'Desde' en la Biblia
Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de varones y mujeres y entendidos; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Y toda la congregación que volvió de la cautividad hicieron cabañas, y en cabañas habitaron; porque desde los días de Jesuá hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.
Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el postrero; e hicieron la fiesta por siete días, y al octavo día asamblea solemne, según la ordenanza.
Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos;
Y los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas miseraciones les dabas salvadores, que los salvaren de mano de sus enemigos.
Mas teniendo reposo, se volvían a hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos; pero convertidos clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.
Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que nos ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres, y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.
en Zanoa, en Adulam, y en sus aldeas; en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.
Y los hijos de Benjamín desde Geba en Micmas en Aía, en Bet-el y sus aldeas;
Y a la puerta de la Fuente, y delante de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas al oriente.
Y el segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho;
y desde la puerta de Efraín hasta la puerta vieja, y a la puerta de los Peces, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y pararon en la puerta de la Guarda.
Porque desde el tiempo de David y de Asaf, y de antes, había príncipes de cantores, y cántico y alabanza, y acción de gracias a Dios.
Y les protesté, y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en sábado.
Y aconteció en los días de Asuero (el Asuero que reinó desde la India hasta la Etiopía sobre ciento veinteisiete provincias),
Y cumplidos estos días, hizo el rey banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor que se halló en Susa, el palacio.
Y la sentencia que hará el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
Y fueron enviadas cartas por mano de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar, y echar a perder a todos los judíos, desde el niño hasta el viejo, niños y mujeres en un día, en el trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y para apoderarse de su despojo.
Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, a los veintitrés del mismo; y se escribió conforme a todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, a los virreyes, a los capitanes, y a los príncipes de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escribir, y a cada pueblo conforme a su lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.
Y salió Satanás de delante del SEÑOR, e hirió a Job de una maligna sarna desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza.
Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.
Aquel día fuera tinieblas, y Dios no curara de él desde arriba, ni claridad resplandeciera sobre él.
¿Por qué no morí yo desde la matriz, o fui traspasado saliendo del vientre?
porque nosotros somos desde ayer, y no sabemos, siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.
Fuera, como si nunca hubiera sido, llevado desde el vientre a la sepultura.
y después desde esta mi piel rota, y desde mi propia carne tengo que ver a Dios.
¿No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
Batirán sus manos sobre él, y desde su lugar le silbarán.
(porque desde mi juventud creció conmigo el huérfano como con padre, y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda);
Y respondió el SEÑOR a Job desde el torbellino, y dijo:
antes los toques de shofar le infunden ánimo; y desde lejos huele la batalla, el estruendo de los príncipes, y el estruendo de la consigna de la batalla.
Entonces respondió el SEÑOR a Job desde el torbellino, y dijo:
Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)
Acecha de encubierto, como el león desde su cama; acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre trayéndolo en su red.
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
En mi angustia llamé al SEÑOR, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.
Los hombres extraños se cayeron, y tuvieron miedo desde sus encerramientos.
Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sustente.
Ahora he conocido que el SEÑOR ha guardado a su ungido; lo oirá desde los cielos de su santidad con las valentías de la salud de su diestra.
Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar en ti desde que estaba a los pechos de mi madre.
Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
Desde los cielos miró el SEÑOR; vio a todos los hijos de Adán.
Desde la morada de su asiento miró sobre todos los moradores de la tierra.
Dios mío, mi alma está en mí abatida; por tanto me acordaré de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te alegraron.
Como ovejas son puestos en el Seol; la muerte los pastorea; y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; y se consumirá su bien parecer en la sepultura desde su morada.
El Dios de dioses, el SEÑOR, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Dios desde los cielos miró sobre los hijos de Adán, por ver si hay algún entendido que busque a Dios.
Dios oirá, y los quebrantará, y el que permanece desde la antigüedad (Selah); por cuanto no se mudan, ni temen a Dios.
El enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me devora; (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad.
Se extrañaron los impíos desde la matriz; erraron desde el vientre, hablando mentira.
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas,
Visitas la tierra, y desde que la has hecho desear mucho, la enriqueces con el Río de Dios lleno de aguas; preparas el grano de ellos, porque así la ordenaste.
Desde tu templo en Jerusalén; a ti ofrecerán los reyes dones.
Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios; el Dios de Israel, él da fortaleza y fuerzas a su pueblo. Bendito el Dios.
Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.
Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti ha sido siempre mi alabanza.
Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora; manifestaré tus maravillas.
Y dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará estruendo como el Líbano, y desde la ciudad reverdecerán como la hierba de la tierra.
Desde los cielos hiciste oír juicio; la tierra tuvo temor y quedó quieta,
Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos.
Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste.
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid,
La verdad reverdecerá de la tierra; y la justicia mirará desde los cielos.
Yo soy pobre y menesteroso; desde la juventud he llevado tus temores, he estado medroso.
Antes que nacieran los montes y formaran la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternalmente.
Mas la misericordia del SEÑOR desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos;
El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.
Bendito el SEÑOR Dios de Israel, desde el siglo y hasta el siglo; y diga todo el pueblo, Amén. Alelu-JAH.
La vara de tu fortaleza enviará el SEÑOR desde Sion; domina en medio de tus enemigos.
Sea el Nombre del SEÑOR bendito, desde ahora y para siempre.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el Nombre del SEÑOR.
mas nosotros bendeciremos a JAH, desde ahora y para siempre. Alelu-JAH.
Desde la angustia invoqué a JAH; y me respondió JAH, poniéndome en anchura.
Bendito el que viene en el Nombre del SEÑOR, desde la Casa del SEÑOR os bendecimos.
El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así el SEÑOR alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
Bendígate el SEÑOR desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.
Mucho me han angustiado desde mi juventud, diga ahora Israel:
Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.
Espera, oh Israel, al SEÑOR desde ahora y para siempre.
Bendígate el SEÑOR desde Sion, el que hizo los cielos y la tierra.
El que hirió a los primogénitos de Egipto, desde el hombre hasta la bestia.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos.
Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;
Alabad a Dios desde los cielos; alabadle en las alturas.
Alabad al SEÑOR, desde la tierra, los dragones y todos los abismos;
El SEÑOR me poseyó en el principio de su camino, desde entonces, antes de sus obras.
Eternalmente tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra.
El que regala a su siervo desde su niñez, a la postre será su hijo.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y aun el mundo les entregó a su voluntad, de tal manera que no alcance el hombre esta obra de Dios desde el principio hasta el fin.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.
Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo vendrás del Líbano; mirarás desde la cumbre de Amana, desde la cumbre del Senir y del Hermón; desde las guaridas de los leones, desde los montes de los tigres.
Yo soy muro, y mis pechos son como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa entera, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no son curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber, al rey de Asiria.
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