'Cristo' en la Biblia
por la paciencia de Dios, manifestando su justicia en este tiempo, para que él solo sea el Justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús el Cristo.
Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por el Señor nuestro, Jesús, el Cristo;
Porque el Cristo, cuando aún éramos flacos, a su tiempo murió por los impíos.
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Cristo murió por nosotros.
Y no sólo esto, más aún nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesús el Cristo, por el cual ahora hemos recibido la reconciliación.
Mas no como el delito, tal es el don; porque si por el delito de aquel uno murieron muchos, mucha más la gracia de Dios, y el don por la gracia de un hombre, Jesús el Cristo, abundó a muchos.
Porque, si por un delito reinó la muerte por causa de uno solo, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesús, el Cristo, los que reciben la abundancia de gracia, y de dones y de la justicia.
para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesús, el Cristo, Señor nuestro.
¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en el Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Porque si hemos sido unidos {a Cristo} en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también {en la semejanza} de Su resurrección.
Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con {Cristo}, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;
Y si morimos con el Cristo, creemos que también viviremos con él;
seguros de que el Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él.
Así también vosotros, pensad que vosotros de cierto sois muertos al pecado; mas que vivís a Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Así también vosotros, hermanos míos, sois muertos a la ley en el cuerpo del Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos a Dios.
La gracia de Dios, por Jesús, el Cristo, Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.
Así que ahora, ninguna condenación hay para los que están en Cristo, Jesús, que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Mas vosotros no sois en la carne, sino en el Espíritu, por cuanto el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad es muerto a causa del pecado; mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Jesús, el Cristo de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Y si hijos, también herederos; ciertamente de Dios, y coherederos con Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
¿Quién es el que los condenará? Cristo, Jesús, es el que murió; más aun, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también demanda por nosotros.
¿Quién nos apartará de la caridad de Cristo? ¿tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar de la caridad de Dios, que es en Cristo, Jesús, Señor nuestro.
Verdad digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo,
Porque deseara yo mismo ser anatema de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
cuyos son los padres, y de los cuales es el Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Porque el fin de la ley es Cristo, para dar justicia a todo aquel que cree.
Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer de lo alto al Cristo);
o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a traer el Cristo de los muertos.)
Así que la fe {viene} del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
así muchos somos un cuerpo en el Cristo, mas todos miembros los unos de los otros.
mas vestíos del Señor Jesús, el Cristo; y no hagáis caso de la carne en sus deseos.
Porque Cristo para esto murió, y resucitó, (y volvió a vivir,) para enseñorearse así de los muertos como de los que viven.
Mas tú ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos estaremos delante del tribunal del Cristo.
Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme a la caridad. No eches a perder con tu comida a aquel por el cual Cristo murió.
Porque el que en esto sirve al Cristo, agrada a Dios, y es acepto a los hombres.
Porque el Cristo no se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.
Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús;
para que concordes, a una voz glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo.
Por tanto, sobrellevaos los unos a los otros, como también el Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios.
Digo, pues, que Cristo Jesús fue Ministro de la Circuncisión, por la verdad de Dios para confirmar las promesas de los padres,
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda {que hago} de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
Así que tengo de qué gloriarme en Cristo, Jesús, para con Dios.
Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí, para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del Evangelio del Cristo.
Y de esta manera me prediqué este Evangelio, no donde antes Cristo fuera nombrado, por no edificar sobre fundamento ajeno;
Porque sé que cuando llegue a vosotros, llegaré en la plenitud de la bendición del Cristo.
Pero os ruego, hermanos, por el Señor nuestro Jesús, el Cristo, y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí a Dios,
Saludad a Priscila y Aquila, mis coadjutores en Cristo Jesús;
asimismo a la Iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, (que es) las primicias de Acaya en Cristo.
Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes, (y mis compañeros en la cautividad) los cuales son insignes entre los apóstoles; los cuales fueron antes de mí en Cristo.
Saludad a Urbano, nuestro ayudador en el Cristo, y a Estaquis, amado mío.
Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los que son de Aristóbulo.
Saludaos los unos a los otros con beso santo. Os saludan todas las Iglesias de Cristo.
Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.
Y el Dios de paz quebrante presto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia del Señor nuestro Jesús, el Cristo, sea con vosotros.
La gracia del Señor nuestro Jesús, el Cristo, sea con todos vosotros. Amén.
Y al que puede confirmaros según mi Evangelio y la predicación de Jesús, el Cristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos,
al solo Dios sabio, sea gloria por Jesús, el Cristo, para siempre. Amén.
Pablo, llamado a ser apóstol de Jesús, el Cristo por la voluntad de Dios; y el hermano Sóstenes,
a la Iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y a todos los que invocan el Nombre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro;
Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesús el Cristo.
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en Cristo Jesús;
con lo cual el testimonio del Cristo ha sido confirmado en vosotros,
de tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación del Señor nuestro, Jesús el Cristo;
el cual también os confirmará que permanezcáis sin pecado hasta el fin, hasta en el día de nuestro Señor Jesús, el Cristo.
Fiel es Dios, por el cual sois llamados a la confraternidad de su Hijo, Jesús el Cristo, Señor nuestro.
Todavía, hermanos, os ruego por el Nombre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, antes seáis perfectos, unidos en un mismo entendimiento y en un mismo parecer.
quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; pues yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
¿Está dividido el Cristo? ¿Fue colgado en el madero Pablo por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?
Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio; no en sabiduría de palabras, para que no sea hecho vano el madero del Cristo.
pero nosotros predicamos a Cristo colgado en el madero, que es a los judíos ciertamente tropezadero, y a los gentiles locura;
pero a los llamados, así judíos como griegos, Cristo es potencia de Dios, y sabiduría de Dios.
De él sin embargo vosotros sois renacidos en Cristo Jesús, el cual nos es hecho de Dios sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;
ASI que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo.
Porque no me juzgué saber algo entre vosotros, sino a Jesús, el Cristo, y a éste colgado en el madero.
Porque ¿quién conoció el entendimiento del Señor? ¿Quién le instruyó? Mas nosotros tenemos el entendimiento de Cristo.
De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales; sino como a carnales; es a saber, como a niños en Cristo.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesús, el Cristo.
y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios.
Téngannos los hombres por ministros del Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.
Nosotros locos por amor del Cristo, y vosotros prudentes en el Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el Evangelio.
Por lo cual os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de cuáles sean mis caminos en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las Iglesias.
En el Nombre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, juntaos vosotros y mi espíritu, con la facultad del Señor nuestro, Jesús el Cristo,
Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois sin levadura; porque nuestra Pascua, Cristo, es sacrificada por nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? De ninguna manera.
Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor; asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es del Cristo.
nosotros, sin embargo, no tenemos más que un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él; y un Señor, Jesús, el Cristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.
Y por tu ciencia se perderá el hermano débil por el cual el Cristo murió.
De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis.
¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Cristo el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿por qué no nosotros? Mas no usamos de esta potestad; antes lo sufrimos todo, para no dar alguna interrupción al curso del Evangelio del Cristo.
¿Qué premio, pues, tendré? Que predicando el Evangelio, ponga el Evangelio del Cristo de balde, por no hacer mal uso de mi potestad en el Evangelio.
a los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, sino en la ley de Cristo,) por ganar a los que estaban sin ley.
y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la Piedra espiritual que los seguía, y la Piedra era el Cristo.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Mateo (17)
- Marcos (8)
- Lucas (13)
- Juan (20)
- Hechos (33)
- Romanos (72)
- 1 Corintios (61)
- 2 Corintios (47)
- Gálatas (36)
- Efesios (49)
- Filipenses (37)
- Colosenses (27)
- 1 Tesalonicenses (13)
- 2 Tesalonicenses (12)
- 1 Timoteo (15)
- 2 Timoteo (14)
- Tito (4)
- Filemón (8)
- Hebreos (20)
- Santiago (2)
- 1 Pedro (20)
- 2 Pedro (7)
- 1 Juan (14)
- 2 Juan (3)
- Judas (4)
- Apocalipsis (10)
Artículos Relacionados
- Abandonando a Cristo
- Abolir, cumplidas por Cristo
- Aceptación de Jesucristo
- Aceptar a Cristo
- Acercamiento a Cristo
- Acoger a Cristo
- Adán y Jesucristo
- Alentar la fe en Cristo
- Amor, naturaleza de
- Amén
- Anticristo
- Anunciando la muerte de Cristo
- Aprobación a través de Cristo.
- Arrestar a Cristo
- Audiencia Cristo
- Audiencia sobre Cristo
- Autoridad de Cristo.
- Bautizado en el nombre de Cristo
- Bautizados en Cristo
- Bendecidos por Cristo
- Bendiciones
- Beneficios de la fe en Cristo
- Buscar en Cristo
- Cada vez más como Cristo
- Comer el Cuerpo de Cristo
- Como Cristo
- Compromiso a Jesucristo
- Comunión con Cristo
- Confesar a Cristo
- Conformidad
- Conocer a Cristo personalmente
- Conociendo a Cristo todas las cosas
- Conocimiento de Jesucristo
- Corta Vida de Cristo
- Creer en Cristo!
- Creer en el nombre de Cristo.
- Cristo
- Cristo Despertar
- Cristo Enviar
- Cristo Subirían
- Cristo agradando a Dios
- Cristo apareciendo
- Cristo averiguan
- Cristo como libertador
- Cristo como personas
- Cristo con la gente de espíritu
- Cristo con la gente en la tierra
- Cristo con sus discípulos
- Cristo conocer a Dios
- Cristo convocando
- Cristo dice la verdad
- Cristo dispuesto
- Cristo el comienzo
- Cristo en el templo
- Cristo es Señor.
- Cristo es el conocimiento de las Escrituras
- Cristo es el conocimiento del Padre
- Cristo es exaltado Gloria
- Cristo es la autoridad sobre la enfermedad
- Cristo es la verdadera familia
- Cristo es mi Señor
- Cristo es rey de Israel
- Cristo es silencio
- Cristo expulsando a la gente
- Cristo fue muerto
- Cristo glorificado
- Cristo ha resucitado
- Cristo hablando
- Cristo hizo perfectos
- Cristo juzgando a
- Cristo la propia gloria
- Cristo la puerta
- Cristo la roca
- Cristo no siempre con personas
- Cristo nuestra justicia
- Cristo ocultando cosas
- Cristo perdonando
- Cristo prediciendo el futuro
- Cristo prueba
- Cristo reinando por siempre
- Cristo sabiendo acerca de personas
- Cristo sabiendo sobre sí mismo
- Cristo se humilló a sí mismo
- Cristo sería asesinado
- Cristo superar
- Cristo va antes
- Cristo va con la gente
- Cristo va hacia abajo
- Cristo vendrá otra vez
- Cristo viendo
- Cristo y avergonzar
- Cristo y el cielo
- Cristo y las Escrituras
- Cristo y sus ovejas
- Cristo único
- Cristo, Cabeza de la Iglesia.
- Cristo, Mediador
- Cristo, el Sumo Sacerdote.
- Cristo, el carácter de
- Cristo, el pastor
- Cristo, el primogénito.
- Cristo, la semilla de
- Cristo, nombres para
- Cristo, nuestro ejemplo
- Cristo, tipos de
- Cuerpo de Cristo
- Cuerpo de Cristo, el cuerpo físico
- Cuerpo de Cristo, el sufrimiento físico
- Cuerpo de Cristo, la Iglesia
- Cuerpo de Cristo, la muerte física
- Cuerpo de Cristo, simbolizado
- Cumplimiento de la profecía de Cristo
- Dar a conocer a Cristo
- Denegación de Jesucristo
- Dice ser el Cristo
- Dios con Cristo
- Dios elevar a Cristo
- Dios, testimoniando a Cristo
- Dios, unidad de
- El Espíritu de Cristo
- El altruismo
- El amor de Cristo
- El amor de Dios
- El amor de Dios en Cristo
- El amor hacia Cristo
- El amor hacia Cristo, demostrado por
- El amor hacia Cristo, la naturaleza de
- El amor ágape
- El asombro, de los milagros de Cristo
- El asombro, la de Jesucristo
- El atractivo de Cristo
- El bautismo de Cristo
- El conocimiento de los creyentes de Cristo
- El efecto de la muerte de Cristo.
- El evangelismo, la naturaleza de
- El fuego de Cristo
- El hombre nuevo en Cristo
- El interrogatorio de Cristo
- El misterio de Cristo
- El papel de Cristo en la creación
- El perdón, en el ministerio de Cristo
- El poder de Cristo, descrita
- El poder de Cristo, se muestra
- El sufrimiento de Cristo
- El sufrimiento, de Jesucristo
- El testimonio de Cristo
- El yo soy de Cristo
- En el evangelio, becas
- En el nombre de Cristo.
- Enojado Con Cristo
- Entregar a Cristo
- Escrituras Testimoniar a Cristo
- Espíritu de Cristo
- Exaltación de Cristo
- Expiación
- Expulsando a Cristo
- Falsos Cristos
- Fama, de Cristo
- Familia terrena de Cristo
- Garantía, Por la fe en Cristo
- Gracia, y Jesucristo
- Habilidad de Cristo
- Hablando de Cristo a los discípulos
- Hablando en nombre de Cristo
- Hospitalidad hacia Cristo
- Iglesia, Cristo autoridad sobre
- Inculpabilidad, de Jesucristo
- Indignidades sufridas por Cristo
- Intenta matar a Cristo
- Jesucristo, Misión de
- Jesucristo, Resurrección
- Jesucristo, Rey
- Jesucristo, Salvador
- Jesucristo, Señor
- Jesucristo, creador
- Jesucristo, deidad de
- Jesucristo, el Hijo de Dios
- Jesucristo, el amor de
- Jesucristo, el culto de
- Jesucristo, el juez
- Jesucristo, impecabilidad
- Jesucristo, la eternidad de
- Jesucristo, la obediencia de
- Jesucristo, la omnisciencia de
- Jesucristo, la relación con el Padre
- Jesucristo, la santidad de
- Jesucristo, la tentación de
- Jesucristo, mansedumbre de
- Jesucristo, presente actividades de
- Jesucristo, profecías de
- Jesucristo, sacerdocio
- Jesús afirma ser el Cristo
- Jesús reconoció como el Cristo
- Judas de traicionar a Cristo
- La Expiación, en NT
- La Paternidad de Dios,
- La Perfección Humana
- La adoración de Cristo
- La alegría de Cristo
- La alegría de Cristo
- La ascensión de Jesucristo,
- La autoridad de Cristo sobre el mal
- La autoridad de Cristo sobre el pecado
- La autoridad de Cristo sobre la muerte.
- La autoridad de Cristo sobre la naturaleza
- La autoridad de la Iglesia, de Jesucristo
- La compasión de Cristo
- La confesión de Cristo
- La confianza en Cristo
- La crucifixión de Cristo predijo
- La divinidad de Cristo
- La enseñanza de Cristo
- La esperanza, como la confianza
- La existencia de Cristo
- La expiación de Cristo
- La expiación, por solo Cristo
- La generosidad de Dios,
- La gloria de Dios en Cristo Jesús
- La grandeza de Cristo
- La humanidad de Cristo,
- La humildad de Cristo
- La ignorancia de Cristo
- La impotencia de Cristo
- La iniquidad, la relación con Cristo
- La ley, la actitud de Cristo Jesús a
- La luz de Cristo
- La mano derecha de Cristo
- La mansedumbre de Cristo
- La mente de Cristo
- La misericordia de Jesucristo,
- La misión de Jesucristo
- La naturaleza de Cristo
- La obra de Cristo
- La participación, en Cristo
- La persecución de Cristo
- La plenitud de Cristo
- La popularidad de Cristo
- La predicación de Cristo
- La predicación de Cristo
- La predicción de Cristo
- La preeminencia de Cristo
- La presciencia de Cristo
- La presencia de Cristo
- La presentación de Cristo
- La primera visión de Cristo
- La relación de Cristo con Dios
- La resurrección de Cristo, las apariencias
- La resurrección de Cristo, necesario para
- La sabiduría de Cristo
- La salvación, la naturaleza del
- La sangre de Cristo, Base de
- La sangre de Jesucristo,
- La santificación, la naturaleza y la base
- La segunda venida de Cristo
- La segunda venida de Cristo, el propósito
- La segunda venida de Cristo, nombres de
- La traición, la de Cristo
- La unción de Cristo
- La unidad, del pueblo de Dios
- La unión con Cristo, la naturaleza de
- La unión con Cristo, la significación de
- La vida a través de Cristo.
- La vida con Cristo
- La vida de Cristo
- La vida en Cristo
- La voy a la de Cristo
- Las acusaciones contra Cristo
- Las heridas de Cristo
- Las manos de Cristo
- Las nubes y Jesucristo
- Las parábolas de Cristo
- Las razones de la fe en Cristo
- Letras
- Libertad, a través de Jesucristo
- Llamar en nombre de Cristo
- Los Cristianos
- Los apóstoles, función en la Iglesia primitiva
- Los demonios, autoridad de Cristo
- Los discípulos de Cristo sufrirán
- Los enemigos de Jesucristo
- Los fallos
- Los fariseos, actitudes de Jesucristo
- Los gritos de Cristo
- Los mandamientos de Cristo
- Los miembros del Cuerpo de Cristo
- Los milagros de Cristo
- Los ministros, de manera que debería enseñar
- Los sacrificios de animales, como un tipo de Cristo
- Morada de Cristo
- Morando en Cristo
- Morir con Cristo
- Muertos al pecado
- Necios, en la enseñanza de Jesucristo
- Negar a Cristo
- No acoger a Cristo
- No saber acerca de Cristo
- No viendo a Cristo
- Nombres y Títulos Para Cristo
- Nombres y Títulos Para el cristiano
- Origen de Cristo
- Pablo, Apóstol de los Gentiles
- Pedro, predicador y profesor
- Preexistencia de Cristo
- Pretendiendo ser el Cristo
- Profecías acerca de Cristo
- Pureza de Cristo
- Ramas de Cristo
- Rechazo de Cristo
- Reconocer a Cristo
- Reconocer, la fe en Cristo
- Recordar a Cristo
- Restaurado en Cristo Jesús
- Santidad, los creyentes en crecimiento
- Se llamó a sí mismo el Cristo
- Ser nacido de nuevo
- Señales del regreso de Cristo
- Señorío de Cristo
- Señorío de Jesucristo
- Signos realizados por Cristo
- Sustitución
- Temor de Cristo
- Testigos de Jesucristo
- Testimonio de Cristo contemporáneo
- Tipos
- Tipos de Cristo
- Trampas colocadas para Cristo
- Tras Jesucristo
- Tropezar en Cristo
- Un montón a través de Cristo.
- Una fe firme en Cristo
- Venir a Cristo
- Ver al Cristo resucitado
- Viendo a Cristo
- Vitalidad espiritual
- Adorar a Cristo
- Amar a vuestra esposa
- Aquellos que creyeron en Cristo
- Besar a Cristo
- Compartir en Cristo
- Construir relaciones
- Creer en Cristo
- El acceso a Dios mediante Cristo
- El amor a Cristo
- El amor de Dios
- El amor de Dios por nosotros
- El amor y las relaciones
- El cristianismo
- El cuerpo
- El cumplimiento de las órdenes de Cristo
- El día de reposo y Cristo
- El espíritu del anticristo
- El fortalecimiento a través de Cristo
- El ministerio
- El nacimiento de Jesucristo
- El nacimiento de Jesús
- El padre
- El poder de Cristo
- El propósito de la vida
- El que envió a Cristo
- El regocijo en Cristo
- El reino milenario, Cristo supremo en la Tierra
- El reino milenario, el aplastamiento de la maldad por Cristo
- El reino milenario, la restitución de Israel por Cristo
- El significado de la crucifixión de Cristo
- El suceso de la muerte de Cristo
- El trabajo respecto a Cristo
- El tratamiento de los soldados hacia Cristo
- Estar agradecido de las bendiciones
- Ir a la iglesia
- La Iglesia
- La benevolencia
- La condena de Cristo por los principales sacerdotes
- La crucifixión de Cristo
- La divulgación del Evangelio
- La fe en Dios
- La gloria de Cristo
- La gracia
- La gracia de Cristo
- La gracia de Dios
- La hombría
- La identidad en Cristo
- La ignorancia del regreso de Cristo
- La justicia de Cristo
- La ley de Cristo
- La madurez
- La misericordia y la gracia
- La muerte de Jesús
- La necesidad de amar a Cristo
- La oposición de los escribas a Cristo
- La participación en el sufrimiento de Cristo
- La participación en la muerte y la resurrección de Cristo
- La participación en la naturaleza de Cristo
- La paz a través de Cristo
- La preocupación de los fariseos por Cristo
- La realidad
- La reconciliación
- La redención
- La sangre de Jesús
- La sujeción a Cristo
- La superación a través de Cristo
- La vida en Cristo
- La vocación
- Las armas de Cristo
- Las señales y maravillas antes de Cristo
- Los embajadores de Cristo
- Los esclavos de Dios
- Los insultos hacia Cristo
- Los niños en los milagros de Jesucristo
- Los ríos
- Los tiempos de Cristo
- Participar en la gloria de Cristo
- Perdonar a los demás
- Predicar
- Ser agradecido
- Servir a Cristo
- Tomar a Cristo
- Trabajar de manera conjunta
- Vivir por Dios
- Ángeles, ministerio de Cristo
- Órdenes de Cristo