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'Pero' en la Biblia

Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y {les} hablaron con engaño porque {Siquem} había deshonrado a su hermana Dina.

Pero si no nos escucháis, y {no} os circuncidáis, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.

"{Pero} sólo con esta {condición} consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados.

Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban {con más} dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

Pero ellos dijeron: ¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una ramera?

Pero Rubén oyó {esto} y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.

Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. {Esto dijo} para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.

y le tomaron y le echaron en el pozo; pero el pozo estaba vacío, no había agua en él.

Y todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: Ciertamente enlutado bajaré al Seol por causa de mi hijo. Y su padre lloró por él.

Pero Er, primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.

Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Fares.

Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.

Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella {o} a estar con ella.

Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro;

entonces ella tomó a José de la ropa, y le dijo: `` ¡Acuéstate conmigo!" Pero él le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera.

llamó a los hombres de su casa y les dijo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros; vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz.

Pero el SEÑOR estaba con José, le extendió {su} misericordia y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.

pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado José.

Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas subieron del Nilo detrás de ellas, y se pararon junto a las {otras} vacas a la orilla del Nilo;

Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

Y aconteció que tal como nos lo había interpretado, así sucedió; a mí me restableció {Faraón} en mi puesto, pero al otro lo ahorcó.

Y Faraón dijo a José: ``He tenido un sueño y no hay quien lo interprete. Pero he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar."

Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas, de tal fealdad como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto.

Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.

y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y {se lo} conté a los adivinos, pero no hubo quien me {lo} pudiera explicar.

y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan.

Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo.

Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.

Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra.

Pero ellos dijeron: ``Tus siervos eran doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y el menor está hoy con nuestro padre, y {el} otro ya no existe."

pero habéis de traerme a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.

Pero nosotros le dijimos: ``Somos {hombres} honrados, no somos espías.

pero traedme a vuestro hermano menor para que sepa yo que no sois espías, sino {hombres} honrados. Os devolveré a vuestro hermano, y podréis comerciar en la tierra."

Pero Jacob dijo: Mi hijo no descenderá con vosotros; pues su hermano ha muerto, y {me} queda sólo él. Si algo malo le acontece en el viaje en que vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.

Pero Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre claramente nos advirtió: ``No veréis mi rostro si vuestro hermano no está con vosotros."

Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro sin vuestro hermano con vosotros.

Pero ellos dijeron: El hombre nos preguntó específicamente acerca de nosotros y nuestros familiares, diciendo: `` ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis {otro} hermano?" Y nosotros contestamos sus preguntas. ¿Acaso podíamos nosotros saber que él diría: ``Traed a vuestro hermano"?

El les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se alegraron con él.

Mas él respondió: Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre.

"Pero nosotros respondimos: `No podemos ir. Si nuestro hermano menor va con nosotros, entonces iremos. Porque no podemos ver el rostro del hombre si nuestro hermano no está con nosotros.'

José dijo a sus hermanos: Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre? Pero sus hermanos no podían contestarle porque estaban atónitos delante de él.

A todos ellos les dio mudas de ropa, pero a Benjamín le dio trescientas {piezas de} plata y cinco mudas de ropa.

Y le informaron, diciendo: José vive todavía, y es gobernante en toda la tierra de Egipto. Pero él se quedó atónito porque no les podía creer.

Pero cuando ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho, y cuando vio las carretas que José había enviado para llevarlo, el espíritu de su padre Jacob revivió.

Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara (pero Er y Onán murieron en la tierra de Canaán). Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.

Pero los hijos que has engendrado después de ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad.

Pero Israel extendió su derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando adrede sus manos, aunque Manasés era el primogénito.

Pero al ver José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será plenitud de gentiles.

Entonces Israel dijo a José: He aquí, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

Pero José les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?

Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os cuidará y os hará subir de esta tierra a la tierra que El prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob.

Todas las personas que descendieron de Jacob fueron setenta almas. Pero José estaba {ya} en Egipto.

Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos.

Pero cuanto más los molestaban, tanto más se multiplicaban y crecían; tanto que ellos se fastidiaban de los hijos de Israel.

y {les} dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y {las} veáis sobre el lecho del parto, si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá.

Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo: ``Todo hijo que nazca lo echarán al Nilo, pero a toda hija la dejarán con vida."

Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río:

Cuando Faraón se enteró del asunto, trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó de la presencia de Faraón y se fue a vivir a la tierra de Madián, y {allí} se sentó junto a un pozo.

Entonces vinieron unos pastores y las echaron {de allí,} pero Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a su rebaño.

Y el ángel del SEÑOR se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse Moisés, vio que la zarza ardía en fuego, pero la zarza no se consumía.

Pero yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir, si no es por la fuerza.

Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.

Pero el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano y agárra{la} por la cola. Y él extendió la mano, la agarró, y se volvió vara en su mano.

"Pero si todavía no creen estas dos señales, ni escuchan tu voz, entonces sacarás agua del Nilo y la derramarás sobre la tierra seca; y el agua que saques del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca."

Pero él dijo: Te ruego, Señor, envía ahora {el mensaje} por medio de quien tú quieras.

Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

`Y te he dicho: ``Deja ir a mi hijo para que me sirva", pero te has negado a dejarlo ir. He aquí, mataré a tu hijo, a tu primogénito.'"

Pero Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, y le dijo: ``Ciertamente tú eres para mí un esposo de sangre."

Pero el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué apartáis al pueblo de sus trabajos? Volved a vuestras labores.

Pero exigiréis de ellos la misma cantidad de ladrillos que hacían antes; no la disminuyáis en lo más mínimo. Porque son perezosos, por eso claman, diciendo: ``Déjanos ir a ofrecer sacrificios a nuestro Dios."

``Id vosotros mismos {y} recoged paja donde {la} halléis; pero vuestra tarea no será disminuida en lo más mínimo."

No se da paja a tus siervos, sin embargo siguen diciéndonos: ``Haced ladrillos." Y he aquí, tus siervos son azotados; pero la culpa es de tu pueblo.

Pero él contestó: ``Son perezosos, {muy} perezosos. Por eso dicen: `Déjanos ir a ofrecer sacrificios al SEÑOR.'

Ahora pues, id {y} trabajad; pero no se os dará paja, sin embargo, debéis entregar la {misma} cantidad de ladrillos.

"Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Todopoderoso (El Shaddai), pero {por} Mi nombre, SEÑOR, no me di a conocer a ellos.

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés a causa del desaliento y de la dura servidumbre.

Pero Moisés habló delante del SEÑOR, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me han escuchado; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de palabra?

Pero Moisés dijo delante del SEÑOR: He aquí, yo soy torpe de palabra, ¿cómo, pues, me escuchará Faraón?

Pero yo endureceré el corazón de Faraón para multiplicar mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto.

pues cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos.

Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.

"Y dile: `El SEÑOR, el Dios de los Hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: ``Deja ir a Mi pueblo para que Me sirva en el desierto. Pero hasta ahora no has escuchado."

Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.

`Pero si te niegas a dejar{los} ir, he aquí, heriré todo tu territorio con ranas.

Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron; hubo, pues, piojos en hombres y animales.

Entonces los magos dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.

"Pero en aquel día Yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora Mi pueblo, para que no haya allí enjambres de insectos, a fin de que sepas que Yo, el SEÑOR, estoy en medio de la tierra.

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