'También' en la Biblia
- 1.Gé 1:16-Éx 7:11
- 2.Éx 8:18-Números 12:2
- 3.Números 13:28-Jueces 3:31
- 4.Jueces 5:15-1 Reyes 1:46
- 5.1 Reyes 1:48-1 Crónicas 12:18
- 6.1 Crónicas 12:19-Esdras 5:14
- 7.Esdras 6:5-Eclesiastés 1:17
- 8.Eclesiastés 2:1-Jeremías 38:25
- 9.Jeremías 46:14-Zacarías 11:8
- 10.Zacarías 13:2-Lucas 6:14
- 11.Lucas 6:16-Juan 9:40
- 12.Juan 10:15-Hechos 24:15
- 13.Hechos 24:26-1 Corintios 15:18
- 14.1 Corintios 15:21-Filipenses 4:15
- 15.Colosenses 1:6-1 Pedro 3:19
- 16.1 Pedro 4:1-Apocalipsis 17:11
el cual ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo; y lleva fruto, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
Y también a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente por las malas obras, ahora os ha reconciliado
Por lo cual también trabajo, luchando según su poder, el cual obra poderosamente en mí.
En quien también sois circuncidados de circuncisión no hecha de mano, en el despojamiento del cuerpo del pecado de la carne, en la circuncisión de Cristo.
Sepultados con Él en el bautismo, en el cual también sois resucitados con Él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria.
en las cuales también vosotros anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca.
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Amos, tratad a vuestros siervos como es justo y recto, sabiendo que vosotros también tenéis un Amo en el cielo.
orando juntamente también por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio de Cristo, por el cual estoy también preso;
Y cuando esta epístola haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses; y que la epístola de Laodicea la leáis también vosotros.
porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo en palabra, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como bien sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por amor a vosotros.
Porque partiendo de vosotros ha resonado la palabra del Señor; no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada;
Vosotros sois testigos, y también Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis;
Por lo cual nosotros también sin cesar damos gracias a Dios, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino como es en verdad, la palabra de Dios, la cual también obra eficazmente en vosotros los que creéis.
Porque vosotros, hermanos, habéis seguido el ejemplo de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues vosotros también habéis padecido las mismas cosas de los de vuestra propia nación, como también ellos de los judíos;
Por lo cual, también yo, no pudiendo esperar más, he enviado a reconocer vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador, y que nuestro trabajo haya sido en vano.
Pero ahora que Timoteo vino de vosotros a nosotros, y nos trajo las buenas nuevas de vuestra fe y amor, y que siempre tenéis gratos recuerdos de nosotros, deseando vernos, como también nosotros a vosotros;
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros;
Así que, el que menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Él a los que durmieron en Jesús.
También os exhortamos, hermanos, que amonestéis a los que andan desordenadamente, que confortéis a los de poco ánimo, que soportéis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.
Fiel es el que os llama; el cual también lo hará.
Asimismo también, que las mujeres se adornen con atavío decoroso, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos;
También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
Y éstos también sean primero puestos a prueba; y luego ejerzan el diaconado, si fueren irreprensibles.
Que por esto también trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles.
Y así también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas e indiscretas, hablando cosas que no debieran.
A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman.
Asimismo también las buenas obras de algunos, de antemano son manifiestas; y las que son de otra manera, no pueden ocultarse.
trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy seguro que en ti también.
Y lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
Y aun también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
Por tanto, todo lo sufro por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
Palabra fiel es ésta: Que si somos muertos con Él, también viviremos con Él:
Si sufrimos, también reinaremos con Él; si lo negáremos, Él también nos negará:
Pero en una casa grande, no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y asimismo unos para honra, y otros para deshonra.
Huye también de las concupiscencias juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Señor de corazón puro.
Sabe también esto; que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
Mas no llegarán muy lejos; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Guárdate tú también de él; pues en gran manera ha resistido a nuestras palabras.
retenedor de la palabra fiel como le ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradicen.
Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y diversos placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, aborreciéndonos unos a otros.
Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto.
Y asimismo prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
el cual fue fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés sobre toda su casa.
Porque también a nosotros se nos ha predicado el evangelio como a ellos; pero no les aprovechó la palabra predicada a los que la oyeron al no mezclarla con fe.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente también ofrendas y sacrificios por los pecados;
que pueda compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaqueza;
y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por el pueblo, como también por sí mismo.
Así también Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy;
como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz;
Y ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos aunque también éstos hayan salido de los lomos de Abraham.
Y por decirlo así, también Leví, que recibe los diezmos, pagó diezmos en Abraham;
Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley;
por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también Éste tenga algo que ofrecer.
Porque habiendo hablado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, e hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el pueblo,
Y además de esto roció también con sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
Así también Cristo fue ofrecido una sola vez, para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que le esperan.
Y el Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que había dicho:
Por fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido.
Por lo cual también, de uno, y éste ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
pensando que aun de los muertos es Dios poderoso para levantar; de donde también le volvió a recibir por figura.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
La voz del cual conmovió entonces la tierra; pero ahora ha prometido, diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Porque apenas se levanta el sol con ardor, y la hierba se seca, y la flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, con ropa fina, y también entra un pobre vestido en harapos,
Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también dijo: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Tú crees que hay un Dios; bien haces; también los demonios creen y tiemblan.
Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
Porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quiere el que las gobierna.
Así también la lengua es un miembro muy pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego, ¡cuán grande bosque enciende!
Tened paciencia también vosotros; afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
sino que, así como Aquél que os llamó es santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra manera de vivir;
Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.
Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en Él, no será avergonzado.
Y: Piedra de tropiezo, y roca de escándalo a los que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados.
Siervos, sujetaos con todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y amables, sino también a los que son severos.
Porque para esto fuisteis llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:
Asimismo vosotras, esposas, sujetaos a vuestros propios maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas a sus maridos;
Mas también si alguna cosa padecéis por la justicia, sois bienaventurados. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni seáis turbados;
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu;
en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados;
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- 1.Gé 1:16-Éx 7:11
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