'Toma' en la Biblia

Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo para ti; y servirá de alimento para ti y para ellos.

Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes.

Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma presto tres medidas de flor de harina, amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu esposa, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.

Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo, y tráeme caza;

Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma esposa de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí esposa de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi mano, pues que he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios; y te has contentado conmigo.

Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se convierta en serpiente.

Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale a las aguas; y tú ponte a la orilla del río delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió serpiente,

Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.

Y dijo Moisés a Aarón: Toma un vaso y pon en él un gomer lleno de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.

Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara, con que golpeaste el río, y ve.

Y esto es lo que harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros sin defecto;

Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestimentas, y el aceite de la unción, y el becerro de la expiación, y los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura;

y dijo a Aarón: Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y ofrécelos delante de Jehová.

Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes arriba, y toma la cuenta de los nombres de ellos.

Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos: Yo Jehová.

Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Leví, por sus familias, por las casas de sus padres,

Toma también la cuenta de los hijos de Gersón por las casas de sus padres, por sus familias.

Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y expíalos.

Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve presto a la congregación, y haz expiación por ellos; porque el furor ha salido de delante de la faz de Jehová: la mortandad ha comenzado.

Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara.

Toma la vara y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la roca en ojos de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la roca, y darás de beber a la congregación, y a sus bestias.

Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor;

Y Jehová dijo a Moisés: Toma todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos a Jehová delante del sol; y la ira del furor de Jehová se apartará de Israel.

Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual está el Espíritu, y pondrás tu mano sobre él;

Toma la cuenta de la presa que se ha hecho, así de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y las cabezas de los padres de la congregación:

Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y terrible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;

Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus alas.

Y Jehová dijo a Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y a su pueblo, a su ciudad, y a su tierra.

Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, y retírate hasta el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí, y de los hijos de Zabulón;

Y el Ángel de Dios le dijo: Toma la carne, y los panes sin levadura, y ponlo sobre esta roca, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

Y aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un becerro del hato de tu padre, y otro toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;

Y si le respondía el varón: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.

Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas.

Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo entendiere, me matará. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: He venido para ofrecer sacrificio a Jehová.

Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento a tus hermanos.

Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos están bien, y toma prendas de ellos.

guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la botija del agua, y vámonos.

Entonces Abner le dijo: Apártate a la derecha o a la izquierda, y agárrate alguno de los jóvenes, y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso apartarse de en pos de él.

Y dijo David a Abisai: Seba hijo de Bicri nos hará ahora más mal que Absalón; toma tú a los siervos de tu señor, y ve tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos escape.

Pero los hijos de Belial serán todos ellos arrancados como espinos, los cuales nadie toma con la mano;

Ven pues, ahora, y toma mi consejo, para que salves tu vida, y la vida de tu hijo Salomón.

y dijo a Jeroboam: Toma para ti diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo romperé el reino de la mano de Salomón, y a ti daré diez tribus

Y toma en tu mano diez panes, y turrones, y una botija de miel, y ve a él; que te declare lo que ha de ser de este niño.

Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y vuélvelo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey;

Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi bordón en tu mano, y ve; y si alguno te encontrare, no lo saludes; y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi bordón sobre el rostro del niño.

Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.

Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y consulta por él a Jehová, diciendo: ¿He de sanar de esta enfermedad?

Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos, y toma este frasco de aceite en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.

Toma luego el frasco de aceite, y derrámalo sobre su cabeza, y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes.

Y el atalaya que estaba en la torre de Jezreel, vio la cuadrilla de Jehú, que venía, y dijo: Yo veo una cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de a caballo, y envía a reconocerlos, y que les diga: ¿Hay paz?

Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas.

Y le dijo: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Hiere la tierra. Y él hirió tres veces, y se detuvo.

y le dijo: Toma estos vasos, ve, y ponlos en el templo que está en Jerusalén; y la casa de Dios sea reedificada en su lugar.

Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma la vestidura y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta del rey; no omitas nada de todo lo que has dicho.

Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.

Lo toma con sus ojos; su nariz atraviesa el lazo.

El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da.

No toma contentamiento en la fortaleza del caballo, ni se complace en las piernas fuertes del hombre.

Porque Jehová toma contentamiento con su pueblo; hermoseará a los humildes con salvación.

Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad.

El impío toma soborno del seno, para pervertir las sendas del derecho.

No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra.

El rico se enseñoreará de los pobres; y el que toma prestado es siervo del que presta.

El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.

Y me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella en estilo de hombre tocante a Maher-salal-has-baz.

Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, canta muchas canciones, para que seas recordada.

Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su señor; como a la criada, así a su señora; como al que compra, así al que vende; como al que presta, así al que toma prestado; como al acredor, así al deudor.

El herrero toma la tenaza, trabaja en las brasas, le da forma con los martillos, y trabaja en ella con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y desfallece.

Corta cedros para sí, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.

De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.

Toma el molino, y muele harina: descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate, y ve al Éufrates, y escóndelo allá en la concavidad de una peña.

Y sucedió que después de muchos días me dijo Jehová: Levántate, y ve al Éufrates, y toma de allí el cinto que te mandé escondieses allá.

Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de este furor, y haz que beban de él todas las naciones a las cuales yo te envío.

Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en un vaso de barro, para que se conserven muchos días.

Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc, hijo de Nerías, tomó el rollo en su mano, y vino a ellos.

Entonces mandó el rey al mismo Ebedmelec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la mazmorra, antes que muera.

Toma con tu mano piedras grandes, y escóndelas en el barro, en el enladrillado que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de los hombres de Judá;

Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto: por demás multiplicarás medicinas; no hay cura para ti.

Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.

Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.

Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, maíz y centeno, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.

Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; tómate después un peso de balanza, y divide los cabellos.

Y aconteció que, cuando mandó al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y se paró entre las ruedas.

Toma una oveja escogida; y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella.

Tú, hijo de hombre, tómate ahora una vara, y escribe en ella: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otra vara, y escribe en ella: Para José, vara de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.

El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Y dijo Jehová a Oseas: Ve, toma para ti a una esposa ramera, e hijos de prostitución; porque la tierra gravemente se ha prostituido, apartándose de Jehová.

y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.

Toma de los del cautiverio, de Heldai, y de Tobías, y de Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; y vendrás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías.

Y me dijo Jehová: Toma aún los aperos de un pastor insensato;

Habéis cansado a Jehová con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales Él toma contentamiento; de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio?

Y habiendo ellos partido, he aquí el ángel del Señor apareció en un sueño a José, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes buscará al niño para matarlo.

diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño.

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.