'Está' en la Biblia
- 1.Gé 1:12-Éx 7:17
- 2.Éx 8:23-Números 4:31
- 3.Números 5:29-Deuteronomio 28:23
- 4.Deuteronomio 28:58-Jueces 7:12
- 5.Jueces 8:3-2 Samuel 1:9
- 6.2 Samuel 1:17-2 Reyes 1:2
- 7.2 Reyes 1:18-2 Crónicas 13:12
- 8.2 Crónicas 13:22-Job 2:10
- 9.Job 3:19-Salmos 88:3
- 10.Salmos 90:5-Isaías 10:7
- 11.Isaías 13:6-Jeremías 14:15
- 12.Jeremías 14:17-Jeremías 51:48
- 13.Jeremías 52:7-Joel 3:13
- 14.Joel 3:14-Mateo 23:20
- 15.Mateo 23:22-Lucas 11:18
- 16.Lucas 11:21-Hechos 4:10
- 17.Hechos 4:27-1 Corintios 8:12
- 18.1 Corintios 9:3-Hebreos 7:17
- 19.Hebreos 8:13-Apocalipsis 22:19
Diciéndolo nuevo, dio por viejo al primero; y lo que decae y se envejece, cerca está de desvanecerse.
Mas Cristo ya estando presente, Sumo Sacerdote de los bienes que habían de venir, por otro más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es a decir, no de esta creación,
diciendo: Esta es la sangre del Testamento que Dios os ha mandado.
Y de la manera que está establecido a los hombres, que mueran una vez; y después, el juicio,
Entonces dije: Heme aquí (en la cabecera del libro está escrito de mí) para que haga, oh Dios, tu voluntad.
pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios,
No perdáis pues esta vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón;
Porque por ésta alcanzaron testimonio los ancianos.
Por lo cual también de uno, y ese ya muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, habiendo hospedado ángeles, fueron guardados.
Pero os ruego, hermanos, que soportéis esta palabra de exhortación, que os he escrito brevemente.
Sabed que nuestro hermano Timoteo está suelto, con el cual, (si viniere pronto,) os iré a ver.
Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene las obras? ¿Por ventura esta tal fe le podrá salvar?
Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, y está llena de veneno mortal.
Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica.
El pecado pues está todavía en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace.
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados. He aquí, el juez está delante de la puerta.
¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor;
para vosotros que sois guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrer tiempo.
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la Palabra que por el Evangelio os ha sido anunciada.
Es pues honor a vosotros que creéis; mas para los desobedientes: La Piedra que los edificadores reprobaron, esta fue hecha la cabeza de la esquina;
Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos;
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen males.
sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder a cada uno que os demande razón de la esperanza que está en vosotros; y esto con mansedumbre y reverencia,
el cual está a la diestra de Dios, siendo subido al cielo; a quien están sujetos los ángeles, y las Potestades, y Virtudes.
los cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; antes glorifique a Dios en esta parte.
Apacentad la manada de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia vergonzosa; sino con ánimo pronto;
Por Silvano, el hermano fiel, (según yo pienso), os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
La Iglesia que está en Babilonia, juntamente elegida con vosotros, os saluda, y Marcos mi hijo.
por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia.
Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo.
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con él en el Monte Santo.
Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento; para los cuales está guardada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
Carísimos, yo os escribo ahora esta segunda carta, por la cual despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento;
y diciendo: ¿Dónde está la Promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
Y esta es la Promesa que oímos de él, y os la anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión con él, entre nosotros, y la sangre de Jesús, el Cristo, su Hijo nos limpia de todo pecado.
Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su Palabra no está en nosotros.
Mas el que guarda su Palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él; por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que está en él, debe andar como él anduvo.
El que dice que está en la luz; y aborrece a su Hermano, el tal aún está en tinieblas.
El que ama a su hermano, está en la luz, y no hay tropiezo en él.
Mas el que aborrece a su Hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.
Y esta es la Promesa, la cual él nos prometió, que es vida eterna.
Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
y todo espíritu que no confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.
En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.
Porque esta es la caridad de Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.
Porque todo aquello que es nacido de Dios, vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo, es a saber nuestra fe.
Y este es el testimonio, que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Y esta es la caridad, que andemos según su mandamiento. Y el mandamiento es: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en vuestra casa, ni le digáis: ¡bienvenido!
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que seas sano, así como tu alma está en prosperidad.
Por esta causa, si yo fuere, daré a entender las obras que hace, hablando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los Hermanos, y prohibe a los que los quieren recibir, y los echa de la Iglesia.
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente sin temor ni reverencia de Dios; los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene dominio, y a nuestro Señor Jesús, el Cristo.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta Profecía, y guardan las cosas que en ella están escritas, porque el tiempo está cerca.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos, dice estas cosas:
Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está la silla de Satanás; y tienes mi Nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que fue Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora.
Pero yo digo a vosotros, y a los demás que estáis en Tiatira: Cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las profundidades de Satanás (como ellos dicen), Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Sardis: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras; que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Filadelfia: El Santo y Verdadero, que tiene la llave de David; que abre y ninguno cierra; que cierra y ninguno abre, dice estas cosas:
Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás;
Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.
y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero.
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono morará entre ellos.
porque el Cordero que está en medio del trono los regirá, y los guiará a fuentes vivas de aguas; y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso de las oraciones de todos los santos para que los pusiese sobre el altar de oro, el cual está delante del trono.
Y el sexto ángel tocó la trompeta; y oí una voz de los cuatro cuernos del altar de oro, el cual está delante de los ojos de Dios;
Porque su potencia está en su boca y en sus colas. Porque sus colas eran semejantes a serpientes que tienen cabezas, y por ellas dañan.
Y oí una voz del cielo que hablaba otra vez conmigo, y me decía: Anda ve, y toma el libro abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.
Y echa fuera el patio que está dentro del templo, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
El que lleva en cautividad, va en cautividad; el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
éste también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero;
Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;
y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Cuál era semejante a esta gran ciudad?
Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que sean cumplidos los mil años. Esta es la primera resurrección.
Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso Profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.
Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Y la ciudad está situada y puesta cuadrangular, y su largura es tanta como su anchura. Y él midió la Ciudad con la caña de oro, doce mil estadios; y la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.
Y si alguno disminuyere de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa Ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 1:12-Éx 7:17
- 2.Éx 8:23-Números 4:31
- 3.Números 5:29-Deuteronomio 28:23
- 4.Deuteronomio 28:58-Jueces 7:12
- 5.Jueces 8:3-2 Samuel 1:9
- 6.2 Samuel 1:17-2 Reyes 1:2
- 7.2 Reyes 1:18-2 Crónicas 13:12
- 8.2 Crónicas 13:22-Job 2:10
- 9.Job 3:19-Salmos 88:3
- 10.Salmos 90:5-Isaías 10:7
- 11.Isaías 13:6-Jeremías 14:15
- 12.Jeremías 14:17-Jeremías 51:48
- 13.Jeremías 52:7-Joel 3:13
- 14.Joel 3:14-Mateo 23:20
- 15.Mateo 23:22-Lucas 11:18
- 16.Lucas 11:21-Hechos 4:10
- 17.Hechos 4:27-1 Corintios 8:12
- 18.1 Corintios 9:3-Hebreos 7:17
- 19.Hebreos 8:13-Apocalipsis 22:19