'Salud' en la Biblia
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quietos, y ved la salud del SEÑOR, que él hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
El SEÑOR es mi fortaleza, y mi canción, el me es por salud; este es mi Dios, y a éste adornaré; Dios de mi padre, y a éste ensalzaré.
Y engrosó Jesurún (el recto ), y tiró coces; te engordaste, te engrosaste, te cubriste; y dejó al Dios que le hizo, y menospreció al Fuerte de su salud.
Y teniendo gran sed, clamó luego al SEÑOR, y dijo: Tú has dado esta gran salud por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?
Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el SEÑOR, mi cuerno es ensalzado en el SEÑOR; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salud.
Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, tendréis salud. Y vinieron los mensajeros, y lo declararon a los de Jabes, los cuales se alegraron.
Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy ha obrado el SEÑOR salud en Israel.
Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha pues de morir Jonatán, el que ha hecho esta salud grande en Israel? No será así. Vive el SEÑOR, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha obrado hoy con Dios. Así libró el pueblo a Jonatán, para que no muriese.
porque él puso su alma en su palma, e hirió al filisteo, y el SEÑOR hizo una gran salud a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?
Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.
Y se volvió aquel día la salud en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.
Dios es mi peñasco, en él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salud; mi fortaleza, y mi refugio; mi salvador, que me librarás de violencia.
Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, y tu mansedumbre me ha multiplicado.
¿No será así mi casa para con Dios? bien que a toda mi salud, y a toda mi voluntad no se hará producir todavía. Mas él ha hecho conmigo pacto perpetuo ordenado en todas las cosas, y será guardado;
Este, levantándose, hirió a los filisteos, hasta que su mano se cansó, y quedó pegada su mano a la espada. Aquel día el SEÑOR hizo gran salud; y se volvió el pueblo en pos de él solamente a tomar el despojo.
El entonces se paró en medio de la heredad de tierra, y la defendió, e hirió a los filisteos; y el SEÑOR hizo una gran salud.
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era gran varón delante de su señor, y en alta estima, porque el SEÑOR había dado salud a la Siria por él. Era este hombre valeroso de virtud, pero leproso.
y dijo: Abre la ventana de hacia el oriente. Y cuando él la abrió dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo : Saeta de salud del SEÑOR, y saeta de salud contra Siria; porque herirás a los siros en Afec, hasta consumirlos.
se pusieron ellos en medio del cultivo, y la defendieron, y vencieron a los filisteos; y los salvó el SEÑOR de gran salud.
Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.
Y decid: Sálvanos, oh Dios, salud nuestra; júntanos, y líbranos de los gentiles, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.
Oh SEÑOR Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu fortaleza; sean, oh SEÑOR Dios, vestidos de salud tus sacerdotes, y gocen de bien tus misericordiosos.
No habrá para qué vosotros peleéis ahora; paraos, estad quedos , y ved la salud del SEÑOR con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que el SEÑOR será con vosotros.
Sus hijos estarán lejos de la salud, y en la puerta serán quebrantados, y no habrá quien los libre.
Que pone a los humildes en altura, y los enlutados son levantados a salud.
Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el impío.
Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi voluntad, y mi salud como nube que pasa.
Muchos dicen de mi alma: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
Del SEÑOR es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)
para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salud.
Mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salud.
¡Quién diese de Sion la salud de Israel tornando el SEÑOR la cautividad de su pueblo! Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
SEÑOR, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.
Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará.
Viva el SEÑOR, y bendito sea mi fuerte; y sea ensalzado el Dios de mi salud.
Nosotros nos alegraremos con tu salud, y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; cumpla el SEÑOR todas tus peticiones.
Ahora he conocido que el SEÑOR ha guardado a su ungido; lo oirá desde los cielos de su santidad con las valentías de la salud de su diestra.
Al Vencedor: Salmo de David. SEÑOR, en tu fortaleza se alegrará el Rey y en tu salud se gozará mucho.
Grande es su gloria en tu salud; honra y hermosura has puesto sobre él.
Al Vencedor, sobre Ajelet-sahar el lucero de la mañana . Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
El recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de salud.
He Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud; a ti he esperado todo el día.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Vanidad es el caballo para la salud; con la grandeza de su fuerza no librará.
Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salud.
Y gócese mi alma en el SEÑOR; y alégrese en su salud.
Tau Pero la salud de los justos es el SEÑOR, y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
Apresúrate a ayudarme, Señor de mi salud.
No encubrí tu justicia en medio de mi corazón; tu verdad y tu salud he declarado; no negué tu misericordia y tu verdad en grande ayuntamiento.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: el SEÑOR sea ensalzado.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le enseñaré la salud de Dios.
Vuélveme el gozo de tu salud; y tu espíritu de libertad me sustentará.
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salud; cantará mi lengua tu justicia.
Danos socorro contra el enemigo, que vana es la salud de los hombres.
Al Vencedor: a Jedutún: Salmo de David. En Dios solamente se reposa mi alma; de él es mi salud.
El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.
El solamente es mi fuerte y mi salud; mi refugio, no resbalaré.
En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.
Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.
para que conozcamos en la tierra tu camino, entre todos los gentiles tu salud.
Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salud. (Selah.)
Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.
Y yo pobre y dolorido, tu salud, oh Dios, me defenderá.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.
Mi boca publicará tu justicia y tu salud todo el día, aunque no sé el número de ellas .
Pero Dios es mi rey ya de antiguo; el que obra salud en medio de la tierra.
por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.
Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre.
Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
Ciertamente cercana está su salud a los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra.
Canción de Salmo: a los hijos de Coré: al Vencedor: para cantar sobre Mahalat; Masquil de Hemán el ezraíta. Oh SEÑOR, Dios de mi salud, día y noche clamo delante de ti.
El me llamará: Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salud.
Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salud.
Venid, alegrémonos al SEÑOR; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud.
Cantad al SEÑOR, bendecid su Nombre; anunciad de día en día su salud.
El SEÑOR ha hecho notoria su salud; en ojos de los gentiles ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la Casa de Israel; todos los fines de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en la buena voluntad para con tu pueblo; visítame con tu salud;
Olvidaron al Dios de su salud, que había hecho grandezas en Egipto;
Danos socorro en la angustia; porque mentirosa es la salud del hombre.
Tomaré la copa de la salud, e invocaré el Nombre del SEÑOR.
Mi fortaleza y mi canción es JAH, y él me ha sido por salud.
Voz de júbilo y de salud hay en las tiendas de los justos, la diestra del SEÑOR hace valentías.
Te alabaré porque me has oído, y me fuiste por salud.
VAU Y venga a mí tu misericordia, oh SEÑOR; tu salud, conforme a tu dicho.
CAF Desfalleció de deseo mi alma por tu salud, esperando a tu palabra.
Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
Lejos está de los impíos la salud; porque no buscan tus estatutos.
Tu salud he esperado, oh SEÑOR; y tus mandamientos he puesto por obra.
He deseado tu salud, oh SEÑOR; y tu ley es mi delicia.
Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo.
Oh DIOS el Señor, fortaleza de mi salud, cubre mi cabeza el día de las armas.
Tú , el que da salud a los reyes, el que redime a David su siervo de maligna espada.
No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.
Porque el SEÑOR toma contentamiento con su pueblo; hermoseará a los humildes con salud.
Cuando faltaren la inteligencia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay salud.
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