alguien para obedecerle, son esclavos de aquél a quien obedecen, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la Ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Pero si el Espíritu de Aquél que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el {mismo} que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de Su Espíritu que habita en ustedes.
Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquél que la sometió, en la esperanza
Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a {la voluntad de} Dios.
Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó.
Porque cuando aún {los mellizos} no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a {Su} elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquél que llama,
Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquél que cree.
porque: ``TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO."
¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
Porque si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquél por quien Cristo murió.
Y a Aquél que es poderoso para afirmarlos conforme a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que ha sido mantenido en secreto durante siglos sin fin,
Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; porque todos participamos de aquel mismo pan.
Porque DIOS HA PUESTO TODO EN SUJECION BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas están sujetas a El, es evidente que se exceptúa a Aquél que ha sometido a El todas las cosas.
Y cuando todo haya sido sometido a El, entonces también el Hijo mismo se sujetará a Aquél que sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Porque si yo les causo tristeza, ¿quién {será} el que me alegre sino aquél a quien yo entristecí?
sabiendo que Aquél que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará junto con ustedes.
Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.
Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquél a quien el Señor alaba.
Me maravillo de que tan pronto ustedes hayan abandonado (desertado) a Aquél que los llamó por la gracia de Cristo (el Mesías), para {seguir} un evangelio diferente,
(Porque Aquél que obró eficazmente para con Pedro en {su} apostolado a los de la circuncisión, también obró eficazmente para conmigo {en mi apostolado} a los Gentiles.)
Aquél, pues, que les suministra el Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de {la} Ley o por el oír con fe?
Pero en aquel tiempo, cuando ustedes no conocían a Dios, eran siervos de los que por naturaleza no son dioses.
¿Dónde está, pues, aquel sentido de bendición que tuvieron? Pues testigo soy en favor de ustedes de que de ser posible, se hubieran sacado los ojos y me los hubieran dado.
Esta persuasión no {vino} de Aquél que los llama.
También en El hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de Aquél que obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad,
la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquél que lo llena todo en todo.
Y a Aquél que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,
Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos {los aspectos} en Aquél que es la cabeza, {es decir,} Cristo,
y se han vestido del nuevo {hombre,} el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de Aquél que lo creó.
Fiel es Aquél que los llama, el cual también {lo} hará.
cuando El venga para ser glorificado en Sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por ustedes.
Porque el misterio de la iniquidad (de estar sin ley) ya está en acción, sólo {que} aquél que {por} ahora lo detiene, {lo hará} hasta que él mismo sea quitado de en medio.
Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que El es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.
El Señor le conceda que halle misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Efeso, tú lo sabes mejor.
No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme, teniendo este sello: ``El Señor conoce a los que son Suyos," y: ``Que se aparte de la iniquidad todo aquél que menciona el nombre del Señor."
En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida (manifestación).
Pero vemos a Aquél que fue hecho un poco inferior a los ángeles, {es decir,} a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.
Porque convenía que Aquél para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos.
Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquél que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo,
No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta.
Pero aquél cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.
Pues aquél de quien se dicen estas cosas, pertenece a otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar.
Pues si aquel primer {pacto} hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar para el segundo.
Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquél que prometió.
Pues conocemos a Aquél que dijo: ``MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE." Y otra vez: ``EL SEÑOR JUZGARA A SU PUEBLO."
También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel a Aquél que lo había prometido.
Consideren, pues, a Aquél que soportó tal hostilidad de los pecadores contra El mismo, para que no se cansen ni se desanimen en su corazón.
Tengan cuidado de no rechazar a Aquél que habla. Porque si aquéllos no escaparon cuando rechazaron al que {les} amonestó sobre la tierra, mucho menos {escaparemos} nosotros si nos apartamos de Aquél que {nos amonesta} desde el cielo.
A aquél, pues, que sabe hacer {lo} bueno y no lo hace, le es pecado.
sino que así como Aquél que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda {su} manera de vivir.
Y si invocan como Padre a Aquél que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor (reverencia) durante el tiempo de su peregrinación.
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo {adquirido} para posesión {de Dios}, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
{y} quien cuando Lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que {se} encomendaba a Aquél que juzga con justicia.
Pero ellos darán cuenta a Aquél que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia.
Les escribo a ustedes, padres, porque conocen a Aquél que ha sido desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno. Les he escrito a ustedes, niños, porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen a Aquél que ha sido desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno.
Todo aquél que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquél que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquél que no ama a su hermano.
Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo.
Todo aquél que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Todo aquél que cree que Jesús es el Cristo (el Mesías), es nacido de Dios. Todo aquél que ama al Padre, ama al que ha nacido de El.
Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que Aquél que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.
Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos a Aquél que es verdadero; y nosotros estamos en Aquél que es verdadero, en Su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
Y a Aquél que es poderoso para guardarlos a ustedes sin caída y para presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría,
Juan, a las siete iglesias que están en Asia (provincia occidental Romana de Asia Menor): Gracia y paz a ustedes, de parte de Aquél que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete Espíritus que están delante de Su trono,
``Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: `El que tiene las siete estrellas en Su {mano} derecha, Aquél que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto:
"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquél que lo recibe."'"
Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquél que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquél que está sentado en el trono, y adoran a Aquél que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
En la {mano} derecha de Aquél que estaba sentado en el trono vi un libro (un rollo) escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
El vino y tomó {el libro} de la mano derecha de Aquél que estaba sentado en el trono.
y decían a los montes y a las peñas: ``Caigan sobre nosotros y escóndannos de la presencia de Aquél que está sentado en el trono y de la ira del Cordero.
"Por eso están delante del trono de Dios, y Le sirven día y noche en Su templo; y Aquél que está sentado en el trono extenderá Su tabernáculo sobre ellos.
y juró por Aquél que vive por los siglos de los siglos, QUIEN CREO EL CIELO Y LAS COSAS QUE EN EL {hay,} Y LA TIERRA Y LAS COSAS QUE EN ELLA {hay,} Y EL MAR Y LAS COSAS QUE EN EL {hay}, que ya no habrá más demora.
Entonces salió del templo otro ángel clamando a gran voz a Aquél que estaba sentado en la nube: ``Mete Tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la cosecha de la tierra está madura."
Aquél que estaba sentado en la nube metió Su hoz sobre la tierra y la tierra fue segada.
Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra Aquél que iba montado en el caballo blanco y contra Su ejército.
Los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca de Aquél que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de sus carnes.
Vi un gran trono blanco y a Aquél que {estaba} sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos.
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