'Cuales' en la Biblia
Mas tú no los creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto debajo de maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan muerto; y ahora están apercibidos esperando tu promesa.
Los cuales debieron comparecer delante de ti, y acusarme, si contra mí tenían algo.
El cual venido, le rodearon los Judíos que habían venido de Jerusalem, poniendo contra Pablo muchas y graves acusaciones, las cuales no podían probar;
A los cuales respondí: no ser costumbre de los Romanos dar alguno á la muerte antes que el que es acusado tenga presentes sus acusadores, y haya lugar de defenderse de la acusación.
Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme á la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo.
Librándote del pueblo y de los Gentiles, á los cuales ahora te envío,
Los cuales también nos honraron con muchos obsequios; y cuando partimos, nos cargaron de las cosas necesarias.
De donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron á recibir hasta la plaza de Appio, y Las Tres Tabernas: á los cuales como Pablo vió, dió gracias á Dios, y tomó aliento.
Y aconteció que tres días después, Pablo convocó á los principales de los Judíos; á los cuales, luego que estuvieron juntos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra los ritos de la patria, he sido entregado preso
Los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar; por no haber en mí ninguna causa de muerte.
Y habiéndole señalado un día, vinieron á él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles lo concerniente á Jesús, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
Entre las cuales sois también vosotros, llamados de Jesucristo:
Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
¿Y por qué no decir (como somos blasfemados, y como algunos dicen que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? la condenación de los cuales es justa.
¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte.
Que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y la data de la ley, y el culto, y las promesas;
Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Los cuales también ha llamado, es á saber, á nosotros, no sólo de los Judíos, mas también de los Gentiles?
(Que pusieron sus cuellos por mi vida: á los cuales no doy gracias yo sólo, mas aun todas las iglesias de los Gentiles;)
Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también fueron antes de mí en Cristo.
Saludad á Trifena y á Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad á Pérsida amada, la cual ha trabajado mucho en el Señor.
¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído; y eso según que á cada uno ha concedido el Señor.
Por lo cual os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias.
Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Después apareció á más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos.
En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Asimismo por la oración de ellos á favor vuestro, los cuales os quieren á causa de la eminente gracia de Dios en vosotros.
Esto piense el tal, que cuales somos en la palabra por cartas estando ausentes, tales seremos también en hechos, estando presentes.
A los cuales ni aun por una hora cedimos sujetándonos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
Empero de aquellos que parecían ser algo (cuáles hayan sido algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), á mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.
Mas ahora, habiendo conocido á Dios, ó más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo á los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver á servir?
Las cuales cosas son dichas por alegoría: porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.
Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.
Por tanto, pido que no desmayéis á causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron á la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza.
Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo;
Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo:
A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria:
(Las cuales cosas son todas para destrucción en el uso mismo), en conformidad á mandamientos y doctrinas de hombres?
Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.
En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas.
Y Jesús, el que se llama Justo; los cuales son de la circuncisión: éstos solos son los que me ayudan en el reino de Dios, y me han sido consuelo.
Por cuanto nuestro evangelio no fué á vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.
Los cuales aun mataron al Señor Jesús y á sus propios profetas, y á nosotros nos han perseguido; y no agradan á Dios, y se oponen á todos los hombres;
Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia,
Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar á los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
De los cuales son Himeneo y Alejandro, los cuales entregué á Satanás, para que aprendan á no blasfemar.
Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
Ya sabes esto, que me han sido contrarios todos los que son en Asia, de los cuales son Figello y Hermógenes.
Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena: de los cuales es Himeneo y Fileto;
Persecuciones, aflicciones, cuales me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, cuales persecuciones he sufrido; y de todas me ha librado el Señor.
Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por torpe ganancia.
Mas ¿con cuáles estuvo enojado cuarenta años? ¿No fué con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
Porque debiendo ser ya maestros á causa del tiempo, tenéis necesidad de volver á ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado á ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido.
Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios:
Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos á trabarnos de la esperanza propuesta:
Los cuales sirven de bosquejo y sombre de las cosas celestiales, como fué respondido á Moisés cuando había de acabar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el monte.
Y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en particular.
Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, (las cuales cosas se ofrecen según la ley,)
Empero traed á la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones:
De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.
Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del real.
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios.
¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?
A los cuales fué revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; en las cuales desean mirar los ángeles.
El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es á saber, ocho personas fueron salvas por agua.
Los cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar los vivos y los muertos.
Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huído de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia.
Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado;
Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
Recibiendo el galardón de su injusticia, ya que reputan por delicia poder gozar de deleites cada día. Estos son suciedades y manchas, los cuales comiendo con vosotros, juntamente se recrean en sus errores;
Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento: para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
CARISIMOS, yo os escribo ahora esta segunda carta, por las cuales ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento;
Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas, en los cuales mora la justicia.
Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos é inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos.
EL anciano á la señora elegida y á sus hijos, á los cuales yo amo en verdad y no yo solo, sino también todos los que han conocido la verdad,
Porque muchos engañadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Este tal el engañador es, y el anticristo.
Los cuales han dado testimonio de tu amor en presencia de la iglesia: á los cuales si ayudares como conviene según Dios, harás bien.
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro
Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.
Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarra
Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
Mas tienes esto, que aborreces los hechos de los Nicolaítas; los cuales yo también aborrezco.
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, teniendo el sello del Dios vivo: y clamó con gran voz á los cuatro ángeles, á los cuales era dado hacer daño á la tierra y á la mar,
Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en la mar, las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos pereció.
Y así vi los caballos en visión, y los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de la boca de ellos salía fuego y humo y azufre.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, aun no se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen á los demonios, y á las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oir
Entonces el dragón fué airado contra la mujer; y se fué á hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
Y aquí hay mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se asienta la mujer.
Y llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio,
Y la bestia fué presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado á los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego a
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