'Es' en la Biblia
- 1.Gé 2:11-Gé 41:26
- 2.Gé 41:28-Levítico 7:21
- 3.Levítico 7:35-Números 18:16
- 4.Números 18:17-Deuteronomio 33:1
- 5.Deuteronomio 33:7-1 Samuel 2:1
- 6.1 Samuel 2:3-2 Samuel 19:27
- 7.2 Samuel 19:42-2 Reyes 22:13
- 8.2 Reyes 23:17-Ester 2:12
- 9.Ester 2:16-Job 39:20
- 10.Job 40:2-Salmos 62:5
- 11.Salmos 62:6-Salmos 119:97
- 12.Salmos 119:105-Proverbios 10:28
- 13.Proverbios 10:29-Proverbios 20:23
- 14.Proverbios 20:25-Eclesiastés 5:12
- 15.Eclesiastés 5:16-Isaías 28:20
- 16.Isaías 29:11-Jeremías 25:31
- 17.Jeremías 27:18-Ezequiel 20:29
- 18.Ezequiel 21:14-Amós 5:27
- 19.Amós 6:2-Mateo 10:37
- 20.Mateo 10:38-Mateo 23:23
- 21.Mateo 23:38-Marcos 16:6
- 22.Lucas 1:28-Lucas 19:46
- 23.Lucas 20:2-Juan 8:47
- 24.Juan 8:54-Hechos 13:38
- 25.Hechos 13:39-Romanos 9:4
- 26.Romanos 9:5-1 Corintios 11:6
- 27.1 Corintios 11:7-Gálatas 4:18
- 28.Gálatas 4:24-1 Timoteo 3:13
- 29.1 Timoteo 3:15-Hebreos 12:13
- 30.Hebreos 12:29-1 Juan 4:6
- 31.1 Juan 4:7-Apocalipsis 22:11
Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.
Jesús el Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
No seáis sacados del camino por doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon a los que anduvieron en ellas.
Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el Santuario por el Sumo Sacerdote, son quemados fuera del campamento.
Así que, ofrezcamos por medio de él a Dios siempre sacrificio de alabanza, es a saber, fruto de labios que confiesen su Nombre.
Escuchad a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar la cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil.
os haga perfectos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesús, el Cristo, al cual es la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda, es semejante a la onda del mar, que es movida del viento, y es echada de una parte a otra.
El hombre de doble ánimo, es inconstante en todos sus caminos.
El hermano que es de baja suerte, gloriese en su alteza;
mas el que es rico, en su bajeza; porque él se pasará como la flor de la hierba.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno;
pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.
Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Porque si alguno oye la Palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.
¿No blasfeman ellos el buen nombre que es invocado sobre vosotros?
Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpable de todos.
Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma.
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
¿Mas oh hombre vano, quieres saber que la fe sin obras es muerta?
Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
Así también, la lengua es un miembro pequeñito, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros que contamina todo el cuerpo, e inflama el curso de nuestro naturaleza, y es inflamada del infierno.
Porque toda naturaleza de bestias fieras, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma, y es domada por el ser humano;
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, y está llena de veneno mortal.
¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? Muestre por la buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica.
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.
¿De dónde vienen las guerras, y los pleitos entre vosotros? De aquí, es decir de vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.
Adúlteros, y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
Uno es el dador de la Ley, que puede salvar y perder, ¿quién eres tú que juzgas a otro?
y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y después se desvanece.
Mas ahora gloriáis en vuestras soberbias. Toda gloria semejante es mala.
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso.
Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos. Porque la oración eficaz del justo, es muy poderoso.
En lo cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario,
para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual perece, mas sin embargo es probado con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesús, el Cristo, fuere manifestado;
obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesús, el Cristo, os es manifestado,
mas como aquel que os ha llamado es santo, semejantemente también sed vosotros santos en toda conversación;
Porque: Toda carne es como la hierba, y toda la gloria del hombre, como la flor de la hierba. Se seca la hierba, y la flor se cae;
mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la Palabra que por el Evangelio os ha sido anunciada.
desead, como niños recién nacidos, la leche racional, y que es sin engaño, para que por ella crezcáis en salud,
si empero habéis gustado que el Señor es benigno;
al cual allegándoos (que es la Piedra viva, reprobada ciertamente de los hombres, pero elegida de Dios, preciosa),
Es pues honor a vosotros que creéis; mas para los desobedientes: La Piedra que los edificadores reprobaron, esta fue hecha la cabeza de la esquina;
Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos;
Porque esto es debido a la gracia, si alguno a causa de la conciencia que tiene delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? Mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es debido a la gracia de Dios.
considerando vuestra casta conversación, que es en temor.
sino el adorno interior del corazón sea sin corrupción, y de espíritu agradable, y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios.
¿Y quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?
Porque mejor es que seáis afligidos haciendo bien (si la voluntad de Dios así lo quiere), que haciendo mal.
los cuales en el tiempo pasado fueron desobedientes, cuando una vez se esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es a saber, ocho personas fueron salvas por agua.
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que Dios suministra; para que en todas las cosas sea Dios glorificado por Jesús el Cristo, al cual es gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
Si sois vituperados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros. Cierto, según ellos, él es blasfemado, mas según vosotros es glorificado.
Porque es tiempo de que el juicio comience desde la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que ni creen ni obedecen al Evangelio de Dios?
Por Silvano, el hermano fiel, (según yo pienso), os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
Pero el que no tiene estas cosas, es ciego, y anda tentando el camino con la mano, habiendo olvidado de la purgación de sus antiguos pecados.
Porque él había recibido de Dios el Padre honra y gloria, cuando una tal voz fue a él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado.
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación;
prometiéndoles libertad, siendo ellos mismos siervos de corrupción. Porque el que es de alguno vencido, es sujeto a la servidumbre del que lo venció.
Mas, oh amados, no ignoréis una cosa: y es que un día delante del Señor es como mil años y mil años son como un día.
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.
(porque la vida es manifestada; y también lo vimos, y testificamos, y os mostramos aquella la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido);
Y esta es la Promesa que oímos de él, y os la anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
Y él es la aplacación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
El que dice: Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él.
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la Palabra que habéis oído desde el principio.
Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es la verdad en él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra.
Os escribo a vosotros, padres, que habéis conocido a aquel que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, que habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, que habéis conocido al Padre.
Os he escrito a vosotros, padres, que habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, que sois fuertes, y que la palabra de Dios mora en vosotros, y que habéis vencido al maligno.
Porque todo lo que hay en el mundo que es la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.
Hijitos, ya es la postrera hora; y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado a ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo.
Ellos salieron de nosotros, mas no eran de nosotros, porque si fueran de nosotros, hubieran sin duda permanecido con nosotros; pero esto es para que se manifestara que todos no son de nosotros.
No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como a los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad.
¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.
Y esta es la Promesa, la cual él nos prometió, que es vida eterna.
Y la Unción que vosotros habéis recibido de él, permanece en vosotros; y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la Unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, permaneced en él.
Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él.
Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere (en nosotros) , seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.
Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; y el pecado es transgresión de la Ley.
Hijitos, no os engañe ninguno; el que hace justicia, es justo, como él también es justo.
El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo.
Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no hace justicia, y que no ama a su Hermano, no es de Dios.
Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
Cualquiera que aborrece a su Hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
Y si nuestro corazón nos reprende, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesús, el Cristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne es de Dios;
y todo espíritu que no confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.
Nosotros somos de Dios, el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
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- 20.Mateo 10:38-Mateo 23:23
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- 22.Lucas 1:28-Lucas 19:46
- 23.Lucas 20:2-Juan 8:47
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- 31.1 Juan 4:7-Apocalipsis 22:11
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