'Pecado' en la Biblia
Y no será más á la casa de Israel por confianza, que haga acordar el pecado, mirando en pos de ellos; y sabrán que yo soy el Señor Jehová.
Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él alguno; por causa de su pecado fué tomado, mas demandaré su sangre de mano del atalaya.
Diciendo yo al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano.
Y si tú avisares al impío de su camino para que de él se aparte, y él no se apartare de su camino, por su pecado morirá él, y tú libraste tu vida.
Y diciendo yo al impío: De cierto morirás; si él se volviere de su pecado, é hiciere juicio y justicia,
Y sabrán las gentes que la casa de Israel fué llevada cautiva por su pecado; por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y entreguélos en mano de sus enemigos, y cayeron todos á cuchillo.
Y en la entrada de la puerta había dos mesas de la una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y la expiación, y el sacrificio por el pecado.
El presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado, comerán; y toda cosa dedicada en Israel, será de ellos.
Y aquel día el príncipe sacrificará por sí, y por todo el pueblo de la tierra, un becerro por el pecado.
Y en los siete días de solemnidad hará holocausto á Jehová, siete becerros y siete carneros sin defecto, cada día de los siete días; y por el pecado un macho cabrío cada día.
Y díjome: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán el sacrificio por el pecado y la expiación: allí cocerán el presente, por no sacarlo al atrio de afuera para santificar al pueblo.
Hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.
Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste nombre cual en este día; hemos pecado, impíamente hemos hecho.
Aun estaba hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos
Comen del pecado de mi pueblo, y en su maldad levantan su alma.
Y la soberbia de Israel le desmentirá en su cara: é Israel y Ephraim tropezarán en su pecado: tropezará también Judá con ellos.
Andaré, y tornaré á mi lugar hasta que conozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán á mi.
En los sacrificios de mis dones sacrificaron carne, y comieron: no los quiso Jehová: ahora se acordará de su iniquidad, y visitará su pecado; ellos se tornarán á Egipto.
Llegaron al profundo, corrompiéronse, como en los días de Gabaa: ahora se acordará de su iniquidad; visitará su pecado.
Y los altares de Avén serán destruídos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán á los montes: Cubridnos; y á los collados: Caed sobre nosotros.
Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel: allí estuvieron: no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos.
Y dijo Ephraim: Ciertamente yo he enriquecido, hallado he riquezas para mí: nadie hallará en mí iniquidad, ni pecado en todos mis trabajos.
Y ahora añadieron á su pecado, y de su plata se han hecho según su entendimiento, estatuas de fundición, ídolos, toda obra de artífices; acerca de los cuales dicen á los hombres que sacrifican, que besen los becerros.
Atada está la maldad de Ephraim; su pecado está guardado.
CONVIÉRTETE, oh Israel, á Jehová tu Dios: porque por tu pecado has caído.
Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen, Vive tu Dios de Dan: y, Vive el camino de Beer-seba: caerán, y nunca más se levantarán.
Unce al carro dromedarios, oh moradora de Lachîs, que fuiste principio de pecado á la hija de Sión; porque en ti se inventaron las rebeliones de Israel.
Yo empero estoy lleno de fuerza del espíritu de Jehová, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar á Jacob su rebelión, y á Israel su pecado.
¿Agradaráse Jehová de millares de carneros, ó de diez mil arroyos de aceite? ¿daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.
Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
Y habló el ángel, é intimó á los que estaban delante de sí, diciendo: Quitadle esas vestimentas viles. Y á él dijo: Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala.
Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.
EN aquel tiempo habrá manantial abierto para la casa de David y para los moradores de Jerusalem, para el pecado y la inmundicia.
Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las gentes que no subieran á celebrar la fiesta de las Cabañas.
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado á los hombres: mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada á los hombres.
Diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da á nosotros? Viéras lo tú.
Me levantaré, é iré á mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
El siguiente día ve Juan á Jesús que venía á él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Y como perseverasen preguntándole, enderezóse, y díjoles: El que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero.
Y díjoles otra vez Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, mas en vuestro pecado moriréis: á donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado.
¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
Díjoles Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado: mas ahora porque decís, Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.
Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.
Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, y las han visto, y me aborrecen á mí y á mi Padre.
Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio:
De pecado ciertamente, por cuanto no creen en mí;
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que á ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Alegando él por su parte: Ni contra la ley de los Judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada.
¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado.
Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.
Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley.
Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación.
La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia;
Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.
¿PUES qué diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca?
En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios vive.
Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias;
Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia?
Empero gracias á Dios, que aunque fuistes siervos del pecado, habéis obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados;
Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia.
Porque cuando fuisteis siervos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Mas el pecado, tomando ocasión, obró en mí por el mandamiento toda concupiscencia: porque sin la ley el pecado está muerto.
Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí.
Porque el pecado, tomando ocasión, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.
¿Luego lo que es bueno, á mí me es hecho muerte? No; sino que el pecado, para mostrarse pecado, por lo bueno me obró la muerte, haciéndose pecado sobremanera pecante por el mandamiento.
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado.
De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.
Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia.
Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no comió por fe: y todo lo que no es de fe, es pecado.
Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley.
Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Que cuando volviere, me humille Dios entre vosotros, y haya de llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y deshonestidad que han cometido.
Y si buscando nosotros ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
Mas encerró la Escritura todo bajo pecado, para que la promesa fuese dada á los creyentes por la fe de Jesucristo.
No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
Antes exhortaos los unos á los otros cada día, entre tanto que se dice Hoy; porque ninguno de vosotros se endurezca con engaño de pecado:
Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.
Así también Cristo fué ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (401)
- LBDA (389)
- NBLH (391)
- RV (340)
- SEV (335)
- RV1909 (325)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (7)
- Éxodo (12)
- Levítico (36)
- Números (17)
- Deuteronomio (12)
- Josué (2)
- Jueces (3)
- 1 Samuel (10)
- 2 Samuel (4)
- 1 Reyes (13)
- 2 Reyes (5)
- 1 Crónicas (1)
- 2 Crónicas (8)
- Esdras (1)
- Nehemías (2)
- Ester (1)
- Job (8)
- Salmos (14)
- Proverbios (10)
- Isaías (14)
- Jeremías (11)
- Lamentaciones (4)
- Ezequiel (16)
- Daniel (4)
- Oseas (11)
- Amós (1)
- Miqueas (4)
- Habacuc (1)
- Zacarías (4)
Artículos Relacionados
- Aarón, Pecados de
- Abandonando el pecado
- Abominaciones, el pecado es
- Adam, Resultados del pecado
- Avisos de pecado
- Caminos del pecado
- Confrontando los Pecados
- Conocimiento de pecado
- Consecuencias del pecado, de
- Continuar en pecado
- Convicción de pecado
- Creación estropeada por el pecado
- Cómo el pecado viene con aflicciones
- Dios recordando el pecado
- Dios salva del pecado y de la muerte
- Efecto de la ley
- El Arrepentimiento, ejemplos de
- El Pecado continuo
- El castigo, la naturaleza de
- El materialismo, como un aspecto del pecado
- El pecado
- El pecado de Adán,
- El pecado hecho conocido
- El pecado imperdonable
- El pecado imperdonable
- El pecado produciendo la muerte
- El pecado sexual
- El pecado sexual, la naturaleza de
- El pecado, Dios remedio para
- El pecado, Efectos de
- El pecado, aceptar el perdón de
- El pecado, amor de
- El pecado, causas de
- El pecado, conoce a Dios
- El pecado, contra el Espíritu Santo
- El pecado, el juicio de Dios sobre
- El pecado, la Confesión de
- El pecado, la evitación de
- El pecado, la naturaleza de
- El pecado, la salvación de Dios
- El pecado, la universalidad de la
- El pecado, y el carácter de Dios
- El perdón de los Pecados
- El soborno es el pecado
- Estar muerto en pecado
- Evangelio, fundamento histórico de
- Evitar el pecado
- Expiación
- Expiación
- Expiación de la culpa
- Fariseísmo, naturaleza de
- Incurrir en culpa
- La Expiación, en NT
- La autoridad de Cristo sobre el pecado
- La ceguera espiritual, Resultados del pecado
- La culpa, la eliminación de
- La culpa, los aspectos humanos de la
- La desfiguración del pecado
- La desfloración, por el pecado
- La expiación, de la remisión de pecados por
- La exposición del pecado
- La imperfección, influencia de
- La naturaleza de pecado
- La ocultación, del pecado
- La oposición, para el pecado y el mal
- La oración, para otros
- La participación, en pecado
- La realidad del pecado
- La restauración de los pecadores
- La ética, y la gracia
- Las advertencias contra el mal,
- Las prendas de vestir de pecado
- Lejos!
- Llevar el pecado
- Los fallos
- Los frutos del pecado
- Los padres pecado
- Los pecadores
- Los pecados de la carne
- Los pecados de los padres.
- Los pecados de omisión
- Los pecados no rentables
- Los sacrificios de animales, la ofrenda de pecado
- Muertos al pecado
- Naciendo en pecado
- Necios, características de
- Ocultar Pecados
- Ofrenda de pecado
- Orígenes del pecado
- Padres, el pecado de la
- Pecados secretos
- Pena de muerte por el pecado sexual
- Portador del pecado
- Reconocer el pecado,
- Remisión del Pecado
- Responsabilidad, a Dios
- Sacrificio perfecto
- Siendo limpiados del pecado
- Solicitaciones de pecado
- Tener comunión con los pecadores
- Unforgiveness
- Cómo el pecado se aferra al pecador
- Darse ánimo unos a otros
- El empobrecimiento que conlleva el pecado
- El hombre del pecado
- El pecado de los líderes
- El pecado del pueblo de Dios
- El perdón de Dios
- El sacrificio
- El sacrificio de las cabras
- Hacer lo correcto
- La apostasía
- La confesión
- La confesión del pecado
- La confesión del pecado
- La culpa
- La enfermedad que conlleva el pecado
- La entrada del pecado
- La expiación de los sacerdotes
- La falta de pecado
- La gracia
- La inmoralidad sexual
- La ley
- La mentira
- La muerte que provoca el pecado
- La oscuridad como símbolo del pecado
- La rebelión
- La responsabilidad
- La sangre de Jesús
- La separación de Dios por el pecado
- La sujeción al mal
- La vergüenza de la mala conducta
- Las aflicciones que provoca el pecado
- Las consecuencias
- Las reglas sobre la ofrenda por el pecado
- Los pecadores a quienes ha alcanzado la muerte
- Orar por los pecadores
- Perdonarse a uno mismo
- Que Dios perdonará
- Que todos han pecado
- Que todos hemos pecado
- Que todos los pecados son equivalentes
- Santificar a las personas
- Si los bebés nacen con pecado
- Vivir en el pecado