'Enemigos' en la Biblia
Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta, o pulgón; si sus enemigos los tuvieren sitiados en la tierra de sus ciudades; cualquier plaga o enfermedad que sea;
Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren a Jehová hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu nombre,
y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti hacia su tierra, que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre;
Mas temed a Jehová vuestro Dios, y Él os librará de mano de todos vuestros enemigos.
Y desampararé el resto de mi heredad, y los entregaré en manos de sus enemigos; y serán para presa y despojo de todos sus adversarios;
Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si para traicionarme en pro de mis enemigos, siendo mis manos sin iniquidad, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.
Subieron pues a Baal-perazim, y allí los hirió David. Dijo luego David: Dios rompió mis enemigos por mi mano, como se rompen las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he talado a todos tus enemigos de delante de ti, y te he hecho gran nombre, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Además te hago saber que Jehová te edificará casa.
Escoge para ti, o tres años de hambre; o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o por tres días la espada de Jehová y pestilencia en la tierra, y que el ángel de Jehová destruya en todo el término de Israel. Mira, pues, qué he de responder al que me ha enviado.
He aquí, un hijo te nacerá, el cual será varón pacífico, porque yo le daré reposo de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón; y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.
Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que no pediste riquezas, ni posesiones, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,
Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos, por haber prevaricado contra ti, y se convirtieren, y confesaren tu nombre, y rogaren delante de ti en esta casa,
Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia, si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si los sitiaren sus enemigos en las ciudades de su tierra; cualquiera que sea la plaga o enfermedad;
Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre,
Si pecaren contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, y éstos los llevaren cautivos a tierra lejana o cercana;
Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para tornarse a Jerusalén con gozo, porque Jehová les había dado gozo sobre sus enemigos.
Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.
Pero si quieres ir, ve, esfuérzate para la batalla, pero Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.
Pero Amasías no quiso oír; porque esto venía de Dios, que los quería entregar en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom.
Y bajo la mano de éstos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos y fuertes para ayudar al rey contra los enemigos.
Y cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los hijos de los de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,
Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra.
Y sucedió que cuando oyeron nuestros enemigos que nos habíamos enterado, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su obra.
Y aconteció que habiendo oído Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y el resto de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas),
Y sucedió que cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban en nuestros alrededores, y se sintieron muy humillados ante sus propios ojos, y conocieron que esta obra había sido hecha por nuestro Dios.
Y los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas misericordias les diste libertadores para que los librasen de mano de sus enemigos.
Pero una vez que tenían reposo, volvían a hacer lo malo delante de ti; por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos; mas cuando se volvían y clamaban otra vez a ti, tú desde los cielos los oías, y muchas veces los libraste según tus misericordias.
La copia de la escritura que había de darse por ordenanza en cada provincia, para que fuese manifiesta a todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen apercibidos para aquel día, para vengarse de sus enemigos.
Y en el mes duodécimo que es el mes de Adar, al día trece del mismo, en el que tocaba se ejecutase el mandamiento del rey y su ley, el mismo día en que esperaban los enemigos de los judíos enseñorearse de ellos, fue lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de sus enemigos.
E hirieron los judíos a todos sus enemigos a golpe de espada, de mortandad, de destrucción; e hicieron con los que los aborrecían lo que quisieron.
En cuanto a los otros judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y tuvieron reposo de sus enemigos, y mataron de sus contrarios a setenta y cinco mil; mas en el despojo no metieron su mano.
como días en que los judíos tuvieron reposo de sus enemigos, y el mes que de tristeza se les volvió en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquete y de gozo, y de enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres.
También encendió contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos.
«Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalón su hijo» ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
Levántate, oh Jehová; sálvame, oh Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebrantaste.
Guíame, Jehová, en tu justicia a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino.
Sean avergonzados y muy aterrados todos mis enemigos; que se vuelvan y súbitamente sean avergonzados.
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo y al vengativo.
mis enemigos volvieron atrás; caerán y perecerán delante de ti.
Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista, y desprecia a todos sus enemigos.
para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;
de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:» Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no volví hasta acabarlos.
Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.
Mira mis enemigos, que se han multiplicado, y con odio violento me aborrecen.
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y entonaré salmos a Jehová.
Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud, a causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
«Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.
De todos mis enemigos he sido oprobio, más de mis vecinos, y horror a mis conocidos; los que me veían fuera, huían de mí.
En tu mano están mis tiempos: Líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
No se alegren de mí los que injustamente son mis enemigos; ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
Mas los impíos perecerán, y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros serán consumidos; se disiparán como humo.
Porque mis enemigos están vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa:
Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a voluntad de sus enemigos.
Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
como con una espada en mis huesos? Mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; en tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.
Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían.
Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
Él volverá el mal a mis enemigos; córtalos por tu verdad.
Porque me ha librado de toda angustia, y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.
Me devorarían cada día mis enemigos; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare; en esto conozco que Dios es por mí.
«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo» Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.
El Dios de mi misericordia irá delante de mí: Dios perimitirá que yo vea en mis enemigos mi deseo.
En Dios haremos proezas; y Él hollará a nuestros enemigos.
Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
«Al Músico principal: Salmo de David: Canción» Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.
Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que camina en sus pecados.
Porque sumergirás tu pie en la sangre de tus enemigos, y en ella también la lengua de tus perros.
Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado.
Acércate a mi alma, redímela. Líbrame a causa de mis enemigos.
Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.
Porque mis enemigos hablan contra mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente.
Los que habitan el desierto se postrarán delante de él; y sus enemigos lamerán la tierra.
Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; han puesto sus banderas por señales.
No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.
Y los guió con seguridad, de modo que no tuvieran miedo; y el mar cubrió a sus enemigos.
e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio afrenta perpetua.
Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan entre sí.
En un instante habría yo derribado a sus enemigos, y vuelto mi mano sobre sus adversarios.
Porque he aquí que rugen tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.
Tú quebrantaste a Rahab como a un muerto; con tu brazo fuerte esparciste a tus enemigos.
Mas yo quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen.
Has exaltado la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios.
Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, han deshonrado los pasos de tu ungido.
Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, porque he aquí, perecerán tus enemigos; serán disipados todos los obradores de iniquidad.
Y mis ojos mirarán mi deseo sobre mis enemigos; oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
Fuego va delante de Él, y abrasa a sus enemigos alrededor.
Cada día me afrentan mis enemigos; los que contra mí se enfurecen se han conjurado contra mí.
Y multiplicó su pueblo en gran manera, y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
Cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó ni uno de ellos.
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