86 Versículo de la Biblia sobre La sabiduría humana importancia
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Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y con toda tu posesión adquiere inteligencia.
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia;
Recibid mi enseñanza, y no plata; y entendimiento antes que el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.
El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarse del infierno abajo.
El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio.
La ley del sabio es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.
Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; mas la instrucción de los necios es necedad.
Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrá recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada.
Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, a perpetua eternidad.
Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia.
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días, y años de vida y paz te añadirán.
El que posee entendimiento, ama su alma; el que guarda la inteligencia, hallará el bien.
Tesoro codiciable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato lo disipa. El que sigue la justicia y la misericordia, hallará la vida, la justicia y la honra.
Con sabiduría se edifica la casa, y con prudencia se afirma;
Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron a Jehová; por tanto, no prosperaron, y todo su rebaño será dispersado.
No la dejes, y ella te guardará; ámala, y ella te conservará.
Mas el que me oyere, habitará confiadamente, y vivirá reposado, sin temor del mal.
Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él reserva la sana sabiduría para los rectos; es escudo a los que caminan rectamente. Él guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos.Leer más.
Entonces entenderás justicia, juicio, y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y el conocimiento fuere dulce a tu alma, la discreción te guardará, te preservará la inteligencia,
En la boca del necio está la vara de la soberbia; mas los labios de los sabios los guardarán.
El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría, será librado.
he aquí he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no haya habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio a la mente la inteligencia?
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
de manera que inclines tu oído a la sabiduría, y apliques tu corazón a la prudencia;
El corazón del sabio hace prudente su boca; y con sus labios aumenta el saber.
Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi sabiduría:
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por buena conducta sus obras en mansedumbre de sabiduría.
Dame entendimiento, y guardaré tu ley; y la observaré de todo corazón.
para recibir el consejo de sabiduría, justicia, juicio y equidad;
Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar.
La necedad es alegría al falto de entendimiento; mas el hombre entendido camina con rectitud.
Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para mal hacer, pero hacer el bien no lo saben.
¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes tropezarán en ellos.
Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos. Así que me gozo de vosotros; mas quiero que seáis sabios para el bien, y simples para el mal.
Mirad, pues, que andéis con diligencia; no como necios, sino como sabios,
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual; para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios;
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni seáis mentirosos contra la verdad. Esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay confusión y toda obra perversa.Leer más.
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, luego pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial y sin hipocresía.
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco insensatas. Las insensatas, tomaron sus lámparas, no tomando consigo aceite.Leer más.
Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la media noche fue oído un clamor: He aquí, viene el esposo; salid a recibirle. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron, diciendo: No; no sea que no haya suficiente para nosotras y vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras. Y entre tanto que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
La sabiduría del prudente está en entender su camino; mas la indiscreción de los necios es engaño.
El avisado ve el mal, y se esconde; mas los simples pasan, y reciben el daño.
El avisado ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y llevan el daño.
Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes pongamos sobre este trabajo.
Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.
Y aconteció que cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se gozó en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande.
Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, y Él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley de Jehová tu Dios.
Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, y a sus ancianos enseñara sabiduría.
Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá estable.
Sí, ellos son perros comilones e insaciables; y son pastores que no pueden entender: todos ellos miran por sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.
Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento e inteligencia.
Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
Dame ahora sabiduría y entendimiento, para salir y entrar delante de este pueblo: porque ¿quién podrá juzgar a este tu pueblo que es tan grande?
La boca del justo hablará sabiduría; y su lengua pronunciará juicio.
El rey sabio dispersa los impíos, y sobre ellos hace rodar la rueda.
También estas cosas pertenecen a los sabios. Tener acepción de personas en el juicio no es bueno.
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual su señor puso sobre su familia para que les dé el alimento a tiempo?
Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración?
Para vuestra vergüenza lo digo. ¿Será así, que no haya entre vosotros sabio, ni siquiera uno que pueda juzgar entre sus hermanos?
Mi boca hablará sabiduría; y la meditación de mi corazón será inteligencia.
La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:
Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído;
El sabio de corazón será llamado prudente; y la dulzura de labios aumenta el saber.
Abre su boca con sabiduría; y la ley de misericordia está en su lengua.
Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo, por muchos días.
Pero hablamos sabiduría entre perfectos; y sabiduría, no de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que se desvanece. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría encubierta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria;
A quien nosotros predicamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor.
Oirá el sabio, y aumentará el saber; y el entendido adquirirá consejo;
El oído que escucha las reprensiones de vida, entre los sabios morará.
Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura.
Da consejo al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.
El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios, será quebrantado.
El escarnecedor no ama al que le reprende; ni se junta con los sabios.
Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez.
y le libró de todas sus aflicciones, y le dio gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de cientos, y jefes de cincuenta, y jefes de diez, y oficiales entre vuestras tribus.
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Para mudar el aspecto de las cosas, Joab tu siervo ha hecho esto; mas mi señor es sabio, conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer todo lo que hay en la tierra.
Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón; y los pastoreó con la pericia de sus manos.
En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres que eran rameras, y se presentaron delante de él. Y una de las mujeres, dijo: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Y aconteció al tercer día después que yo di a luz, que ésta también dio a luz, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.Leer más.
Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él. Y ella se levantó a media noche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso a mi lado su hijo muerto. Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas le observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey. El rey entonces dijo: Ésta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
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