'Buena' en la Biblia
Y vió Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas.
Y tú vendrás á tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
Entonces Abraham se convino con Ephrón, y pesó Abraham á Ephrón el dinero que dijo, oyéndolo los hijos de Heth, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.
Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días y fué unido á su pueblo.
Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote: ahora morará conmigo mi marido, porque le he parido seis hijos: y llamó su nombre Zabulón.
Y he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y sacarlos de aquella tierra á una tierra buena y ancha, á tierra que fluye leche y miel, á los lugares del Cananeo, del Hetheo, del Amorrheo, del Pherezeo, del Heveo, y del Jebuseo.
Y cuando alguno santificare su casa consagrándola á Jehová, la apreciará el sacerdote, sea buena ó sea mala: según la apreciare el sacerdote, así quedará.
Qué tal la tierra habitada, si es buena ó mala; y qué tales son las ciudades habitadas, si de tiendas ó de fortalezas;
Y hablaron á toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.
Si Balac me diése su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio; mas lo que Jehová hablare, eso diré yo?
Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y diéronnos cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.
No verá hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que juré había de dar á vuestros padres,
Pase yo, ruégote, y vea aquella tierra buena, que está á la parte allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.
Y Jehová se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad.
Así que yo voy á morir en esta tierra; y no paso el Jordán: mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra.
Y harás lo recto y bueno en ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró á tus padres;
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;
Y comerás y te hartarás, y bendecirás á Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Por tanto, sabe que no por tu justicia Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.
Y así se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis presto de la buena tierra que os da Jehová.
Sabed que Jehová vuestro Dios no echará más estas gentes delante de vosotros; antes os serán por lazo, y por tropiezo, y por azote para vuestros costados, y por espinas para vuestros ojos, hasta tanto que perezcáis de aquesta buena tierra que Jehová vuest
Mas será, que como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os había dicho, así también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado;
Cuando traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando dioses ajenos, é inclinándoos á ellos. Y el furor de Jehová se inflamará contra vosotros, y luego pereceréis de aquesta buena tierra que él os ha dado.
Mi corazón está por los príncipes de Israel, Los que con buena voluntad se ofrecieron entre el pueblo: Load á Jehová.
Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo.
Y murió Gedeón hijo de Joas en buena vejez, y fué sepultado en el sepulcro de su padre Joas, en Ophra de los Abiezeritas.
Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la región, y hemos visto que es muy buena: ¿y vosotros os estáis quedos? no seáis perezosos en poneros en marcha para ir á poseer la tierra.
No, hijos míos; porque no es buena fama la que yo oigo: que hacéis pecar al pueblo de Jehová.
El nombre de aquel varón era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. Y era aquella mujer de buen entendimiento y de buena gracia; mas el hombre era duro y de malos hechos; y era del linaje de Caleb.
Y el atalaya volvió á decir: Paréceme el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc. Y respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buena nueva.
Y Semei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Semei en Jerusalem muchos días.
Entonces el rey envió, é hizo venir á Semei, y díjole: ¿No te conjuré yo por Jehová, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá ó acullá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.
Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque sólo él de los de Jeroboam entrará en sepultura; por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena de Jehová Dios de Israel, en la casa de Jeroboam.
Y Jehová sacudirá á Israel, al modo que la caña se agita en las aguas: y él arrancará á Israel de esta buena tierra que había dado á sus padres, y esparcirálos de la otra parte del río, por cuanto han hecho sus bosques, enojando á Jehová.
Y el rey de Israel dijo á Josaphat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente mal.
Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
Entonces Ezechîas dijo á Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: ¿Mas no habrá paz y verdad en mis días?
Ahora pues, delante de lo ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y en oídos de nuestro Dios, guardad é inquirid todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis por heredad á vuestros hijos después de vosotro
Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas, y de gloria: y reinó en su lugar Salomón su hijo.
Y el rey de Israel respondió á Josaphat: Aun hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar á Jehová: mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Michêas, hijo de Imla. Y respondió Josaphat: No hable así el rey.
Y habló Ezechîas al corazón de todos los Levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la solemnidad por siete días, ofreciendo sacrificios pacíficos, y dando gracias á Jehová el Dios de sus padres.
Porque el día primero del primer mes fué el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó á Jerusalem, según la buena mano de su Dios sobre él
Y trajéronnos, según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido de los hijos de Mahalí, hijo de Leví, hijo de Israel; y á Serabías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho;
Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios era buena sobre mí, y asimismo las palabras del rey, que me había dicho. Y dijeron: Levantémonos, y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.
Al Músico principal: sobre Sosannim: para los hijos de Coré: Masquil: Canción de amores. REBOSA mi corazón palabra buena: Refiero yo al Rey mis obras: Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
Empero yo enderezaba mi oración á ti, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad: Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, Por la verdad de tu salud, óyeme.
Porque tú eres la gloria de su fortaleza; Y por tu buena voluntad ensalzarás nuestro cuerno.
Y tú, Jehová Señor, haz conmigo por amor de tu nombre: Líbrame, porque tu misericordia es buena.
Tu pueblo serálo de buena voluntad en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad: desde el seno de la aurora, Tienes tú el rocío de tu juventud.
Y hallarás gracia y buena opinión En los ojos de Dios y de los hombres.
Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley.
El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.
Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, cuán buena es!
La luz de los ojos alegra el corazón; Y la buena fama engorda los huesos.
El corazón alegre produce buena disposición: Mas el espíritu triste seca los huesos.
El alma sin ciencia no es buena; Y el presuroso de pies peca.
DE más estima es la buena fama que las muchas riquezas; Y la buena gracia más que la plata y el oro.
Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y del panal dulce á tu paladar:
Gustó que era buena su granjería: Su candela no se apagó de noche.
MEJOR es la buena fama que el buen ungüento; y el día de la muerte que el día del nacimiento.
Buena es la ciencia con herencia; y más á los que ven el sol.
Porque Dios traerá toda obra á juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena ó mala.
Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada: haz buena melodía, reitera la canción, porque tornes en memoria.
Y dijo Ezechîas á Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Y añadió: A lo menos, haya paz y verdad en mis días.
El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura, y afirmólo con clavos, porque no se moviese.
Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
A promulgar año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios nuestro; á consolar á todos los enlutados;
¿A qué viene para mí este incienso de Seba, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son á mi voluntad, ni vuestros sacrificios me dan gusto.
Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplieren los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para tornaros á este lugar.
He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la palabra buena que he hablado á la casa de Israel y á la casa de Judá.
En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada: allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
(Y puso Dios á Daniel en gracia y en buena voluntad con el príncipe de los eunucos.)
Sobre las cabezas de los montes sacrificaron, é incensaron sobre los collados, debajo de encinas, y álamos, y olmos que tuviesen buena sombra: por tanto, vuestras hijas fornicarán, y adulterarán vuestras nueras.
Y parte cayó en buena tierra, y dió fruto, cuál a ciento, cuál á sesenta, y cuál á treinta.
Mas el que fué sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno á ciento, y otro á sesenta, y otro á treinta.
Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo:
Y llegándose los siervos del padre de la familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? ¿de dónde, pues, tiene cizaña?
Y respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena simiente es el Hijo del hombre;
Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo;
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué dais pena á esta mujer? Pues ha hecho conmigo buena obra.
Y otra parte cayó en buena tierra, y dió fruto, que subió y creció: y llevó uno á treinta, y otro á sesenta, y otro á ciento.
Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno á treinta, otro á sesenta, y otro á ciento.
Porque Herodes temía á Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le tenía respeto: y oyéndole, hacía muchas cosas; y le oía de buena gana.
Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobaréis? Tened en vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros.
Luego llamándole el mismo David Señor, ¿de dónde, pues, es su hijo? Y los que eran del común del pueblo le oían de buena gana.
Mas Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la fatigáis? Buena obra me ha hecho;
Gloria en las alturas á Dios, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto á medir.
Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fué nacida, llevó fruto á ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oir, oiga.
Mas la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia.
Empero una cosa es necesaria; y María escogió la buena parte, la cual no le será quitada.
Buena es la sal; mas si aun la sal fuere desvanecida, ¿con qué se adobará?
Ni para la tierra, ni para el muladar es buena; fuera la arrojan. Quien tiene oídos para oir, oiga.
Respondiéronle los Judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
Y cuando llegamos á Jerusalem, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.
ENTONCES Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy.
Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
Porque si tú eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán ingeridos en su oliva?
Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?
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