'Jesús' en la Biblia
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- 3.Mateo 26:26-Marcos 5:6
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- 5.Marcos 11:15-Lucas 5:12
- 6.Lucas 5:13-Lucas 11:53
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- 8.Lucas 23:28-Juan 6:59
- 9.Juan 6:61-Juan 12:23
- 10.Juan 12:30-Hechos 1:1
- 11.Hechos 1:7-Romanos 5:17
- 12.Romanos 5:21-Efesios 3:14
- 13.Efesios 3:21-Hebreos 2:14
- 14.Hebreos 3:1-Apocalipsis 22:21
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.
Entonces Jesús les dice: Aún por un poco estará la Luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os tomen las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
Entre tanto que tenéis la Luz, creed en la Luz, para que seáis hijos de la Luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos.
Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Antes del día de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasara de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,
Respondió Jesús, y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; mas lo entenderás después.
Le dice Pedro: No me lavarás los pies jamás. Le respondió Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Le dice Jesús: El que está lavado, no necesita sino que se lave los pies, porque está todo limpio; y vosotros limpios sois, aunque no todos.
Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba sentado en la mesa al lado de Jesús.
El, entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es?
Respondió Jesús: Aquel es, a quien yo diere el bocado mojado. Y mojando el bocado, lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.
Y tras el bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dice: Lo que harás, hazlo más pronto.
Porque los unos pensaban, porque Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diera algo a los pobres.
Entonces cuando él salió, dijo Jesús: Ahora es clarificado el Hijo del hombre, y Dios es clarificado en él.
Le dice Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después.
Le respondió Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jesús le dice: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto (también) al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Respondió Jesús, y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
Y conoció Jesús que le querían preguntar, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Aún un poquito, y no me veréis después, y otra vez un poquito, y me veréis?
Les respondió Jesús: ¿Ahora creéis?
Estas cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora viene; clarifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te clarifique a ti;
Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús, el Cristo.
Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró Jesús y sus discípulos.
Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos.
Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre él, salió delante, y les dijo: ¿A quién buscáis?
Le respondieron: A Jesús Nazareno. Les dice Jesús: YO SOY (Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.)
Les volvió, pues, a preguntar: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús Nazareno.
Respondió Jesús: Ya os he dicho que YO SOY; pues si a mí me buscáis, dejad ir a éstos.
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo que beber?
Entonces la compañía de los soldados y el tribuno, y los ministros de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron.
Y seguían a Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al atrio del sumo sacerdote;
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo; yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el Templo, donde se juntan todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
Y como él hubo dicho esto, uno de los criados que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres?
Y llevaron a Jesús de Caifás al pretorio; y era por la mañana; y ellos no entraron en el pretorio para no ser contaminados, sino que comieran el cordero de la pascua.
para que se cumpliera el dicho de Jesús, que había dicho, señalando de qué muerte había de morir.
Así que, Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús, y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
Le respondió Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Respondió Jesús: Mi Reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi Reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; ahora, pues, mi Reino no es de aquí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego Rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que YO SOY Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la Verdad. Todo aquel que es de la Verdad, oye mi voz.
Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
y acercándose a Jesús, Le decían: `` ¡Salve, Rey de los Judíos!" Y Le daban bofetadas.
Así salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y les dice Pilato: He aquí el hombre.
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Como resultado de esto, Pilato procuraba soltar a Jesús, pero los Judíos gritaron: ``Si suelta a Este, usted no es amigo del César; todo el que se hace rey se opone al César."
Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice el Enlosado, y en hebreo Gábata.
Así que entonces lo entregó a ellos para que fuera colgado de un madero. Y tomaron a Jesús, y le llevaron.
Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando su cruz al {sitio} llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota,
donde le colgaron del madero, y con él otros dos, uno en un madero a cada lado, y Jesús en medio.
Y escribió también Pilato un título, que puso encima del madero. Y el escrito era: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
Y muchos de los Judíos leyeron este título, porque el lugar donde estaba Jesús colgado del madero era cerca de la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en griego, y en latín.
Cuando los soldados hubieron colgado a Jesús del madero, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes (a cada soldado una parte); y la túnica; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba.
Y estaban junto al madero de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Y como vio Jesús a la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliera, dijo: Sed tengo.
Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el Espíritu.
Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y {también las} del otro que había sido crucificado con Jesús;
Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas;
Pasadas estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas en secreto por miedo de los judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; lo cual permitió Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Entonces vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar.
Allí, pues, por causa de la víspera de la Pascua de los judíos, porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: Han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto.
y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte.
Porque todavía no habían entendido la Escritura, que Jesús debía resucitar de entre los muertos.
y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Cuando había dicho esto, volvió atrás, y vio a Jesús que estaba allí; pero no sabía que era Jesús.
Le dice Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Le dice Jesús: ¡María! Volviéndose ella, le dice: ¡Raboni! Que quiere decir, Maestro.
Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío.
Pero Tomás, uno de los doce, que se dice el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y se puso en medio, y dijo: Paz tengáis.
Le dice Jesús: Porque me has visto, oh Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.
También muchas otras señales, a la verdad, hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro.
Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Después se manifestó Jesús otra vez a sus discípulos en el mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Y venida la mañana, Jesús se puso a la ribera; mas los discípulos no entendieron que era Jesús.
Entonces Jesús les dijo*: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le respondieron: No.
Y Jesús les dice: Echad la red a la mano derecha del navío, y hallaréis. Entonces la echaron, y no la podían en ninguna manera sacar, por la multitud de los peces.
Dijo entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, a Pedro: El Señor es. Entonces Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa, porque estaba desnudo, y se echó al mar.
Les dice Jesús: Traed de los peces que cogisteis ahora.
Les dice Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿Tú, quién eres? Sabiendo que era el Señor.
Viene pues Jesús, y toma el pan, y les da; y asimismo del pez.
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos.
Y cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le dice: Sí Señor; tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis corderos.
Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, {hijo} de Juan, ¿me amas? {Pedro} le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. {Jesús} le dijo*: Pastorea mis ovejas.
Le dice la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijera la tercera vez: ¿Me amas? Y le dice: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas.
Volviéndose Pedro, ve a aquel discípulo al cual amaba Jesús, que les seguía, el que también se había recostado a su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Así que cuando Pedro vio a éste, dice a Jesús: Señor, ¿y éste, qué?
Le dice Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no le dijo, No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?
Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribieran cada una por sí, pienso que ni aun el mundo podrá contener los libros que se habrían de escribir. Amén.
Primero hemos hablado, oh Teófilo, de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
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