'Has' en la Biblia
Al que tropezaba tus palabras han levantado, y las rodillas débiles has robustecido.
Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?
Acuérdate ahora que como a lodo me diste forma; ¿y en polvo me has de volver?
``Vida y misericordia me has concedido, y tu cuidado ha guardado mi espíritu.
Estas cosas has guardado en tu corazón; yo sé que están cerca de ti.
Si pequé, tú me has observado, Y no me limpias de mi iniquidad.
Pues has dicho: ``Mi enseñanza es pura, y soy inocente ante tus ojos."
¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y a una arista seca has de perseguir?
Ya que sus días están determinados, el número de sus meses te es conocido, y has fijado sus límites para que no pueda pasar{los.}
Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.
Pero ahora me ha fatigado; tú has asolado toda mi compañía.
Tú me has arrugado; el testigo es mi delgadez, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
Porque a éstos has tú escondido su corazón de entendimiento; por tanto, no los ensalzarás.
Porque sin razón tomabas prendas de tus hermanos, y has despojado de {sus} ropas a los desnudos.
¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has salvado con tu brazo al que no tiene fortaleza?
¿Qué consejos has dado {al que} no tiene sabiduría, y qué útil conocimiento has dado en abundancia!
¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti sale?
Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me odias.
Ciertamente has hablado a oídos míos, y el sonido de {tus} palabras he oído:
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
¿Ha de retribuir El según tus condiciones, porque tú has rehusado? Porque tú tienes que escoger y no yo, por tanto, declara lo que sabes.
Si has pecado, ¿qué logras tú contra El? Y si tus transgresiones son muchas, ¿qué le haces?
Mas tú has llenado el juicio del impío, contra la justicia y el juicio que lo sustentan todo.
Ten cuidado, no te inclines al mal; pues has preferido éste a la aflicción.
¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho?
¿Has conocido tú por ventura las diferencias de las nubes, las maravillas del Perfecto en sabiduría?
¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,
¿Por ventura has entrado hasta los nacederos del mar, y has andado escudriñando el abismo?
¿Por ventura te han sido descubiertas las puertas de la muerte o has visto las puertas de la sombra de muerte?
¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.
¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, y has visto los tesoros del granizo,
¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿Has observado el parto de las ciervas?
Quebrantarlos has con vara de hierro: Como vaso de alfarero los desmenuzarás.
Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia. En la angustia me has aliviado; ten piedad de mí, escucha mi oración.
Levántate, oh SEÑOR, en tu ira; álzate contra la furia de mis adversarios, y despiértate en favor mío; tú has establecido juicio.
Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido {tu} fortaleza, por causa de tus adversarios, para hacer cesar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has establecido,
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de hermosura.
Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies:
Porque has hecho mi juicio y mi causa; te has sentado en silla juzgando justicia.
Has reprendido a las naciones, has destruido al impío, has borrado su nombre para siempre jamás.
El enemigo ha llegado a {su} fin en desolación eterna, y tú has destruido {sus} ciudades; su recuerdo ha perecido con ellas.
Tú has visto; porque tú miras el trabajo, y el enojo, para dar justicia en tus manos; a ti se acoge el pobre, tú eres el amparo del huérfano.
Oh SEÑOR, tú has oído el deseo de los humildes; tú fortalecerás su corazón {e} inclinarás tu oído
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
Tú me has dado también el escudo de tu salvación; tu diestra me sostiene, y tu benevolencia me engrandece.
Y me ceñiste de fortaleza para la pelea; has agobiado mis enemigos debajo de mí.
También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, y destruí a los que me odiaban.
Tú me has librado de las contiendas del pueblo; me has puesto por cabeza de las naciones; pueblo que yo no conocía me sirve.
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
Tú le has dado el deseo de su corazón, y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)
Por tanto le adelantarás en bendiciones de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Grande es su gloria en tu salud; honra y hermosura has puesto sobre él.
Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu rostro.
Ponerlos has como horno de fuego en el tiempo de tu ira: Jehová los deshará en su furor, Y fuego los consumirá.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Tú has dicho: Buscad mi rostro. Mi corazón dice de ti: Tu rostro buscaré, oh Jehová.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Te ensalzaré, oh SEÑOR; porque me has ensalzado; y no hiciste alegrar mis enemigos de mí.
Oh SEÑOR, has sacado mi alma del Seol; me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
porque tú, SEÑOR, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.
Has tornado mi endecha en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
En tu mano encomiendo mi espíritu: Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias;
y no me has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis pies en lugar espacioso.
¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
Tú lo has visto, oh SEÑOR; no calles: Señor, de mí no te alejes.
He aquí, tú has hecho mis días muy breves, y mi existencia es como nada delante de ti; ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah)
Aumentado has tú, oh SEÑOR Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar, anunciar, ni hablar; no pueden ser narrados.
Sacrificio y presente no te agrada; me has labrado oídos; holocausto y expiación no has demandado.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has asentado delante de ti para siempre.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Porque tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían.
Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales en nuestros ejércitos.
Nos has hecho retroceder ante el enemigo, y los que nos aborrecían nos han saqueado para sí.
Nos entregas como ovejas para ser devorados, y nos has esparcido entre las naciones.
Has vendido tu pueblo de balde, y sin precio.
sin embargo, nos has quebrantado en la región de los chacales, y nos has cubierto con la sombra de la muerte.
Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; por tanto Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Estas cosas has hecho, y yo he guardado silencio; pensaste que yo era tal como tú; {pero} te reprenderé, y delante de tus ojos expondré {tus delitos}.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Hazme oír gozo y alegría; y se recrearán los huesos que has abatido.
Has amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua.
Te alabaré para siempre por lo que has hecho: Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.
Mis huidas has contado tú; pon mis lágrimas en tu odre, ciertamente en tu libro.
Porque has librado mi vida de la muerte, ciertamente mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.
Y yo cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado: vuélvete a nosotros.
Has hecho temblar la tierra, la has hendido; sana sus hendiduras, porque se tambalea.
Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de temblor.
Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad. (Selah.)
porque tú has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.
Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu Nombre.
Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
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