'Al' en la Biblia
- 1.Mateo 1:6-Mateo 19:1
- 2.Mateo 19:22-Marcos 5:23
- 3.Marcos 5:26-Lucas 4:8
- 4.Lucas 4:12-Lucas 18:13
- 5.Lucas 18:15-Juan 6:22
- 6.Juan 6:25-Hechos 1:10
- 7.Hechos 1:11-Hechos 12:14
- 8.Hechos 12:23-Hechos 26:23
- 9.Hechos 26:32-1 Corintios 16:15
- 10.1 Corintios 16:22-Hebreos 3:2
- 11.Hebreos 3:9-Apocalipsis 2:12
- 12.Apocalipsis 2:17-Apocalipsis 22:14
Isaí engendró al rey David. Y David engendró a Salomón de la {que había sido mujer} de Urías.
Y enviándolos a Belén, dijo: Id y buscad con diligencia al Niño; y cuando {le} encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore.
Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre {el lugar} donde estaba el Niño.
Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.
Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle.
Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto;
Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos.
Levántate, toma al Niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra la vida del Niño han muerto.
Y él, levantándose, tomó al Niño y a su madre, y vino a la tierra de Israel.
Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.
Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a {donde estaba} Juan, para ser bautizado por él.
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
Jesús le dijo: También está escrito: ``NO TENTARAS AL SEÑOR TU DIOS."
Entonces Jesús le dijo*: ¿Vete, Satanás! Porque escrito está: ``AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y SOLO A EL SERVIRAS."
y saliendo de Nazaret, fue y se estableció en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí;
¿TIERRA DE ZABULON Y TIERRA DE NEFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL JORDAN, GALILEA DE LOS GENTILES!
Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores.
Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron.
Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El.
Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y écha{lo} de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y écha{la} de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.
También habéis oído que se dijo a los antepasados: ``NO JURARAS FALSAMENTE, SINO QUE CUMPLIRAS TUS JURAMENTOS AL SEÑOR."
Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa.
Al que te pida, da{le;} y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.
Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?
Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no {hará} mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego.
Y extendiendo {Jesús} la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.
Entonces Jesús le dijo*: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para {que les sirva de} testimonio a ellos.
Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: ``Ve", y va; y al otro: ``Ven", y viene; y a mi siervo: ``Haz esto", y {lo} hace.
Al oír{lo} Jesús, se maravilló y dijo a los que {le} seguían: En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande.
Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado fue sanado en esa {misma} hora.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que yacía en cama con fiebre.
Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con {su} palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos,
Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado.
Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino.
Entonces El les dijo: ¿Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.
Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, {le} rogaron que se fuera de su comarca.
Y subiendo {Jesús} en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad.
Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados.
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Al oír El {esto,} dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
Y nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo {al encogerse} tira del vestido y se produce una rotura peor.
Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana.
Cuando entró Jesús en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden,
Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado.
Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo {de paz}.
Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.
Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa!
Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
Porque vine a PONER AL HOMBRE CONTRA SU PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU SUEGRA;
El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí.
El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Y al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo, mandó por medio de sus discípulos
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo {se lo} quiera revelar.
Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo ni en el venidero.
Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
y al sembrar, parte {de la semilla} cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron.
Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: ``AL OIR OIREIS, Y NO ENTENDEREIS; Y VIENDO VEREIS, Y NO PERCIBIREIS;
A todo el que oye la palabra del reino y no {la} entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino.
Pero él dijo*: ``No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella.
``Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: `Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.'"
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, {lo vuelve} a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta.
Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes {lo} supieron, le siguieron a pie desde las ciudades.
Y al desembarcar, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos.
Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos.
Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo {los alimentos}, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud.
Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.
Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.
¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina?
Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí.
de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.
Pero respondiendo El, les dijo: Al caer la tarde decís: ``{Hará} buen tiempo, porque el cielo está rojizo."
Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes.
Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.
Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.
Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un estáter; tómalo y dáselo por ti y por mí.
Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de {las que mueve un} asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.
Y al comenzar a ajustar{las,} le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, {lo} ahogaba, diciendo: ``Paga lo que debes."
Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán;
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- 2.Mateo 19:22-Marcos 5:23
- 3.Marcos 5:26-Lucas 4:8
- 4.Lucas 4:12-Lucas 18:13
- 5.Lucas 18:15-Juan 6:22
- 6.Juan 6:25-Hechos 1:10
- 7.Hechos 1:11-Hechos 12:14
- 8.Hechos 12:23-Hechos 26:23
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