'Sin' en la Biblia
Éstos eran siervos del rey, sin contar los que el rey había puesto en las ciudades fortificadas por toda Judá.
Entonces él dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor; y dijo Jehová: Éstos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz a su casa.
Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.
Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y se fue sin ser deseado. Y lo sepultaron en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes.
Y se juntó en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo; una vasta reunión.
Así los hijos de Israel que estaban presentes en Jerusalén celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días con grande gozo; y los levitas y los sacerdotes alababan a Jehová día tras día, cantando con instrumentos resonantes a Jehová.
Éste hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.
Y los hijos de Israel que estuvieron presentes celebraron la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los panes sin levadura, por siete días.
Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos.
Y lo que fuere necesario, becerros y carneros y corderos, para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado cada día, sin falta;
Y durante siete días con regocijo celebraron la fiesta de los panes sin levadura, porque Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos, para esforzar sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.
hasta cien talentos de plata, y hasta cien coros de trigo, y hasta cien batos de vino, y hasta cien batos de aceite; y sal sin medida.
¿Hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con los pueblos de estas abominaciones? ¿No te ensañarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?
sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Y la bebida era según la ley: Sin ninguna obligación; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa; que se hiciese según la voluntad de cada uno.
Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey saben, que cualquier hombre o mujer que entra al rey al patio de adentro sin ser llamado, hay una sola ley para él: Debe morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para entrar al rey estos treinta días.
Por tanto los judíos aldeanos que habitan en las villas sin muro celebran a los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, un día de regocijo, y de enviar porciones cada uno a su vecino.
Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que aún retiene su integridad, a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?
De la mañana a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.
Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos? Mueren, aun sin sabiduría.
El cual hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número.
¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?
Y sería aún mi consuelo, si me asaltase con dolor sin dar más tregua, que yo no he escondido las palabras del Santo.
Y mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza.
¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?
Él hace cosas grandes e inescrutables; y maravillas, sin número.
Porque me ha quebrantado con tempestad, y sin causa ha aumentado mis heridas.
Tierra de oscuridad, lóbrega como sombra de muerte, sin orden, donde la luz es como la oscuridad misma.
Van a tientas, como en tinieblas y sin luz, y los hace errar como borrachos.
¿Disputará con palabras inútiles, y con razones sin provecho?
Y este otro morirá en amargura de ánimo, y sin haber comido jamás con gusto.
Porque tomaste prenda de tus hermanos sin causa, y despojaste de sus ropas al desnudo.
Al desnudo hacen dormir sin ropa, y que en el frío no tenga cobertura.
Al desnudo hacen andar sin ropa, y al hambriento quitan las gavillas.
¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?
Sin embargo Él no extenderá su mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando Él los quebrante?
Si he visto a alguno perecer por falta de ropa, o al menesteroso sin abrigo;
Si comí su sustancia sin dinero, o afligí el alma de sus dueños;
Yo soy limpio y sin defecto; y soy inocente, y no hay maldad en mí.
Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; mas el hombre no entiende.
¿He de mentir yo contra mi razón? Mi herida es incurable sin haber yo transgredido.
En un momento morirán, y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso.
Él quebrantará a los fuertes sin indagación, y pondrá a otros en lugar de ellos.
Job habla sin entendimiento, y sus palabras no son con sabiduría.
por eso Job abre su boca vanamente, y multiplica palabras sin sabiduría.
Pero si no oyeren, serán pasados a espada, y perecerán sin sabiduría.
¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?
Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, sin importarle el sonido de la trompeta;
¿Quién es el que oscurece el consejo sin conocimiento? Por tanto yo hablaba lo que no entendía; cosas muy maravillosas para mí, que yo no sabía.
no sea que desgarren mi alma cual león, despedazándola, sin que haya quien libre.
si di mal pago al que estaba en paz conmigo (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo),
«Oración de David» Oye, oh Jehová, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento: Cuya boca ha de ser sujetada con cabestro y con freno, para que no lleguen a ti.
Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa hicieron hoyo para mi alma.
Que venga destrucción sobre él sin darse cuenta, y que la red que él escondió lo prenda; que caiga en esa misma destrucción.
No se alegren de mí los que injustamente son mis enemigos; ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
Porque mis enemigos están vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa:
Porque me han rodeado males sin número; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os despedace, sin que haya quien libre.
Sin delito mío, corren y se aperciben; despierta para ayudarme, y mira.
Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado.
He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
Soy contado con los que descienden a la fosa, soy como hombre sin fuerza;
Habló, y vinieron langostas, y pulgón sin número;
Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde morar.
Él derrama menosprecio sobre los príncipes, y les hace andar errantes, vagabundos y sin camino:
y con palabras de odio me rodearon; Y pelearon contra mí sin causa.
Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; mas yo, meditaré en tus mandamientos.
Todos tus mandamientos son verdad; sin causa me persiguen; ayúdame.
SIN. Príncipes me han perseguido sin causa; mas mi corazón está asombrado de tu palabra.
Si dijeren: Ven con nosotros, pongamos asechanzas para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente;
Mas el que me oyere, habitará confiadamente, y vivirá reposado, sin temor del mal.
No pleitees con alguno sin razón, si él no te ha hecho agravio.
¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que su vestidura se queme?
¿Andará el hombre sobre brasas, sin que se quemen sus pies?
Así el que entrare a la esposa de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.
Aunque llegue la mano a la mano, el malo no quedará sin castigo; mas la simiente de los justos escapará.
Sin bueyes el granero está limpio; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
Mejor es lo poco con justicia, que la abundancia de frutos sin derecho.
No es bueno que el alma esté sin conocimiento, y el que se apresura con los pies peca.
El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras no escapará.
El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá.
No seas sin causa testigo contra tu prójimo; y no lisonjees con tus labios.
Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.
Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.
Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.
Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Huye el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un león.
El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse, no será sin culpa.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
Y me volví yo, y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.
Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
Aunque aquél viviere mil años dos veces, sin haber gozado del bien, ¿no van todos a un mismo lugar?
y se halló en ella un hombre pobre, sabio, el cual libró la ciudad con su sabiduría; sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre.
Porque aunque un hombre viviere muchos años, y se alegrase en todos ellos; acuérdese sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.
Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas sin número: