'Decía' en la Biblia
Y {se oyó} una voz de los cielos que decía: ``Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido."
Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial {de la sinagoga} y se postró delante de El, diciendo: ``Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá."
pues decía para sí: ``Si tan sólo toco Su manto, sanaré."
porque Juan le decía: ``No te es lícito tenerla."
Pusieron sobre Su cabeza la acusación contra El, que decía: ``ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS."
y vino una voz de los cielos, {que decía:} ``Tú eres Mi Hijo amado, en Ti Me he complacido."
``El tiempo se ha cumplido," decía, ``y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio."
Les enseñaba muchas cosas en parábolas, y les decía en Su enseñanza:
``A ustedes les ha sido dado el misterio del reino de Dios," les decía, ``pero los que están afuera reciben todo en parábolas;
También Jesús les decía: `` ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?
Además les decía: ``Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará.
Jesús decía también: ``El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra,
También Jesús decía:`` ¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos?
Porque Jesús le decía: ``Sal del hombre, espíritu inmundo."
Porque decía: ``Si tan sólo toco Sus ropas, sanaré."
El rey Herodes (Antipas) se enteró {de esto,} pues el nombre de Jesús se había hecho célebre, y la {gente} decía: ``Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él."
Al oír {esto,} Herodes decía: ``Juan, a quien yo decapité, ha resucitado."
Y Juan le decía a Herodes: ``No te es lícito tener la mujer de tu hermano."
También les decía: ``Astutamente ustedes violan el mandamiento de Dios para guardar su tradición.
Llamando de nuevo a la multitud, Jesús les decía: ``Escuchen todos lo que les digo y entiendan:
También decía: ``Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
Y Jesús le decía: ``Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos."
Y les decía estas palabras claramente. Entonces Pedro Lo llevó aparte y comenzó a reprender a Jesús.
Y Jesús les decía: ``En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder."
Porque enseñaba a Sus discípulos, y les decía: ``El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y Lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará."
Pero ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntar a Jesús.
Mientras enseñaba en el templo Jesús decía: `` ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo (el Mesías) es hijo de David?
Y en Su enseñanza les decía: ``Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y {aman} los saludos respetuosos en las plazas,
Y decía: `` ¡Abba, Padre! Para Ti todas las cosas son posibles; aparta de Mí esta copa, pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que Tú {quieras}."
Y Pilato les decía: `` ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?" Y ellos gritaban aún más: `` ¡Crucifícalo!"
La inscripción de la acusación contra El decía: ``EL REY DE LOS JUDIOS."
Por eso, Juan decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: `` ¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que vendrá?
y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, {que decía:} ``Tú eres Mi Hijo amado, en Ti Me he complacido."
También les decía: ``El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo."
Volviendo su vista hacia Sus discípulos, decía: ``Bienaventurados {ustedes} los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios.
Este dicho que se decía de El, se divulgó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
Y a todos les decía: ``Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Y al retirarse ellos de El, Pedro dijo a Jesús: ``Maestro, es bueno quedarnos aquí; hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías." Pero Pedro no sabía lo que decía.
Entonces, mientras él decía esto, se formó una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
Y una voz salió de la nube, que decía: ``Este es Mi Hijo, {Mi} Escogido; oigan a El."
Y les decía: ``La cosecha es mucha, pero los obreros pocos; rueguen, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha.
Mientras Jesús decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó la voz y dijo: `` ¡Dichosa la matriz que Te concibió y los senos que Te criaron!"
Decía también a las multitudes: ``Cuando ven una nube que se levanta en el oeste, al instante ustedes dicen: `Viene un aguacero,' y así sucede.
Entonces Jesús decía: `` ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé?
Decía también Jesús a los discípulos: ``Había cierto hombre rico que tenía un mayordomo; y éste fue acusado ante él de derrochar sus bienes.
Pero ellos no comprendieron nada de esto. Este dicho les estaba encubierto, y no entendían lo que se {les} decía.
y no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de El, escuchando {lo que decía.}
Y Jesús decía: ``Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." Y los soldados echaron suertes, repartiéndose entre sí Sus vestidos.
Había también una inscripción sobre El, {que decía:} ``ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS."
Después Jesús les dijo: ``Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos."
Juan dio testimonio de El y clamó: ``Este era del que yo decía: `El que viene después de mí, es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo), porque era primero que yo.'"
Por eso Jesús les decía: ``En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.
Pero decía esto para probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer.
También decía: ``Por eso les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre."
Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había {sido dado} todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
Y Jesús les decía: ``Ustedes son de abajo, Yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo.
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: ``Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos;
``El es," decían unos. ``No, pero se parece a él," decían otros. El decía: ``Yo soy."
Jesús les habló {por medio de} esta comparación (ilustración), pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Por eso la multitud que estaba {allí} y oyó {la voz}, decía que había sido un trueno; otros decían: ``Un ángel Le ha hablado."
Pero El decía esto para indicar la clase de muerte que iba a morir.
Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: ``Compra lo que necesitamos para la fiesta," o que diera algo a los pobres.
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba {al Señor} y decía: ``Señor Jesús, recibe mi espíritu."
Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales (los milagros) que hacía.
Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: ``Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?"
Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a {donde} él {estaba} y le decía: ``Cornelio."
"También oí una voz que me decía: `Levántate Pedro, mata y come.'
"Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera, decía: ` ¿Quién piensan ustedes que soy yo? Yo no soy {el Cristo;} pero miren, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies.'
Pero cuando los Judíos vieron la muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo decía.
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.
``Hermanos y padres, escuchen mi defensa que ahora {presento} ante ustedes," decía Pablo.
"Caí al suelo y oí una voz que me decía: `Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?'
y vi {al Señor} que me decía: `Apresúrate y sal pronto de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí.'
mientras Pablo decía en defensa propia: ``No he cometido ningún delito, ni contra la Ley de los Judíos, ni contra el templo, ni contra el César (Nerón)."
"Después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma Hebreo: `Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.'
Mientras {Pablo} decía esto en su defensa, Festo dijo a gran voz: `` ¡Pablo, estás loco! ¡{Tu} mucho saber te está haciendo perder la cabeza!"
Pero el centurión se persuadió más {por lo que fue dicho} por el piloto y el capitán del barco, que por lo que Pablo decía.
Algunos eran persuadidos con lo que se decía, pero otros no creían.
Pero he enviado a los hermanos para que nuestra jactancia acerca de ustedes no sea hecha vana en este caso, a fin de que, como decía, estén preparados;
¿No se acuerdan de que cuando yo estaba todavía con ustedes les decía esto?
que decía: ``Escribe en un libro lo que ves, y envía{lo} a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea."
Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como {sonido} de trompeta que hablaba conmigo, decía: ``Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas."
Entonces vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno: ``Ven."
Cuando el Cordero abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: ``Ven."
Cuando el Cordero abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ``Ven." Y miré, y había un caballo negro. El que estaba montado en él tenía una balanza en la mano.
Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: ``Un litro de trigo por un denario (el salario de un día), y tres litros de cebada por un denario, y no dañes el aceite y el vino."
Cuando el Cordero abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: ``Ven."
Entonces miré, y oí volar un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: `` ¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!"
y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: ``Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran Río Eufrates."
Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: ``Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas."
Entonces ellos oyeron una gran voz del cielo que les decía: ``Suban acá." Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: ``Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo (el Mesías), porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.
que decía a gran voz: ``Teman (Reverencien) a Dios y den a El gloria, porque la hora de Su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas."
Entonces oí una voz del cielo que decía: ``Escribe: `Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor.'" ``Sí," dice el Espíritu, ``para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos."
Oí entonces una gran voz que desde el templo decía a los siete ángeles: ``Vayan y derramen en la tierra las siete copas del furor de Dios."
Oí al ángel de las aguas, que decía: ``Justo eres Tú, el que eres, y el que eras, oh Santo, porque has juzgado estas cosas;
También oí al altar, que decía: ``Sí, oh Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son Tus juicios."
El séptimo {ángel} derramó su copa en el aire. Una gran voz salió del templo, del trono, que decía: ``Hecho está."
Y oí otra voz del cielo que decía: ``Salgan de ella, pueblo mío, para que no participen de sus pecados y para que no reciban de sus plagas.