'Palabra' en la Biblia
"Estos que están junto al camino donde se siembra la palabra, son {aquéllos} que en cuanto {la} oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos.
"Y de igual manera, éstos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo;
pero no tienen raíz {profunda} en sí mismos, sino que {sólo} son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se apartan de ella.
"Otros son aquéllos en los que se sembró la semilla entre los espinos; éstos son los que han oído la palabra,
pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.
"Y otros son aquéllos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno."
Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba la palabra, según podían oír{la;}
invalidando {así} la palabra de Dios por la tradición de ustedes, la cual han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a éstas."
Pero enviaron algunos de los Fariseos y de los Herodianos para sorprender a Jesús en {alguna} palabra.
Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. {Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna.}
tal como nos las dieron a conocer los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra (del evangelio),
Entonces María dijo: ``Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra." Y el ángel se fue de su presencia.
``Ahora, Señor, permite que Tu siervo se vaya En paz, conforme a Tu palabra;
durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Todos se admiraban de Su enseñanza porque Su mensaje (palabra) era con autoridad.
Aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret,
Simón Le contestó: ``Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque Tú lo pides (a Tu palabra), echaré las redes."
por eso ni siquiera me consideré digno de ir a Ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado.
La parábola es ésta: la semilla es la palabra de Dios.
"Aquéllos a lo largo del camino son los que han oído, {pero} después viene el diablo y arrebata la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
"Aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero no tienen raíz {profunda;} creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben.
"Pero la {semilla} en la tierra buena, son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con {su} perseverancia.
Pero El les respondió: ``Mi madre y Mis hermanos son éstos que oyen la palabra de Dios y {la} hacen."
Ella tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba Su palabra.
``Al contrario," le contestó Jesús, ``dichosos los que oyen la palabra de Dios y {la} guardan."
"Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Y no podían sorprender a Jesús en palabra alguna delante del pueblo; y maravillados de Su respuesta, se callaron.
El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro recordó la palabra del Señor, de cómo le había dicho: ``Antes que el gallo cante hoy, Me negarás tres veces."
`` ¿Qué cosas?" les preguntó Jesús. Y ellos Le dijeron: ``Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
En el principio {ya} existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, {diciendo:} ``El me dijo todo lo que yo he hecho."
``Puedes irte, tu hijo vive," le dijo Jesús. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
``En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación (a juicio), sino que ha pasado de muerte a vida.
"Y Su palabra no la tienen morando en ustedes, porque no creen en Aquél que El envió.
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: ``Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos;
"Sé que ustedes son descendientes de Abraham; y sin embargo, Me quieren matar porque Mi palabra no tiene aceptación en ustedes.
" ¿Por qué no entienden lo que digo? Porque no pueden oír Mi palabra.
"En verdad les digo que si alguien guarda Mi palabra, no verá jamás la muerte."
Los Judíos Le dijeron: ``Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y Tú dices: `Si alguien guarda Mi palabra no probará jamás la muerte.'
"Ustedes no Lo han conocido, pero Yo Lo conozco; y si digo que no Lo conozco seré un mentiroso como ustedes; pero {sí} Lo conozco y guardo Su palabra.
"Si a aquéllos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar),
para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: ``SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO? ¿Y A QUIEN SE HA REVELADO EL BRAZO DEL SEÑOR?"
"El que Me rechaza y no recibe Mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.
Jesús le respondió: ``Si alguien Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
"El que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre que Me envió.
"Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado.
"Acuérdense de la palabra que Yo les dije: `Un siervo no es mayor que su señor.' Si Me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes; si guardaron Mi palabra, también guardarán la de ustedes.
"Pero {ellos han hecho esto} para que se cumpla la palabra que está escrita en su Ley: `ME ODIARON SIN CAUSA.'
``He manifestado Tu nombre a los hombres que del mundo Me diste; eran Tuyos y Me los diste, y han guardado Tu palabra.
"Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo.
"Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad.
``Pero no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos,
Así se cumplía la palabra que había dicho: ``De los que Me diste, no perdí ninguno."
{Esto sucedió} para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas (personas).
Pero muchos de los que habían oído el mensaje (la palabra) creyeron, llegando el número de los hombres como a 5,000.
"Ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza,
Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.
Entonces los doce (apóstoles) convocaron a la congregación (multitud) de los discípulos, y dijeron: ``No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir mesas.
"Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio (al servicio) de la palabra."
Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
Así que los que habían sido esparcidos iban predicando (anunciando las buenas nuevas de) la palabra.
Cuando los apóstoles que {estaban} en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan,
Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio (las buenas nuevas) en muchas aldeas de los Samaritanos.
Entonces Pedro tomó la palabra, y dijo: ``Ciertamente {ahora} entiendo que Dios no hace acepción de personas,
"El mensaje (La palabra) que El envió al pueblo de Israel, predicando (anunciando el evangelio) de paz por medio de Jesucristo, que El es Señor de todos.
Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje (la palabra).
Los apóstoles y los hermanos que estaban por toda Judea oyeron que también los Gentiles habían recibido la palabra de Dios.
Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución (tribulación) que sobrevino después de {la muerte de} Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino sólo a los Judíos.
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
Al llegar a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos; y tenían también a Juan de ayudante.
que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre inteligente. Este hizo venir a Bernabé y a Saulo, y deseaba oír la palabra de Dios.
Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los oficiales de la sinagoga les mandaron a decir: ``Hermanos, si tienen alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablen."
``Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre ustedes temen a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación.
El siguiente día de reposo casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra del Señor.
Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: ``Era necesario que la palabra de Dios les fuera predicada primeramente a ustedes; pero ya que la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, así que ahora nos volvemos a los Gentiles.
Oyendo esto los Gentiles, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban ordenados a vida eterna.
Y la palabra del Señor se difundía por toda la región.
Con todo, se detuvieron {allí} mucho tiempo hablando valientemente, {confiados} en el Señor que confirmaba la palabra de Su gracia, concediendo que se hicieran señales (milagros) y prodigios por medio de sus manos.
Y llamaban a Bernabé, Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que dirigía la palabra.
Después de mucho debate, Pedro se levantó y les dijo: ``Hermanos, ustedes saben que en los primeros días Dios escogió de entre ustedes que por mi boca los Gentiles oyeran la palabra del evangelio y creyeran.
Cuando terminaron de hablar, Jacobo (Santiago, hermano de Jesús) tomó la palabra y dijo: ``Escúchenme, hermanos.
También Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, enseñando y proclamando con muchos otros, las buenas nuevas de la palabra del Señor.
Después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: ``Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor, {para ver} cómo están."
Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia (provincia occidental de Asia Menor).
Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, {para ver} si estas cosas eran así.
Pero cuando los Judíos de Tesalónica supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la {predicación de la} palabra, testificando solemnemente a los Judíos que Jesús era el Cristo (el Mesías).
Entonces Pablo se quedó {allí} un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.
Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos.
Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor.
``Ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de Su gracia, que es poderosa para edificar{los} y dar{les} la herencia entre todos los santificados.
Estaban afligidos especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y lo acompañaron hasta el barco.
``Y él dijo: `El Dios de nuestros padres (antepasados) te ha designado para que conozcas Su voluntad, y para que veas al Justo y oigas palabra de Su boca.
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