'Para' en la Biblia
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.
Pues si somos atribulados, es por vuestra consolación y salvación; la cual es eficaz para soportar las mismas aflicciones que nosotros también padecemos; o si somos consolados, es por vuestra consolación y salvación.
Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;
ayudándonos vosotros también con oración por nosotros, para que por el don concedido a nosotros por medio de muchas personas, por muchas sean dadas gracias en nuestro favor.
Y con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia;
Así que, cuando me propuse esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que me propongo, me propongo según la carne, para que haya en mí Sí, Sí, y No, No?
Pero como Dios es fiel, nuestra palabra para con vosotros no fue Sí y No.
Porque todas las promesas de Dios son Sí en Él, y Amén en Él, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.
Esto, pues, determiné para conmigo, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
Y esto mismo os escribí, para que cuando viniere no tenga tristeza de aquellos de quienes me debiera alegrar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.
Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande amor tengo para con vosotros.
Que si alguno ha causado tristeza, no me ha entristecido a mí sino en parte; para no sobrecargaros a todos vosotros.
así que, al contrario, vosotros más bien debierais perdonarle y consolarle, para que el tal no sea consumido de demasiada tristeza.
Por lo cual os ruego que confirméis vuestro amor para con él.
Porque también por este fin os escribí, para saber la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.
para que no nos gane Satanás; pues no ignoramos sus maquinaciones.
Y cuando vine a Troas para predicar el evangelio de Cristo, y una puerta me fue abierta en el Señor,
no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a Tito mi hermano; mas despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Porque para Dios somos de Cristo grata fragancia en los que son salvos, y en los que se pierden;
a éstos ciertamente olor de muerte para muerte; y a aquéllos fragancia de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
no que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia viene de Dios;
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no pusiesen los ojos en el fin de aquello que había de ser abolido.
Que si nuestro evangelio está aún encubierto, para los que se pierden está encubierto;
en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros;
llevando siempre por todas partes en el cuerpo la muerte del Señor Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal.
Porque todas las cosas son hechas por amor a vosotros, para que la abundante gracia, mediante la acción de gracias de muchos, redunde para la gloria de Dios.
Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, el cual también nos ha dado las arras del Espíritu.
Porque es menester que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, ya sea bueno o sea malo.
Pues no nos recomendamos otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder a los que se glorían en la apariencia y no en el corazón.
Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.
y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.
No dando a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que el ministerio no sea vituperado;
Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.
No lo digo para condenaros; porque ya he dicho antes, que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente.
Grande es mi franqueza para con vosotros; grande es mi gloria de vosotros; lleno estoy de consolación, sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él fue consolado de vosotros, haciéndonos saber vuestro gran deseo, vuestro llanto, vuestro celo por mí, para que así yo más me regocijara.
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nosotros.
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; mas la tristeza del mundo produce muerte.
Así que, aunque os escribí, no fue por causa del que hizo la injuria, ni por causa del que padeció la injuria, sino para que os fuese manifiesta nuestra solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios.
Y su entrañable afecto es más abundante para con vosotros, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor.
pidiéndonos con muchos ruegos que aceptásemos la ofrenda y la comunicación del servicio para los santos.
Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, mirad que también abundéis en esta gracia.
No hablo como quien manda, sino por causa de la diligencia de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor.
Porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros, siendo rico se hizo pobre; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
Ahora, pues, llevad también a cabo el hecho, para que como estuvisteis prestos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tenéis.
Pero no digo esto para que haya abundancia para otros, y para vosotros escasez;
sino para que con igualdad, ahora en este tiempo, vuestra abundancia supla lo que a ellos falta, para que también la abundancia de ellos supla lo que a vosotros falta, de modo que haya igualdad;
Pues a la verdad aceptó la exhortación; y estando también muy solícito, de su voluntad partió para ir a vosotros.
y no sólo esto, sino también fue escogido por las iglesias para viajar con nosotros con esta gracia, que es administrada por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena disposición;
Si alguno preguntare acerca de Tito, él es mi compañero y colaborador para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos; ellos son mensajeros de las iglesias, y la gloria de Cristo.
Mostrad, pues, para con ellos y ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos acerca de vosotros.
Pero en cuanto a la suministración para los santos, por demás me es escribiros;
Mas he enviado a los hermanos, para que nuestra gloria de vosotros no sea vana en esta parte; para que, como lo he dicho, estéis preparados;
Por tanto, consideré necesario exhortar a los hermanos a que fuesen antes a vosotros, y preparasen primero vuestra bendición antes prometida para que esté preparada como de bendición, y no como de mezquindad.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra;
como está escrito: Esparció, dio a los pobres: Su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia;
para que enriquecidos en todo abundéis en toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros agradecimiento a Dios.
Pues por la experiencia de esta suministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por vuestra liberal contribución para ellos y para todos;
Y yo, Pablo mismo, os ruego por la mansedumbre y bondad de Cristo; yo que estando presente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere perfecta.
Porque aunque me gloríe algo más de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;
para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas.
Mas nosotros, no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la medida de la regla que Dios nos dio por medida, para llegar aun hasta vosotros.
Para predicar el evangelio en las regiones más allá de vosotros, sin entrar en el campo de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.
Porque os celo con celo de Dios; porque os he desposado a un esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
¿Acaso pequé humillándome a mí mismo (para que vosotros fueseis ensalzados), porque os he predicado el evangelio de Dios de balde?
He despojado a otras iglesias, tomando salario de ellas, para serviros a vosotros.
Mas lo que hago, haré aún, para cortar la ocasión de aquellos que la desean, a fin de que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.
Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; de otra manera, recibidme aun como a loco, para que me gloríe yo un poquito.
En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme;
Por lo cual si quisiera gloriarme, no sería insensato; porque diría verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.
Y para que no me enaltezca desmedidamente por la grandeza de las revelaciones, me es dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.
y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.
He aquí estoy preparado para ir a vosotros la tercera vez, y no os seré gravoso; porque no busco lo vuestro, sino a vosotros: porque no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
¿Pensáis aún que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; mas todo lo hacemos, muy amados, para vuestra edificación.
pues que buscáis una prueba de que Cristo habla en mí, el cual no es débil para con vosotros, antes es poderoso en vosotros.
Porque aunque fue crucificado en flaqueza, sin embargo vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en Él, mas viviremos con Él por el poder de Dios para con vosotros.
Y oro a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros seamos como reprobados.
Por tanto os escribo esto estando ausente, no sea que estando presente os trate con dureza, conforme a la potestad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.