1383 casos

'Aquí' en la Biblia

He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.

Y aun os he considerado, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.

He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua hablará en mi boca.

He aquí que mi terror no te espantará, ni mi mano se agravará sobre ti.

He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;

He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;

He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él?

He aquí que sobre él extiende su luz, y cubrió las raíces del mar.

y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, y allí parará el orgullo de tus ondas.

¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?

He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.

He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca.

He aquí que tu esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se desmayarán.

Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

He aquí ha tenido parto de iniquidad; concibió de su propio trabajo, y dio a luz mentira.

Porque he aquí, los malos entesaron el arco, apercibieron sus saetas sobre la cuerda para asaetear en oculto a los rectos de corazón.

Vau Pues de aquí a poco no estará el malo; y contemplarás sobre su lugar, y no aparecerá.

He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)

Entonces dije: He aquí, vengo; en el envoltorio del libro está escrito de mí:

He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.

Porque he aquí los reyes de la tierra fueron reunidos; pasaron todos.

Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí fuertes sin rebelión mía, y sin pecado mío, oh SEÑOR.

He aquí proferirán con su boca; espadas están en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?

Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Jessé.

Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.

Si dijera yo, hablaré como ellos; he aquí habría negado la generación de tus hijos:

Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú cortas a todo aquel que fornica de ti.

He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?

Porque he aquí que braman tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.

Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; he aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía; éste nació allá.

Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad.

He aquí yo he codiciado tus mandamientos, vivifícame en tu justicia.

He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.

He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque.

Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.

Volveos a mi reprensión; he aquí yo os derramaré mi espíritu, y os haré saber mis palabras.

y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.

¿Hay algo de que se pueda decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.

Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.

Dije yo también en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, y que no tienen consolador; y que la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.

He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte.

He aquí, esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;

He aquí, solamente he hallado esto: que Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas perversiones.

He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.

He aquí que tú eres hermoso, oh amado mío, y suave; nuestro lecho también florido.

¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados.

Mi amado es semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando \'

He aquí es la litera de Salomón; sesenta fuertes la rodean, de los fuertes de Israel.

He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.

Porque he aquí que el Señor DIOS de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y la sustentadora, todo sustento de pan y todo socorro de agua;

Ciertamente la viña del SEÑOR de los ejércitos es la casa de Israel, y todo hombre de Judá planta suya deleitosa. Esperaba juicio, y he aquí opresión; justicia, y he aquí clamor.

Y levantará bandera como ejemplo a los gentiles de lejos, y silbará al que está en el cabo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.

Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación; y en sus cielos se oscurecerá la luz.

y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y quitará tu iniquidad, y tu pecado será limpiado.

he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

He aquí, yo y los hijos que me dio el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.

y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.

mas de aquí a muy poco tiempo, se acabará el furor y mi enojo, para fenecimiento de ellos.

He aquí el Señor DIOS de los ejércitos, desgajará el ramo con fortaleza; y los de grande altura serán cortados, y los altos serán humillados.

He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no buscarán la plata, ni codiciarán oro.

Carga de Damasco. He aquí que Damasco dejó de ser ciudad, y será montón de ruina.

Al tiempo de la tarde, veis aquí turbación; antes que la mañana venga ella no será. Esta es la parte de los que nos pisotean; y la suerte de los que nos saquean.

Carga de Egipto. He aquí que el SEÑOR cabalga sobre una nube ligera, y vendrá a Egipto, y los ídolos de Egipto se moverán delante de él; y el corazón de Egipto se desleirá en medio de él.

Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó; cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

Porque así me ha dicho el SEÑOR: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será deshecha;

Y he aquí gozo y alegría, matando vacas, y degollando ovejas, comer carne y beber vino, diciendo: Comamos y bebamos, que mañana moriremos.

¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes tú aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña?

He aquí que el SEÑOR te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.

He aquí que el SEÑOR vacía la tierra, y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir sus moradores.

Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, a quien esperamos, y nos ha salvado. Este es el SEÑOR a quien esperamos, nos gozaremos y nos alegraremos en su salud.

Porque he aquí, que el SEÑOR sale de su lugar, para visitar la iniquidad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más sus muertos.

He aquí, el SEÑOR tiene uno valiente y fuerte que viene como turbión de granizo, y como torbellino trastornador; como ímpetu de recias aguas que salen de madre, con fuerza de mano derriba a tierra.

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