'He' en la Biblia
Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
«Sigaión de David, que cantó a Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín.» Jehová Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad;
si di mal pago al que estaba en paz conmigo (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo),
He aquí, el impío ha gestado iniquidad; concibió maldad, y dio a luz engaño.
«Al Músico principal: Salmo de David» En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma: Escapa al monte cual ave?
Porque he aquí, los malos tensan el arco, preparan sus saetas sobre la cuerda, para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;
mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salvación.
«Mictam de David» Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra no seré conmovido.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.
Pues por ti he desbaratado ejércitos; y por mi Dios he saltado sobre muros.
Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.
Integridad y rectitud me guarden; porque en ti he esperado.
«Salmo de David» Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová, no vacilaré.
No me he sentado con hombres falsos, ni entraré con los hipócritas.
He aborrecido la reunión de los malignos, y no me sentaré con los impíos.
Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar donde tu gloria habita.
«Salmo de David» Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Una cosa he demandado de Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Hubiera yo desmayado, si no creyese que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.
«Al Músico principal: Salmo de David» En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás: Líbrame en tu justicia.
Aborrecí a los que esperan en vanidades ilusorias; mas yo en Jehová he esperado.
De todos mis enemigos he sido oprobio, más de mis vecinos, y horror a mis conocidos; los que me veían fuera, huían de mí.
He sido olvidado de su corazón como un muerto; he venido a ser como un vaso quebrado.
Porque he oído la calumnia de muchos; miedo por todas partes, cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban quitarme la vida.
No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; sean avergonzados los impíos, estén mudos en el sepulcro.
He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia;
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni a su simiente mendigando pan.
pero pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no fue hallado.
Estoy debilitado y molido en gran manera; he gemido a causa de la conmoción de mi corazón.
He aquí diste a mis días término corto, y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente el hombre, aun en su mejor estado, es completa vanidad. (Selah)
Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí:
He predicado justicia en grande congregación; he aquí no he refrenado mis labios, Jehová, tú lo sabes.
No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón: Tu fidelidad y tu salvación he proclamado: No he ocultado tu misericordia y tu verdad a la gran congregación.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
En esto conozco que te he agradado; en que mi enemigo no triunfa sobre mí.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle por la ayuda de su presencia.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis acechadores me rodee?
¿He de comer yo carne de toros, o he de beber sangre de machos cabríos?
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos: Para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; y se mantuvo en su maldad.
He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sostienen mi vida.
Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
En Dios he confiado: No temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.
He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?
Una vez habló Dios; dos veces he oído esto; que de Dios es el poder.
para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.
Al que cabalga sobre los cielos de los cielos que son desde la antigüedad: He aquí dará su voz, poderosa voz.
Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo sentar pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado.
Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.
He venido a ser extraño a mis hermanos, y extranjero a los hijos de mi madre.
Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza.
Oh Dios, me has enseñado desde mi juventud; y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia;
Pues he sido azotado todo el día, y castigado cada mañana.
Si yo hubiera dicho: Así hablaré; he aquí, habría traicionado la generación de tus hijos:
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán: Tú cortarás a todo aquel que fornicando, se aparta de ti.
Y en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en el Señor Jehová mi esperanza, para contar todas tus obras.
He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Podrá proveer carne para su pueblo?
Porque he aquí que rugen tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.
Mencionaré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen. He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía: Éste nació allá.
Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh Jehová, cada día; he extendido a ti mis manos.
Mas yo a ti he clamado, oh Jehová; y de mañana mi oración sale a tu encuentro.
Yo estoy afligido y a punto de morir; desde mi juventud he sufrido tus terrores, estoy perplejo.
Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; he enaltecido a un escogido de mi pueblo.
Una vez he jurado por mi santidad, que no mentiré a David.
Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, porque he aquí, perecerán tus enemigos; serán disipados todos los obradores de iniquidad.
Por lo cual he comido ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lágrimas,
Mis días son como la sombra que se va; y me he secado como la hierba.
He allí el grande y anchuroso mar; en él hay innumerables peces, animales pequeños y grandes.
Yo he sido para ellos objeto de oprobio; me miraban, y meneaban su cabeza.
Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes divagar de tus mandamientos.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
Aparta de mí oprobio y menosprecio; porque tus testimonios he guardado.
Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí.
Me he apegado a tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences.
HE. Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.
Quita de mí el oprobio que he temido; porque buenos son tus juicios.
He aquí yo he anhelado tus mandamientos; vivifícame en tu justicia.
Y daré por respuesta al que me injuria, que en tu palabra he confiado.
Y no quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad; porque en tus juicios he esperado.
Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales he amado.