'Me' en la Biblia
- 1.Gé 3:10-Gé 31:40
- 2.Gé 31:42-Éx 29:42
- 3.Éx 29:43-Deuteronomio 9:25
- 4.Deuteronomio 10:1-Rut 2:21
- 5.Rut 3:5-2 Samuel 3:14
- 6.2 Samuel 3:21-1 Reyes 9:13
- 7.1 Reyes 10:7-2 Crónicas 2:9
- 8.2 Crónicas 6:10-Job 13:13
- 9.Job 13:14-Job 32:6
- 10.Job 32:18-Salmos 31:7
- 11.Salmos 31:8-Salmos 69:12
- 12.Salmos 69:14-Salmos 119:73
- 13.Salmos 119:74-Eclesiastés 2:1
- 14.Eclesiastés 2:3-Isaías 45:5
- 15.Isaías 45:19-Jeremías 14:18
- 16.Jeremías 15:1-Lamentaciones 1:13
- 17.Lamentaciones 1:14-Ezequiel 37:3
- 18.Ezequiel 37:4-Oseas 3:1
- 19.Oseas 4:6-Zacarías 12:10
- 20.Zacarías 13:5-Lucas 9:48
- 21.Lucas 9:61-Juan 12:26
- 22.Juan 12:44-Hechos 21:37
- 23.Hechos 21:39-2 Corintios 2:3
- 24.2 Corintios 2:5-Hebreos 1:5
- 25.Hebreos 2:13-Apocalipsis 22:10
Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
y el que me ve, ve al que me envió.
El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dice: ¿Señor, tú me lavas los pies?
Le dice Pedro: No me lavarás los pies jamás. Le respondió Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Vosotros me llamáis, Maestro y Señor; y decís bien; porque lo soy.
De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.
Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
Hijitos, aun un poco estoy con vosotros. Me buscaréis; mas, como dije a los judíos: Donde yo voy, vosotros no podéis venir; y ahora os lo digo.
Le dice Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después.
Le respondió Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Jesús le dice: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto (también) al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Si me pedís algo en mi nombre, yo {lo} haré.
Si me amáis, guardad mis mandamientos;
Aún un poquito, y el mundo no me verá más; sin embargo, vosotros me veréis; porque yo vivo vosotros también viviréis.
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Respondió Jesús, y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído, no es mía, sino del Padre que me envió.
Habéis oído cómo yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, ciertamente os gozaríais, (porque he dicho) que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí.
Como el Padre me amó, también yo os he amado; permaneced en mi amor.
No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
El que me aborrece, también a mi Padre aborrece.
Si no hubiera hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, las han visto, y me aborrecen a mí y a mi Padre.
Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.
Mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Adónde vas?
Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me voy, os lo enviaré.
y de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;
El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Aún un poquito, y no me veréis después; y otra vez un poquito, y me veréis; porque yo voy al Padre.
Entonces dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Aún un poquito, y no me veréis después; y otra vez un poquito, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?
Y conoció Jesús que le querían preguntar, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Aún un poquito, y no me veréis después, y otra vez un poquito, y me veréis?
Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis a mi Padre en mi nombre, os lo dará.
porque el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios.
He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Yo te he clarificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciera.
He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra.
Ahora ya han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti;
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son;
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliera.
Como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Y yo, la claridad que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en una cosa; y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado.
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi claridad que me has dado; por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;
y yo les he manifestado tu Nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Respondió Jesús: Ya os he dicho que YO SOY; pues si a mí me buscáis, dejad ir a éstos.
Para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me diste, ninguno de ellos perdí.
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo que beber?
¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres?
Entonces le dice Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para colgarte de un madero, y que tengo potestad para soltarte?
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Jesús le dijo*: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo*: Señor, si tú le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo me lo llevaré.
Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos: Que he visto al Señor, y estas cosas me dijo.
Entonces les dijo otra vez: Paz tengáis; como me envió el Padre, así también yo os envío.
Le dice Jesús: Porque me has visto, oh Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Simón Pedro les dijo*: Me voy a pescar. Ellos le dijeron*: Nosotros también vamos contigo. Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada.
Y cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le dice: Sí Señor; tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis corderos.
Le vuelve a decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Le responde: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis ovejas.
Le dice la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijera la tercera vez: ¿Me amas? Y le dice: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas.
mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Me hiciste notorios los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia.
Y él dijo: Escuchad{me,} hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán,
Mas yo juzgaré, dijo Dios, a los gentiles de los cuales serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
Y Dios se apartó, y los entregó a que sirvieran al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel?
El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?, Dice el Señor; ¿o cuál es el lugar de mi reposo?
Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.
Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiera, y se sentara con él.
El eunuco respondió a Felipe y dijo: Te ruego {que me digas,} ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro?
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Y le dijo el Señor: Ve, porque vaso escogido me es éste, para que lleve mi Nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
Ananías entonces fue, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable a un varón judío juntarse o llegarse a extranjero; mas me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;
por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.
Entonces la voz me respondió del cielo la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo ensucies tú.
Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Y vinieron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,
Entonces me acordé del dicho del Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua; mas vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo.
Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo el pueblo de los judíos que me esperaba.
Mas contradiciendo y blasfemando ellos, les dijo, sacudiendo sus vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles.
Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo por el Espíritu ir a Jerusalén, después de andar en Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma.
Y cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he conducido entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia;
sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones que me han venido por las asechanzas de los judíos;
Y ahora, he aquí, que yo atado del Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;
mas que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan.
Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido.
Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 3:10-Gé 31:40
- 2.Gé 31:42-Éx 29:42
- 3.Éx 29:43-Deuteronomio 9:25
- 4.Deuteronomio 10:1-Rut 2:21
- 5.Rut 3:5-2 Samuel 3:14
- 6.2 Samuel 3:21-1 Reyes 9:13
- 7.1 Reyes 10:7-2 Crónicas 2:9
- 8.2 Crónicas 6:10-Job 13:13
- 9.Job 13:14-Job 32:6
- 10.Job 32:18-Salmos 31:7
- 11.Salmos 31:8-Salmos 69:12
- 12.Salmos 69:14-Salmos 119:73
- 13.Salmos 119:74-Eclesiastés 2:1
- 14.Eclesiastés 2:3-Isaías 45:5
- 15.Isaías 45:19-Jeremías 14:18
- 16.Jeremías 15:1-Lamentaciones 1:13
- 17.Lamentaciones 1:14-Ezequiel 37:3
- 18.Ezequiel 37:4-Oseas 3:1
- 19.Oseas 4:6-Zacarías 12:10
- 20.Zacarías 13:5-Lucas 9:48
- 21.Lucas 9:61-Juan 12:26
- 22.Juan 12:44-Hechos 21:37
- 23.Hechos 21:39-2 Corintios 2:3
- 24.2 Corintios 2:5-Hebreos 1:5
- 25.Hebreos 2:13-Apocalipsis 22:10
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (155)
- Éxodo (60)
- Levítico (15)
- Números (36)
- Deuteronomio (55)
- Josué (10)
- Jueces (59)
- Rut (13)
- 1 Samuel (86)
- 2 Samuel (90)
- 1 Reyes (63)
- 2 Reyes (36)
- 1 Crónicas (19)
- 2 Crónicas (20)
- Esdras (5)
- Nehemías (26)
- Ester (3)
- Job (163)
- Salmos (361)
- Proverbios (22)
- Eclesiastés (24)
- Cantares (21)
- Isaías (102)
- Jeremías (153)
- Lamentaciones (20)
- Ezequiel (132)
- Daniel (43)
- Oseas (22)
- Joel (1)
- Amós (14)
- Abdías (1)
- Jonás (9)
- Miqueas (8)
- Habacuc (6)
- Sofonías (4)
- Hageo (1)
- Zacarías (43)
- Malaquías (8)
- Mateo (49)
- Marcos (23)
- Lucas (52)
- Juan (140)
- Hechos (67)
- Romanos (25)
- 1 Corintios (31)
- 2 Corintios (36)
- Gálatas (18)
- Efesios (5)
- Filipenses (14)
- Colosenses (5)
- 1 Tesalonicenses (1)
- 1 Timoteo (4)
- 2 Timoteo (15)
- Tito (1)
- Filemón (4)
- Hebreos (12)
- 2 Pedro (2)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (1)
- Judas (1)
- Apocalipsis (29)