'Nos' en la Biblia
Entonces los Judíos Lo rodearon, y Le decían: `` ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo (el Mesías), dínoslo claramente."
"Si Lo dejamos {seguir} así, todos van a creer en El, y los Romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar (el templo) y nuestra nación."
Por eso Simón Pedro le hizo señas, y le dijo: ``Di{nos} de quién habla."
``Señor, muéstranos al Padre y nos basta," Le dijo Felipe.
Entonces {algunos} de Sus discípulos se decían unos a otros: `` ¿Qué es esto que nos dice: `Un poco {más,} y no Me verán, y de nuevo un poco, y Me verán' y `Porque Yo voy al Padre'?"
Entonces Pilato les dijo: ``Se Lo pueden llevar y juzgar conforme a su ley." ``A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie," le dijeron los Judíos.
"Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,
Después de orar, dijeron: ``Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstra{nos} a cuál de estos dos has escogido
Al ver {esto,} Pedro dijo al pueblo: ``Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran {así,} como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?
si se nos está interrogando hoy por {causa del} beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste ha sido sanado,
"Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio (al servicio) de la palabra."
porque le hemos oído decir que este Nazareno, Jesús, destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que Moisés nos dejó."
DICIENDO A AARON: `HAZNOS DIOSES QUE VAYAN DELANTE DE NOSOTROS, PORQUE A ESTE MOISES QUE NOS SACO DE LA TIERRA DE EGIPTO, NO SABEMOS LO QUE LE HAYA PASADO.'
``Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos.
"Y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo: `Envía {unos hombres} a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro,
"Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos {dio} a nosotros después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios?"
``Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre ustedes temen a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación.
Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: ``Era necesario que la palabra de Dios les fuera predicada primeramente a ustedes; pero ya que la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, así que ahora nos volvemos a los Gentiles.
"Porque así nos lo ha mandado el Señor: `TE HE PUESTO COMO LUZ PARA LOS GENTILES (LAS NACIONES), A FIN DE QUE LLEVES LA SALVACION HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA.'"
nos pareció bien, habiendo llegado a un común acuerdo, escoger {algunos} hombres para enviarlos a ustedes con nuestros amados Bernabé y Pablo.
Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.
De allí {fuimos} a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia {Romana}; en esta ciudad nos quedamos por varios días.
El día de reposo salimos fuera de la puerta (de la ciudad), a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración. Nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
Cuando ella y su familia se bautizaron, {nos} rogó: ``Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan a mi casa y quédense {en ella.}" Y nos persuadió {a ir.}
Mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando.
y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos Romanos."
Pero Pablo les dijo: ``Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos."
"Porque en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: `Porque también nosotros somos linaje Suyo.'
Pero éstos se habían adelantado y nos esperaban en Troas.
Nos embarcamos en Filipos después de los días de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y en cinco días llegamos adonde ellos {estaban} en Troas; y allí nos quedamos siete días.
Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene.
Al encontrar un barco que iba para Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la vela.
Después de hallar a los discípulos, nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu, que no fuera a Jerusalén.
Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.
Terminado el viaje desde Tiro, llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.
Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete (diáconos), nos quedamos con él.
quien vino a {ver}nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: ``Así dice el Espíritu Santo: `Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'"
Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndo{nos: ``}Que se haga la voluntad del Señor."
Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén.
Nos acompañaron también {algunos} de los discípulos de Cesarea, quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre, un antiguo discípulo con quien deberíamos hospedarnos.
Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con regocijo.
los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: ``Nos hemos comprometido bajo solemne juramento a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo.
``Pero para no molestarle más, le suplico que, con su {habitual} bondad, nos conceda una breve audiencia.
Embarcándonos en una nave Adramitena que estaba para salir hacia las regiones de la costa de Asia (provincia occidental de Asia Menor), nos hicimos a la mar acompañados por Aristarco, un Macedonio de Tesalónica.
Allí el centurión halló una nave Alejandrina que iba para Italia, y nos embarcó en ella.
Después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitió {avanzar} más, navegamos al amparo de la isla de Creta, frente a Salmón.
y siendo azotada la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos {a él} y nos dejamos llevar a la deriva.
Una vez que ellos estaban a salvo, nos enteramos de que la isla se llamaba Malta.
Los habitantes {de la isla} nos mostraron toda clase de atenciones, porque a causa de la lluvia que caía y del frío, encendieron una hoguera y nos acogieron a todos.
Cerca de allí había unas tierras que pertenecían al hombre principal de la isla, que se llamaba Publio, el cual nos recibió y nos hospedó con toda amabilidad por tres días.
También nos honraron con muchas demostraciones de respeto, y cuando estábamos para salir, {nos} suplieron con todo lo necesario.
Después de tres meses, nos hicimos a la vela en una nave Alejandrina que había invernado en la isla, y que tenía por insignia a los Hermanos Gemelos.
Al llegar a Siracusa, nos quedamos allí por tres días.
Allí encontramos {algunos} hermanos, que nos invitaron a permanecer con ellos por siete días. Y así llegamos a Roma.
es decir, para que {cuando esté} entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.
¿Y por qué no {decir}, como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos: Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de los tales es justa.
por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia (perseverancia);
Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Y no sólo {esto,} sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.
Pero ahora hemos quedado libres de la Ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra.
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.
De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede {por nosotros} con gemidos indecibles.
El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó.
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y como Isaías predijo: ``SI EL SEÑOR DE LOS EJERCITOS NO NOS HUBIERA DEJADO DESCENDENCIA, HUBIERAMOS LLEGADO A SER COMO SODOMA, Y HECHOS SEMEJANTES A GOMORRA."
Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, {usémoslos:} si el de profecía, {úsese} en proporción a la fe;
Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano.
Por tanto, acéptense los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios.
Pero Dios nos {las} reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente,
Que {todo} hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Porque pienso que Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles en último lugar, como a sentenciados a muerte. Porque hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres.
Nos agotamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando nos ultrajan (insultan), bendecimos. Cuando somos perseguidos, lo soportamos.
Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante Su poder.
Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe. En tales {casos} el hermano o la hermana no están obligados (sujetos a servidumbre), sino que Dios nos ha llamado {para vivir} en paz.
Pero la comida no nos recomendará a Dios, {pues} ni somos menos si no comemos, ni {somos} más si comemos.
Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
el cual nos libró de tan gran {peligro de} muerte y {nos} librará, {y} en quien hemos puesto nuestra esperanza de que El aún nos ha de librar.
Ustedes también cooperaron con nosotros con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don que nos ha sido impartido por medio de {las oraciones de} muchos.
Porque nuestra satisfacción es ésta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad {que viene} de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes.
como también ustedes nos han entendido en parte que nosotros somos el motivo de su gloria, así como también ustedes la nuestra en el día de nuestro Señor Jesús.
Ahora bien, el que nos confirma con ustedes en Cristo y {el que} nos ungió, es Dios,
quien también nos selló y {nos} dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.
Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta la fragancia de Su conocimiento en todo lugar.
el cual también nos hizo suficientes {como} ministros (servidores) de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
Más bien hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos de ustedes por amor de Jesús.
sabiendo que Aquél que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará junto con ustedes.
Pues {esta} aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,
Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía.
No nos recomendamos otra vez a ustedes, sino que les damos oportunidad de estar orgullosos de nosotros, para que tengan {respuesta} para los que se jactan en las apariencias y no en el corazón.
Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron.
Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió con El mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;