47 casos

'Te' en la Biblia

Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.

Mas extiende ahora tu mano, y toca á su hueso y á su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.

Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

AHORA pues da voces, si habrá quien te responda; ¿Y á cuál de los santos te volverás?

En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.

En el hambre te redimirá de la muerte, Y en la guerra de las manos de la espada.

Pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, Y las bestias del campo te serán pacíficas.

Pequé, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario á ti, Y que á mí mismo sea pesado?

¿No te enseñarán ellos, te dirán, Y de su corazón sacarán palabras?

Si le arrancaren de su lugar, Este negarále entonces, diciendo: Nunca te vi.

Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; Y la habitación de los impíos perecerá.

¿Harán tus falacias callar á los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?

Y que te declarara los arcanos de la sabiduría, Que son de doble valor que la hacienda! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos que tu iniquidad merece.

Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán.

Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;

O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también.

Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, Que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!

Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé.

Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti.

¿Por qué te enajena tu corazón, Y por qué guiñan tus ojos,

Escúchame; yo te mostraré Y te contaré lo que he visto:

¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué te animará á responder?

¿Castigaráte acaso, O vendrá contigo á juicio porque te teme?

Por tanto hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino;

O tinieblas, porque no veas; Y abundancia de agua te cubre.

Si te tornares al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción;

Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro.

He aquí que mi terror no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti.

He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

Que si tuvieres razones, respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar.

¿Ha de ser eso según tu mente? El te retribuirá, ora rehuses, Ora aceptes, y no yo: Di si no, lo que tú sabes.

Yo te responderé razones, Y á tus compañeros contigo.

Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura.

Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y hazme saber tú.

¿Alzarás tú á las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?

¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, Y que la allegará en tu era?

Y yo también te confesaré Que podrá salvarte tu diestra.

Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.

Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.

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