'Al' en la Biblia
- 1.Gé 1:8-Gé 39:10
- 2.Gé 40:13-Éx 19:14
- 3.Éx 19:15-Levítico 5:18
- 4.Levítico 6:6-Números 7:55
- 5.Números 7:61-Números 34:3
- 6.Números 34:5-Deuteronomio 23:13
- 7.Deuteronomio 24:14-Josué 13:8
- 8.Josué 13:21-Jueces 9:51
- 9.Jueces 10:8-1 Samuel 14:5
- 10.1 Samuel 14:17-2 Samuel 7:2
- 11.2 Samuel 7:3-2 Samuel 22:28
- 12.2 Samuel 22:45-1 Reyes 15:13
- 13.1 Reyes 16:16-2 Reyes 13:16
- 14.2 Reyes 13:19-1 Crónicas 28:9
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- 17.Ester 3:6-Job 37:6
- 18.Job 37:23-Salmos 55:22
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- 20.Salmos 136:2-Proverbios 24:21
- 21.Proverbios 24:24-Isaías 8:2
- 22.Isaías 8:7-Isaías 63:14
- 23.Isaías 64:5-Jeremías 40:5
- 24.Jeremías 40:9-Ezequiel 20:47
- 25.Ezequiel 21:3-Ezequiel 48:27
- 26.Ezequiel 48:28-Amós 5:8
- 27.Amós 5:9-Mateo 7:26
- 28.Mateo 8:3-Mateo 28:16
- 29.Marcos 1:10-Marcos 15:9
- 30.Marcos 15:15-Lucas 17:9
- 31.Lucas 17:12-Juan 9:40
- 32.Juan 10:5-Hechos 7:8
- 33.Hechos 7:24-Hechos 22:14
- 34.Hechos 22:23-1 Corintios 12:24
- 35.1 Corintios 14:9-Hebreos 7:13
- 36.Hebreos 7:14-Apocalipsis 4:9
- 37.Apocalipsis 4:10-Apocalipsis 22:14
Pero tuvo en poco meter mano sólo en Mardoqueo; pues ya le habían declarado el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo.
Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y dividido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no observan las leyes del rey; y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir.
Si place al rey, escríbase que sean destruidos; y yo pesaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del rey.
También le dio la copia de la escritura del decreto que había sido dado en Susán para que fuesen destruidos, a fin de que la mostrara a Esther y se lo declarase, y le encargara que fuese al rey a suplicarle, y a pedir delante de él por su pueblo.
Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey saben, que cualquier hombre o mujer que entra al rey al patio de adentro sin ser llamado, hay una sola ley para él: Debe morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para entrar al rey estos treinta días.
Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación se levantará para los judíos de otro lugar; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si has llegado al reino, para un tiempo como éste?
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susán, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
Y aconteció que al tercer día se vistió Esther su vestido real, y se puso en el patio interior de la casa del rey, frente al aposento del rey; y el rey estaba sentado en su trono regio en el aposento real, frente a la puerta del aposento.
Y Esther dijo: Si al rey place, venga hoy el rey con Amán al banquete que le he hecho.
Y respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para hacer lo que Esther ha dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Esther dispuso.
Si he hallado gracia en los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder lo que pido, que venga el rey con Amán al banquete que yo les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
Y añadió Amán: También la reina Esther a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella preparó, sino a mí; y aun para mañana estoy convidado por ella con el rey.
Mas todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
Y le dijo Zeres su esposa, y todos sus amigos: Hagan una horca alta de cincuenta codos, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y el consejo agradó a Amán, e hizo preparar la horca.
Aquella noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y las crónicas; y las leyeron delante del rey.
Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y los siervos que ministraban al rey, respondieron: Nada se ha hecho por él.
Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio de afuera de la casa del rey, para decir al rey que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.
Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey hacer honra más que a mí?
Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey,
y den la vestidura y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
Y Amán tomó la vestidura y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo llevó a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, para hacer venir a Amán al banquete que Esther había dispuesto.
Vino, pues, el rey con Amán al banquete con la reina Esther.
Entonces la reina Esther respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si place al rey, me sea dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.
Y se levantó el rey del banquete del vino, y enfurecido se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para rogar a la reina Esther por su vida; porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey.
Volvió después el rey del huerto del palacio al aposento del banquete del vino, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Esther. Entonces dijo el rey: ¿Querrá también forzar a la reina estando yo en casa? Y al salir esta palabra de la boca del rey, cubrieron el rostro a Amán.
Y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si la cosa es recta delante del rey, y agradable yo en sus ojos, sea escrito para revocar las cartas del designio de Amán hijo de Amadata agageo, que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey.
Y en el mes duodécimo que es el mes de Adar, al día trece del mismo, en el que tocaba se ejecutase el mandamiento del rey y su ley, el mismo día en que esperaban los enemigos de los judíos enseñorearse de ellos, fue lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de sus enemigos.
Y respondió Esther: Si place al rey, concédase también mañana a los judíos en Susán, que hagan conforme al decreto de hoy; y que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.
Mas los judíos que estaban en Susán se juntaron en el día trece y en el catorce del mismo mes; y al día quince del mismo reposaron, y lo hicieron día de banquete y de regocijo.
Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
¿Por qué no morí yo en la matriz, o entregué el espíritu al salir del vientre?
¿Para qué se da luz al trabajado, y vida al amargado de alma,
¿Para qué se da luz al hombre que no sabe por dónde va, y al cual Dios ha acorralado?
al que tropezaba, enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que decaían.
Es cierto que al necio lo mata la ira, y al codicioso lo consume la envidia.
Yo he visto al necio que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.
Mas Él libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta;
que al tiempo del calor son deshechas, y al calentarse, desaparecen de su lugar;
Como la nube se desvanece, y se va; así el que desciende al sepulcro ya no subirá;
Si tú de mañana buscares a Dios, y suplicares al Todopoderoso;
He aquí, Dios no desechará al perfecto, ni tampoco ayudará a los malhechores.
Él manda al sol, y no sale; y pone sello a las estrellas:
Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío Él los consume.
He aquí, Él derriba, y no será reedificado; Encierra al hombre, y no habrá quien le abra.
Él priva del habla al que dice verdad, y quita a los ancianos el consejo.
Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento.
Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo estremecer.
Su confianza será arrancada de su tienda, y le conducirá esto, al rey de los espantos.
Aun los muchachos me menospreciaron; al levantarme, hablaban contra mí.
Al cual he de ver por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis entrañas se consuman dentro de mí.
Todas las tinieblas estarán guardadas en sus lugares secretos; fuego no atizado lo devorará, y consumirá al que quede en su tienda.
Toman el pandero y el arpa, y se regocijan al son de la flauta.
Porque tomaste prenda de tus hermanos sin causa, y despojaste de sus ropas al desnudo.
No diste de beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento.
Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción;
Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá; y Dios salvará al humilde de ojos.
He aquí yo iré al oriente, y Él no estará allí; y al occidente, y no lo percibiré:
Si al norte Él actuare, yo no lo veré; al sur se esconderá, y no lo veré.
Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?
Al desnudo hacen dormir sin ropa, y que en el frío no tenga cobertura.
Al desnudo hacen andar sin ropa, y al hambriento quitan las gavillas.
A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, y de noche es como ladrón.
El ojo del adúltero aguarda al anochecer, diciendo: No me verá nadie; y disfraza su rostro.
¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?
¿En qué aconsejaste al que no tiene entendimiento, y qué plenitud de sabiduría has dado a conocer?
Brota el torrente de junto al morador, aguas que el pie había olvidado; se secan luego, se van del hombre.
Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida;
Cuando Él hizo ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos:
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.
Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador.
La bendición del que se iba a perder venía sobre mí; y al corazón de la viuda daba alegría.
Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo y a la ceniza.
¿No lloré yo al afligido? ¿No se entristeció mi alma sobre el menesteroso?
Si he visto a alguno perecer por falta de ropa, o al menesteroso sin abrigo;
Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú;
Esto también sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al Dios soberano.
El extranjero no pasaba fuera la noche; mis puertas abría al caminante.
Entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo;
Para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia.
Y su alma se acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte.
Si hubiese con él un elocuente mediador, uno entre mil, que anuncie al hombre su deber;
Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención:
Orará a Dios, y Éste se agradará de él, y él verá su faz con júbilo. Porque Él restituirá al hombre su justicia.
Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;
Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, y su vida mirará la luz.
Porque ha dicho: De nada sirve al hombre deleitarse a sí mismo en Dios.
Porque Él pagará al hombre según su obra, y Él le hará hallar conforme a su camino.
¿Gobernará el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo?
¿Se dirá al rey: Perverso; Y a los príncipes: Impíos?
¿Cuánto menos a Aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni respeta al rico más que al pobre? Porque todos son obras de sus manos.
No carga, pues, Él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.
Al hombre como tú dañará tu impiedad, y al hijo del hombre aprovechará tu justicia.
No otorgará vida al impío, y a los afligidos dará su derecho.
Al pobre librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído.
Él reduce las gotas de las aguas, al derramarse la lluvia según el vapor;
Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y al aguacero torrencial de su fortaleza.
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- 18.Job 37:23-Salmos 55:22
- 19.Salmos 55:23-Salmos 132:8
- 20.Salmos 136:2-Proverbios 24:21
- 21.Proverbios 24:24-Isaías 8:2
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