'Su' en la Biblia
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- 60.Hebreos 11:21-Apocalipsis 9:18
- 61.Apocalipsis 9:19-Apocalipsis 22:19
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros quienes primero confiamos en Cristo.
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos;
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
para mostrar en las edades venideras las abundantes riquezas de su gracia, en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos contenidos en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo así la paz;
que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio,
del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder.
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.
porque es Dios el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Mas vosotros conocéis su probidad, que como hijo a padre, ha servido conmigo en el evangelio.
porque por la obra de Cristo estuvo cercano a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que os faltaba en vuestro servicio hacia mí.
a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte;
cuyo fin será destrucción, cuyo dios es su vientre, y cuya gloria es su vergüenza, que sólo piensan en lo terrenal.
el cual transformará nuestro cuerpo vil, para que sea semejante a su cuerpo glorioso, según el poder con el cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad con gozo;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo; así las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
en su cuerpo de carne, mediante la muerte; para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él;
Que ahora me regocijo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia,
Por lo cual también trabajo, luchando según su poder, el cual obra poderosamente en mí.
Nadie os prive de vuestra recompensa, afectando humildad y adoración a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,
Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas, y a la iglesia que está en su casa.
y esperar del cielo a su Hijo, al cual resucitó de los muertos; a Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de gloria? ¿No lo sois, pues, vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida?
que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor;
Que ninguno agravie ni tome ventaja de su hermano, en nada; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
Así que, el que menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.
y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
los cuales serán castigados con eterna perdición excluidos de la presencia del Señor, y de la gloria de su poder,
Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de este llamamiento, y cumpla todo buen deseo de su bondad, y la obra de fe con poder,
Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, para que sea revelado en su tiempo.
Y entonces será revelado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
Y a los tales requerimos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando calladamente, coman su propio pan.
Mas por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero, toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en Él para vida eterna.
el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, para testimonio a su debido tiempo.
que gobierne bien su propia casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad
(Porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).
que con hipocresía hablarán mentiras; teniendo cauterizada su conciencia;
Y si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Quiero, pues, que las mujeres jóvenes se casen, engendren hijos, gobiernen su casa; que ninguna ocasión den al adversario para decir mal.
Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y: Digno es el obrero de su jornal.
Todos los que están bajo yugo de servidumbre, tengan a sus señores por dignos de toda honra, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y su doctrina.
La cual a su tiempo mostrará el Bendito y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores;
quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según su propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús desde antes del principio de los siglos;
y se zafen del lazo del diablo, en que están cautivos por él, a su voluntad.
Mas no llegarán muy lejos; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
Te requiero, pues, delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino:
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A Él sea gloria por siempre jamás. Amén.
y manifestó a sus tiempos su palabra por medio de la predicación que me es encomendada por mandamiento de Dios nuestro Salvador,
Aun uno de ellos; su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos.
Todas las cosas son puras para los puros; mas para los corrompidos e incrédulos nada es puro; pues aun su mente y su conciencia están corrompidas.
a ser discretas, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos; para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hayamos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo;
para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca, siendo condenado por su propio juicio.
en estos postreros días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien asimismo hizo el universo;
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la expiación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros, y dones del Espíritu Santo según su voluntad.
Pero vemos a Jesús coronado de gloria y de honra, el cual fue hecho un poco menor que los ángeles, por el padecimiento de su muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
el cual fue fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés sobre toda su casa.
Y Moisés a la verdad fue fiel sobre toda su casa, como siervo, para testimonio de lo que después se había de decir;
pero Cristo, como hijo sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y la gloria de la esperanza.
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no creyeron?
Temamos, pues, que quedando aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
otra vez determina un cierto día, diciendo por medio de David: Hoy, después de tanto tiempo; como está dicho: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta.
El cual en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.
pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, y cercana a ser maldecida; y su fin es el ser quemada.
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo ministrado a los santos y ministrándoles aún.
Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, lo confirmó con juramento;
porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
Porque ciertamente el mandamiento precedente es abrogado por su debilidad e ineficacia.
Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.
y sobre ella los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio; cosas de las cuales no podemos ahora hablar en particular.
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
por el camino nuevo y vivo que Él nos consagró a través del velo, esto es, por su carne;
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
Por fe Noé, siendo advertido por Dios de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que es por la fe.
Por fe Abraham cuando fue probado, ofreció a Isaac, y él que había recibido las promesas, ofreció a su hijo unigénito,
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- 25.1 Crónicas 7:16-1 Crónicas 25:3
- 26.1 Crónicas 25:5-2 Crónicas 16:12
- 27.2 Crónicas 16:13-2 Crónicas 32:25
- 28.2 Crónicas 32:26-Nehemías 9:4
- 29.Nehemías 9:6-Job 5:16
- 30.Job 5:26-Job 24:6
- 31.Job 24:15-Job 41:1
- 32.Job 41:2-Salmos 31:12
- 33.Salmos 31:21-Salmos 68:35
- 34.Salmos 69:15-Salmos 101:5
- 35.Salmos 102:1-Salmos 115:2
- 36.Salmos 115:7-Proverbios 4:22
- 37.Proverbios 5:3-Proverbios 18:11
- 38.Proverbios 18:14-Proverbios 30:26
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- 45.Jeremías 48:17-Lamentaciones 4:20
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- 55.Lucas 5:15-Lucas 24:47
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