'Lo' en la Biblia
Enseguida el Espíritu Lo impulsó {a ir} al desierto.
Dejando al instante las redes, ellos Lo siguieron.
Jesús lo reprendió, diciendo: `` ¡Cállate, y sal de él!"
Lo encontraron y Le dijeron: ``Todos Te buscan."
Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó y le dijo: ``Quiero; sé limpio."
Al instante la lepra lo dejó y quedó limpio.
Entonces Jesús lo despidió enseguida amonestándole severamente:
``Mira," le dijo, ``no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos."
Al pasar, vio a Leví (Mateo), {hijo} de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: ``Sígueme." Y levantándose, Lo siguió.
Y sucedió que estando Jesús sentado {a la mesa} en casa de Leví (Mateo), muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban comiendo con Jesús y Sus discípulos; porque había muchos de ellos que Lo seguían.
"Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque entonces el remiendo {al encogerse} tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor.
Entonces los Fariseos Le decían: ``Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo?"
Jesús les contestó: `` ¿Nunca han leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y también sus compañeros;
Y Lo observaban {para ver} si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusar a Jesús.
Y mirando con enojo a los que Lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo al hombre: ``Extiende tu mano." Y él la extendió, y su mano quedó sana.
Pero cuando los Fariseos salieron, enseguida {comenzaron a} tramar con los Herodianos en contra de Jesús, {para ver} cómo Lo podrían destruir.
Entonces Jesús se retiró al mar con Sus discípulos, y una gran multitud de Galilea {Lo} siguió. Y {también} de Judea,
de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran multitud, {que} al oír todo lo que Jesús hacía, vino a El.
Y dijo a Sus discípulos que tuvieran lista una barca para El por causa de la multitud, para que no Lo oprimieran;
y Judas Iscariote, el que también Lo entregó.
"Pero nadie puede entrar en la casa de un {hombre} fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa.
Además les decía: ``Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará.
"Porque al que tiene, se le dará {más,} pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará."
y se acuesta de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe.
"Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete la hoz, porque ha llegado {el tiempo de} la siega."
También Jesús decía:`` ¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos?
y sin parábolas no les hablaba, pero lo explicaba todo en privado a Sus propios discípulos.
Despidiendo a la multitud, Lo llevaron con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces Lo despertaron y Le dijeron: ``Maestro, ¿no Te importa que perezcamos?"
Los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y {la gente} vino a ver qué era lo que había sucedido.
Los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedido {esto} al endemoniado, y lo de los cerdos.
Al entrar El en la barca, el que había estado endemoniado Le rogaba que lo dejara ir con El.
Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: ``Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y {cómo} tuvo misericordia de ti."
Jesús fue con él; y una gran multitud Lo seguía y oprimía.
Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado.
Pero El miraba a su alrededor para ver a la {mujer} que Lo había tocado.
Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y Le dijo toda la verdad.
Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo al oficial de la sinagoga: ``No temas, cree solamente."
Jesús se marchó de allí y llegó a Su pueblo, y Sus discípulos Lo siguieron.
Porque Herodes (Antipas) mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, pues {Herodes} se había casado con ella.
porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.
y cuando la hija de Herodías (Salomé) entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban {a la mesa} con él; y el rey dijo a la muchacha: ``Pídeme lo que quieras y te lo daré."
Y le juró: ``Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino."
Al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan. Y él fue y lo decapitó en la cárcel,
Los apóstoles se reunieron con Jesús, y Le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado.
Pero cuando ellos Lo vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar;
porque todos Lo vieron y se turbaron. Pero enseguida El habló con ellos y les dijo: `` ¡Tengan ánimo; soy Yo, no teman!"
porque no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.
Dondequiera que El entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y Le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.
Llamando de nuevo a la multitud, Jesús les decía: ``Escuchen todos lo que les digo y entiendan:
no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre.
`` ¿También ustedes son tan faltos de entendimiento?" les dijo. `` ¿No comprenden que todo lo que de afuera entra al hombre no lo puede contaminar,
También decía: ``Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa, no quería que nadie {lo} supiera, pero no pudo pasar inadvertido;
Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.
Y estaban asombrados en gran manera, y decían: ``Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar."
Sus discípulos Le respondieron: `` ¿Dónde podrá alguien {encontrar lo suficiente para} saciar de pan a éstos aquí en el desierto?"
{Todos} comieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.
Llegaron a Betsaida, y trajeron a Jesús un ciego y Le rogaron que lo tocara.
Tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: `` ¿Ves algo?"
Y lo envió a su casa diciendo: ``Ni aun en la aldea entres."
Y les decía estas palabras claramente. Entonces Pedro Lo llevó aparte y comenzó a reprender a Jesús.
Cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.
Y se guardaron para sí lo que fue dicho, discutiendo entre sí qué significaría eso de resucitar de entre los muertos.
Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, Lo saludaban.
y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Dije a Tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron."
Y lo llevaron ante El. Cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y {éste,} cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.
``Muchas veces ese espíritu lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si Tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos."
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.
Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y El no quería que nadie {lo} supiera.
Porque enseñaba a Sus discípulos, y les decía: ``El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y Lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará."
Pero ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntar a Jesús.
Tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en los brazos les dijo:
Pero Jesús dijo: ``No se lo impidan, porque no hay nadie que haga un milagro en Mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de Mí.
"Cualquiera que haga pecar a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de {las que mueve un} asno, y lo hubieran echado al mar.
"Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe."
Cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: ``Dejen que los niños vengan a Mí; no se lo impidan, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.
``Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud," dijo el hombre.
Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: ``Una cosa te falta: ve {y} vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y Me sigues."
{Entonces} Pedro comenzó a decir a Jesús: ``Nosotros lo hemos dejado todo y Te hemos seguido."
Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Los discípulos estaban perplejos, y los que Lo seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que Le iba a suceder:
``Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y Lo condenarán a muerte y Lo entregarán a los Gentiles.
"Se burlarán de El y Le escupirán, Lo azotarán y Lo matarán, y tres días después resucitará."
Jacobo (Santiago) y Juan, los dos hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús, diciendo: ``Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos."
Jesús les dijo: ``Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?"
Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: `` ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!"
``Vete, tu fe te ha sanado," le dijo Jesús. Al instante el ciego recobró la vista, y Lo seguía por el camino.
"Si alguien les dice: ` ¿Por qué hacen eso?' digan: `El Señor lo necesita;' y enseguida lo devolverá acá."
Ellos fueron y encontraron un pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle, y lo desataron.
Los que iban delante y los que Lo seguían, gritaban: `` ¡Hosanna! BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR;
"En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: `Quítate y arrójate al mar,' y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será {concedido.}
"Pero ellos, echándole mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.
"De nuevo les mandó otro siervo, y a él lo hirieron en la cabeza y lo trataron vergonzosamente.
"Envió a otro y a éste lo mataron; y {así con} muchos otros, golpeando a unos y matando a otros.
"Echándole mano, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Y procuraban prender a Jesús, pero temían a la multitud, porque comprendieron que contra ellos había dicho la parábola. Y Lo dejaron y se fueron.
{Se lo} trajeron, y El les dijo: `` ¿De quién es esta imagen y la inscripción?" ``Del César," Le contestaron.
Entonces Jesús les dijo: ``Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios." Y se maravillaban de El.
"David mismo Lo llama `Señor.' ¿En qué sentido es, pues, su hijo?" Y la gran multitud Lo escuchaba con gusto.
porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir."