'Vino' en la Biblia
Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y se vino a tierra de Israel.
Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.
Y en aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado de él.
Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí:
Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a su suegra echada en cama, y con fiebre.
Y cierto escriba vino y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
Entonces entrando en un barco, pasó al otro lado, y vino a su ciudad.
Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y se pierden los odres; mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente.
Hablando él estas cosas a ellos, he aquí vino un principal, y le adoró, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es aprobada por sus hijos.
La reina del austro se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y he aquí más que Salomón en este lugar.
mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Entonces, despedida la multitud, Jesús se vino a casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
Y a la cuarta vigilia de la noche, {Jesús} vino a ellos andando sobre el mar.
Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme.
Y partiendo Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
Entonces, despedida la multitud, subió en un barco; y vino a los términos de Magdala.
Entonces Jesús vino y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
Mas os digo que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá de ellos.
Cuando ellos llegaron a la multitud, vino a él un hombre hincándose de rodillas,
Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido.
Y aconteció que acabando Jesús estas palabras, se pasó de Galilea, y vino a los términos de Judea, pasado el Jordán.
Y he aquí, vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
Entonces vino a Él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándole y pidiéndole algo.
como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Y viendo una higuera sobre el camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.
Y como vino al Templo, se acercaron a él cuando estaba enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, diciendo: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te dio esta autoridad?
Y vino al segundo, y le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Yo señor, voy, y no fue.
Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia (rectitud), y no le creisteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, nunca os arrepentisteis después para creerle.
Y cuando el rey vino para ver a los convidados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda,
y no conocieron hasta que vino el diluvio y tomó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.
Y mientras que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, e hizo cuentas con ellos.
Y el que había recibido cinco talentos, vino y trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí, he ganado sobre ellos otros cinco talentos.
Entonces vino el que había recibido un talento, y dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
vino a él una mujer, teniendo un vaso de alabastro de ungüento de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.
Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora?
Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados.
Entonces vino a sus discípulos y les dice: Dormid ya, y descansad; he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.
Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él muchas personas con espadas y bastones, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.
le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero después de probar{lo,} no {lo} quiso beber.
Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús.
Y avanzado el sábado, amaneciendo para el primero de los sábados, vino María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro.
Y Jesús vino y les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
y vino una voz de los cielos, {que decía:} Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.
Mas después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea, predicando el Evangelio del Reino de Dios,
Vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
Entonces vino Él, y tomándola de la mano la levantó; y al instante le dejó la fiebre, y ella les servía.
Y un leproso vino a él, rogándole; e hincada la rodilla, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.
Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y se derrama el vino, y los odres se pierden; mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón; una gran multitud, {que} al oír todo lo que {Jesús} hacía, vino a El.
Y cuando El salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
Y los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y {la gente} vino a ver qué era lo que había sucedido.
Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su vestido.
Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en sí había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
Y vino á casa del príncipe de la sinagoga, y vió el alboroto, los que lloraban y gemían mucho.
Y salió de allí, y vino a su tierra, y le siguieron sus discípulos.
Y los vio fatigados remando, porque el viento les era contrario; y cerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar, y quería precederlos.
Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó a sus pies.
Volviendo a salir de los términos de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis.
Luego entrando en el barco con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.
Y vino a Betsaida; y le traen un ciego, y le ruegan que le tocara.
Y vino una nube que les hizo sombra, y una voz de la nube, que decía: Este es mi Hijo amado: A EL OID.
Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
Y como vino a los discípulos, vio gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos.
Y partiendo de allí, vino a los términos de Judea y tras el Jordán; y volvió la multitud a juntarse a él; y les volvió a enseñar como acostumbraba.
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
El entonces, echando su capa, se levantó, y vino a Jesús.
Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.
Y uno de los escribas que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, vino y le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Y como vino una viuda pobre, echó dos centavos, que es un cuadrante.
Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, vino a los príncipes de los sacerdotes, para entregárselo.
Y cuando llegó la noche, vino Él con los doce.
Y vino y los halló durmiendo; y dice a Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?
Y vino de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados {de sueño;} y no sabían qué responderle.
Y vino la tercera vez, y les dice: Dormid ya y descansad. Basta, la hora es venida; he aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores.
Y luego, aún hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.
Y como vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó.
Y estando Pedro en el palacio abajo, vino una de las criadas del sumo sacerdote;
Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
Y cuando vino la hora sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el Reino de Dios, vino, y osadamente entró a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
Y fue, que cumplidos los días de su oficio, se vino a su casa.
Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa de Judea.
Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando sus padres trajeron al niño Jesús al Templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley.
Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
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