'Ellas' en la Biblia
Fortificó también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, y vituallas, y vino, y aceite;
Batieron también todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror de Jehová fué sobre ellos: y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran despojo.
Asimismo los Filisteos se habían derramado por las ciudades de la llanura, y al mediodía de Judá, y habían tomado á Beth-semes, á Ajalón, Gederoth, y Sochô con sus aldeas, Timna también con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y habitaban en ellas.
DESPUÉS de estas cosas y de esta fidelidad, vino Sennachêrib rey de los Asirios, entró en Judá, y asentó campo contra las ciudades fuertes, y determinó de entrar en ellas.
Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Abaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzillai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzillai Galaadita, y fué llamado del nombre de ellas.
Ahora pues hagamos pacto con nuestro Dios, que echaremos todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo del Señor, y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios: y hágase conforme á la ley.
Estén ahora nuestro príncipes, los de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan á tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de n
Y de los sacerdotes: los hijos de Habaías, los hijos de Cos, los hijos de Barzillai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzillai Galaadita, y se llamó del nombre de ellas.
Y en aquel día fueron puestos varones sobres las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias, y de los diezmos, para juntar en ellas, de los campos de la ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y Levitas: porque era grande el goz
Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes de Saba esperaron en ellas:
Mas fueron avergonzados por su esperanza; Porque vinieron hasta ellas, y halláronse confusos.
Ahora ciertamente como ellas sois vosotros: Que habéis visto el tormento, y teméis.
Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;
Cosas inanimadas son formadas Debajo de las aguas, y los habitantes de ellas.
Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas.
Sus hijos están sanos, crecen con el pasto: Salen y no vuelven á ellas.
Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas.
Ablandan más que manteca su boca, Pero guerra hay en su corazón: Suavizan sus palabras más que el aceite, Mas ellas son cuchillos.
Mis huídas has tú contado: Pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro?
Mi boca publicará tu justicia Y tu salud todo el día, Aunque no sé el número de ellas.
Cuán muchas son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría: La tierra está llena de tus beneficios.
Abridme las puertas de la justicia: Entraré por ellas, alabaré á JAH.
Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas criadas; Porque todas ellas te sirven.
Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
El cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.
En justicia son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables á los que han hallado sabiduría.
Las palabras del chismoso parecen blandas; Mas ellas entran hasta lo secreto del vientre.
Asimismo, á todo hombre á quien Dios dió riquezas y hacienda, y le dió también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios.
El que mudare las piedras, trabajo tendrá en ellas: el que cortare la leña, en ella peligrará.
Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y ninguna entre ellas estéril.
Tus dientes, como manada de ovejas Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y estéril no hay entre ellas.
Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas aguas, y metéis en ellas el pie de buey y de asno.
Porque Jehová está airado sobre todas las gentes, é irritado sobre todo el ejército de ellas: destruirálas y entregarálas al matadero por la sangre de ellos.
Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se desleirán por la sangre de ellos.
Oh Señor, sobre ellos vivirán tus piedades, Y á todos diré consistir en ellas la vida de mi espíritu; Pues tú me restablecerás, y me harás que viva.
Cantad á Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis á la mar, y lo que la hinche, las islas y los moradores de ellas.
¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
En las pulimentadas piedras del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y á ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No me tengo de vengar de estas cosas?
No conocieron camino de paz, ni hay derecho en sus caminos: sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.
Y edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.
También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza: porque Jehová deshechó tus confianzas, y en ellas no tendrás buen suceso.
Del estruendo de la gente de á caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; entráronse en las espesuras de los bosques, y subiéronse en peñascos; todas las ciudades fueron desamparadas, y no quedó en ellas morador alguno.
Por tanto, león del monte los herirá, destruirálos lobo del desierto, tigre acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será arrebatado: porque sus rebeliones se han multiplicado, hanse aumentado sus deslealtades.
Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se asombrarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
Aun plantarás viñas en los montes de Samaria: plantarán los plantadores, y harán común uso de ellas.
Y entregaré á los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado á efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas:
Y tomó Jeremías otro rollo, y diólo á Baruch hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.
Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán sacadas á los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y prevalecido contra ti tus amigos; atollaron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.
Y diles: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo envío, y tomaré á Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y tenderá su dosel sobre ellas.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalem y sobre todas las ciudades de Judá: y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas, y ni hay en ellas morador;
Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del aquilón, y tornaranse en torrente, é inundarán la tierra y su plenitud, ciudades y moradores de ellas; y los hombres clamarán, y aullará todo morador de la tierra.
Dad alas á Moab, para que volando se vaya; pues serán desiertas sus ciudades hasta no quedar en ellas morador.
Había noventa y seis granadas en cada orden: todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.
Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas.
Y tú, oh hijo del hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán, y no saldrás entre ellos.
Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si estuviera una en medio de otra.
Cuando se paraban ellos, parábanse ellas, y cuando ellos se alzaban, alzábanse con ellos: porque el espíritu de los animales estaba en ellas.
Y tú, hijo del hombre, pon tu rostro á las hijas de tu pueblo que profetizan de su corazón, y profetiza contra ellas,
Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, é hicístete imágenes de hombre, y fornicaste con ellas.
Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y cubrístelas; y mi aceite y mi perfume pusiste delante de ellas.
Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, y el aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave; y fué así, dice el Señor Jehová.
Demás de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado, y los sacrificaste á ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones?
Y sacrificaste mis hijos, y dístelos á ellas para que los hiciesen pasar por el fuego.
Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.
Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado á tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste.
Tú también, que juzgaste á tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus pecados que hiciste más abominables que ellas: más justas son que tú: avergüénzate pues tú también, y lleva tu confusión, pues que has justificado á tus hermanas.
Yo pues haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas,
Y las gentes oyeron de él: fué tomado con el lazo de ellas, y lleváronlo con grillos á la tierra de Egipto.
Por lo que así ha dicho el Señor Jehová: Yo haré subir contra ellas compañías, las entregaré á turbación y á rapiña:
Los ancianos de Gebal y sus sabios repararon tus hendiduras: todas las galeras de la mar y los remeros de ellas fueron en ti para negociar tus negocios.
Los mancebos de Avén y de Pibeseth caerán á cuchillo; y ellas irán en cautiverio.
No corroborasteis las flacas, ni curasteis la enferma: no ligasteis la perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia;
Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; á mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor.
Y daré á ellas, y á los alrededores de mi collado, bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán.
Y santificaré mi grande nombre profanado entre las gentes, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las gentes que yo soy Jehová, dice el Señor Jehová, cuando fuere santificado en vosotros delante de sus ojos.
Y sus ventanas, y sus arcos, y sus palmas, eran conforme á la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y subían á ella por siete gradas; y delante de ellas estaban sus arcos.
Y sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmas, una de una parte, y otra de la otra, en sus postes.
Y en la entrada de la puerta había dos mesas de la una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y la expiación, y el sacrificio por el pecado.
Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las de en medio del edificio:
Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte, conforme á su longitud, asimismo su anchura, y todas sus salidas; conforme á sus puertas, y conforme á sus entradas.
Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de sillares, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
¿Correrán los caballos por las peñas? ¿ararán en ellas con vacas? ¿por qué habéis vosotros tornado el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajeno?
Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
Porque tú has despojado muchas gentes, todos los otros pueblos te despojarán; á causa de las sangres humanas, y robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que moraban en ellas.
Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras lo quebrantará; á causa de las sangres humanas, y del robo de la tierra, de las ciudades, y de todos los que en ellas moraban.
Será por tanto saqueada su hacienda, y sus casas asoladas: y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.
A las cuales mataban sus compradores, y no se tenían por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea Jehová, que he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas.
Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fuí herido en casa de mis amigos.
Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalem aguas vivas; la mitad de ellas hacia la mar oriental, y la otra mitad hacia la mar occidental, en verano y en invierno.
Y será toda olla en Jerusalem y en Judá santidad á Jehová de los ejércitos: y todos los que sacrificaren, vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas: y no habrá más Cananeo alguno en la casa de Jehová de los ejércitos en aquel tiempo.
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.
Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor.
¿Qué os parece? Si tuviese algún hombre cien ovejas, y se descarriase una de ellas, ¿no iría por los montes, dejadas las noventa y nueve, á buscar la que se había descarriado?
Y las cinco de ellas eran prudentes, y las cinco fatuas.
Y mientras que ellas iban á comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él á las bodas; y se cerró la puerta.
Mas habido consejo, compraron con ellas el campo del alfarero, por sepultura para los extranjeros.
Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo á dar las nuevas á sus discípulos. Y mientras iban á dar las nuevas á sus discípulos,
He aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: Salve. Y ellas se llegaron y abrazaron sus pies, y le adoraron.
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