'No' en la Biblia

No hay nadie como tú entre los dioses, oh Señor, ni hay obras como las tuyas.

Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, y no te pusieron delante de sí.

librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.

Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; estoy encerrado, y no saldré.

No lo sujetará enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará.

Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios;

si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos;

Mas no quitaré de él mi misericordia, ni falsearé mi verdad.

No profanaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

Una vez he jurado por mi santidad, no mentiré a David.

Embotaste asimismo el filo de su espada, y no lo levantaste en la batalla.

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su alma de la mano del Seol? (Selah.)

¿Quién conoce la fortaleza de tu ira? Que tu ira no es menor que nuestro temor.

No tendrás temor de espanto nocturno, ni de saeta que vuele de día;

Caerán a tu lado millares, y diez millares a tu diestra; pero a ti no llegará.

no se ordenará para ti mal, ni plaga tocará tu morada.

En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.

El hombre necio no sabe, y el loco no entiende esto:

para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es recto; y que no hay injusticia en él.

El SEÑOR reina, se vistió de magnificencia, se vistió el SEÑOR de fortaleza, se ciñó; afirmó también el mundo, que no se moverá.

Y dijeron: No verá JAH; y No lo tendrá en cuenta el Dios de Jacob.

El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?

El que castiga a los gentiles, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?

Porque no dejará el SEÑOR su pueblo, ni desamparará a su heredad;

Si no me ayudara el SEÑOR, presto morará mi alma con los muertos.

no endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como el día de Masá en el desierto;

Cuarenta años combatí con la nación, y dije: Pueblo es que yerra de corazón, que no han conocido mis caminos.

Por tanto yo juré en mi furor: No entrarán en mi reposo.

Decid entre los gentiles: El SEÑOR tomó el reino, también compuso el mundo, no será conmovido; juzgará a los pueblos en justicia.

Reconoced que el SEÑOR es el Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

No pondré cosa de Belial delante de mis ojos; hacer traiciones aborrecí; no se allegarán a mí.

Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado.

Al detractor de su prójimo a escondidas, a éste cortaré; al altivo de ojos, y de corazón vanidoso, a éste no puedo sufrir.

No habitará en medio de mi casa el que hace engaño; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.

No escondas de mí tu rostro; en el día de mi angustia inclina a mí tu oído; el día que te invocare, apresúrate a responderme.

No puedo dormir; soy cual pájaro solitario sobre un tejado.

habrá mirado a la oración de los solitarios y menesterosos, y no habrá desechado el ruego de ellos.

Dije: Dios mío, no me cortes en el medio de mis días; por generación de generaciones son tus años.

mas tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.

Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios:

No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.

No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades; ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.

que pasó el viento por ella, y pereció; y su lugar no la conoce más.

El fundó la tierra sobre sus basas; no se moverá por ningún siglo.

Les pusiste término, el cual no traspasarán; ni volverán a cubrir la tierra.

No consintió que hombre los agraviara; y por causa de ellos castigó los reyes.

Diciendo: No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

Echó tinieblas, e hizo oscuridad; y no fueron rebeldes a su palabra.

Y los sacó con plata y oro; y no hubo en sus tribus enfermo.

Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Bermejo.

No obstante, los salvó por amor de su nombre, para manifestar su poder.

Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos.

Se apresuraron, se olvidaron de sus obras; no esperaron en su consejo.

Y trató de destruirlos, a no haberse puesto Moisés su escogido al portillo delante de él, a fin de apartar su ira, para que no los destruyera.

Y aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra;

antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz del SEÑOR.

No destruyeron los pueblos que el SEÑOR les dijo;

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, No hallando ciudad de población.

Por eso quebrantó él con trabajo sus corazones, cayeron y no hubo quién los ayudara.

Y los bendice, y se multiplican en gran manera; y no disminuye sus bestias.

Ciertamente tú, oh Dios, que nos habías desechado; y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.

Oh Dios de mi alabanza, no calles;

No tenga quien le haga misericordia; ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.

Venga en memoria cerca del SEÑOR la iniquidad de sus padres, y el pecado de su madre no sea borrado.

Por cuanto no se acordó de hacer misericordia, y persiguió al varón pobre en espíritu, y menesteroso, y quebrantado de corazón, para matarlo.

Y amó la maldición, y ésta le sobrevino; y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.

Juró el SEÑOR, y no se arrepentirá. Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Caf Por lo cual no resbalará para siempre, Lámed en memoria eterna será el justo.

Mem De mala fama no tendrá temor, Nun su corazón está firme, confiado en el SEÑOR.

Sámec Asentado está su corazón, no temerá, Ayin hasta que vea en sus enemigos su deseo.

No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu Nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.

Tienen boca, mas no hablarán; tienen ojos, mas no verán;

orejas tienen, mas no oirán; tienen narices, mas no olerán;

manos tienen, mas no palparán; tienen pies, mas no andarán; no hablarán con su garganta.

No alabarán los muertos a JAH, ni todos los que descienden al silencio;

El SEÑOR está por mí; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.

Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.

Pues los que no hacen iniquidad, andan en sus caminos.

Entonces no sería yo avergonzado, cuando mirara en todos tus mandamientos.

Tus estatutos guardaré, no me dejes enteramente.

Con todo mi corazón te he buscado, no me dejes errar de tus mandamientos.

En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.

En tus estatutos me recrearé, no me olvidaré de tus palabras.

Advenedizo soy yo en la tierra, no encubras de mí tus mandamientos.

Me he allegado a tus testimonios; oh SEÑOR, no me avergüences.

Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia.

Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.

Y no quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad; porque a tu juicio espero.

Y hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré.

Los soberbios se burlaron mucho de mí, mas no me he apartado de tu ley.

Me apresuré, y no me retardé en guardar tus mandamientos.

Compañía de impíos me han robado, mas no me he olvidado de tu ley.

Sea mi corazón perfecto en tus estatutos; para que no sea yo avergonzado.

Porque estoy como el odre al humo; mas no he olvidado tus estatutos.

Los soberbios me han cavado hoyos; mas no obran según tu ley.

Casi me han consumido por tierra; mas yo no he dejado tus mandamientos.

Si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya hubiera perecido en mi aflicción.

De tus juicios no me aparté; porque tú me enseñaste.

De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.