66 casos

'Había' en la Biblia

Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los Judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros (unos 100 litros).

Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.

y no tenía necesidad de que nadie Le diera testimonio del hombre, porque El conocía lo que había en el {interior del} hombre.

Había un hombre de los Fariseos, llamado Nicodemo, prominente (principal) entre los Judíos.

Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y {muchos} venían y eran bautizados.

Porque Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.

Entonces vino otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había {allí} cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm.

Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a Su encuentro y {Le} suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte.

Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: ``Ayer a la una de la tarde (la hora séptima) se le quitó la fiebre."

Por eso los Judíos decían al que había sido sanado: ``Es día de reposo, y no te es permitido cargar tu camilla."

Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús, sin que se dieran cuenta, se había apartado de la multitud que estaba en {aquel} lugar.

El hombre se fue, y dijo a los Judíos que Jesús era el que lo había sanado.

``Hagan que la gente se siente," dijo Jesús. Y había mucha hierba en aquel lugar; así que se sentaron. El número de los hombres era de unos cinco mil.

La gente, entonces, al ver la señal (el milagro) que Jesús había hecho, decían: ``Verdaderamente Este es el Profeta que había de venir al mundo."

y subiendo en una barca, se dirigieron al otro lado del mar, hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido adonde ellos estaban;

Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de que allí no había más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella con Sus discípulos, sino que Sus discípulos se habían ido solos.

Vinieron otras barcas de Tiberias cerca del lugar donde habían comido el pan después de que el Señor había dado gracias.

Por eso los Judíos murmuraban de El, porque había dicho: ``Yo soy el pan que descendió del cielo."

Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: ``El es bueno." Otros decían: ``No, al contrario, extravía a la gente."

Procuraban, pues, prender a Jesús; pero nadie Le echó mano porque todavía no había llegado Su hora.

Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había {sido dado} todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

Estas palabras las pronunció en el {lugar del} tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora.

Por eso los Fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: ``Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo."

Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,

Por segunda vez los Judíos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: ``Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador."

Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.

Jesús había hablado de la muerte de Lázaro, pero ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño.

Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta Lo había encontrado.

``Quiten la piedra," dijo Jesús. Marta, hermana del que había muerto, Le dijo: ``Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días {que murió."}

Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: ``Desátenlo, y déjenlo ir."

Por esto muchos de los Judíos que habían venido {a ver} a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en El.

Pero algunos de ellos fueron a los Fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.

Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Betania donde estaba Lázaro, al que Jesús había resucitado de entre los muertos.

Entonces la gran multitud de Judíos se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no sólo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.

Al día siguiente, cuando la gran multitud que había venido a la fiesta, oyó que Jesús venía a Jerusalén,

Sus discípulos no entendieron esto al principio, pero {después,} cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que esto se había escrito de El, y de que Le habían hecho estas cosas.

Por eso la multitud fue también a recibir a Jesús, porque habían oído que El había hecho esta señal (este milagro).

Había unos Griegos entre los que subían a adorar en la fiesta;

Por eso la multitud que estaba {allí} y oyó {la voz}, decía que había sido un trueno; otros decían: ``Un ángel Le ha hablado."

"Pero les he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora, se acuerden de que ya les había hablado de ellas. Y no les dije estas cosas al principio, porque Yo estaba con ustedes.

Después de decir esto, Jesús salió con Sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró El con Sus discípulos.

También Judas, el que Lo iba a entregar (traicionar), conocía el lugar porque Jesús se había reunido allí muchas veces con Sus discípulos.

Caifás era el que había aconsejado a los Judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.

Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquél a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo: `` ¿No te vi yo en el huerto con El?"

{Esto sucedió} para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.

Había allí una vasija llena de vinagre. Colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en {una rama de} hisopo, y se la acercaron a la boca.

Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y {también las} del otro que había sido crucificado con Jesús.

Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de treinta y tres kilos.

En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual todavía no habían sepultado a nadie.

El primer {día} de la semana María Magdalena fue temprano al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra {ya} había sido quitada del sepulcro.

y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte.

También entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó.

y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.

Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: `` ¡Es el Señor!" Oyendo Simón Pedro que era el Señor, se puso la ropa, porque se la había quitado {para poder trabajar}, y se echó al mar.

Simón Pedro subió {a la barca,} y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres {en total;} y aunque había tantos, la red no se rompió.

Pedro, volviéndose, vio que {les} seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho {de Jesús} y Le había preguntado: ``Señor, ¿quién es el que Te va a entregar?"

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso