'Su' en la Biblia
mas ellos a su propia sangre espían, y a sus propias almas ponen asechanza.
La sabiduría clama de fuera; en las plazas da su voz;
Comerán, pues, del fruto de su camino, y de sus consejos se hartarán.
Porque el SEÑOR da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
que desampara el príncipe de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios.
Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas van hacia los muertos.
No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR; ni te fatigues de su corrección;
porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino.
Largura de días trae en su mano derecha; en su izquierda riquezas y honra.
Con su ciencia se partieron los abismos, y destilan el rocío los cielos.
Porque el perverso es abominado del SEÑOR; mas su secreto es con los rectos.
Porque no duermen ellos, si no hicieren mal; y pierden su sueño, si no han hecho caer.
Porque son vida a los que las hallan, y medicina a toda su carne.
Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite;
mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos.
Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa;
Como cierva de amores y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor andarás ciego de continuo, sin fijar tus ojos en nadie más.
Sus propias iniquidades prenderán al impío, y con las cuerdas de su pecado será detenido.
El morirá por no haberse sometido al castigo; y por la grandeza de su locura, errará.
prepara en el verano su comida y en el tiempo de la siega recoge su mantenimiento.
perversidades hay en su corazón, anda pensando mal en todo tiempo; enciende rencillas.
Por tanto su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
Seis cosas aborrece el SEÑOR, y aun siete abomina su alma:
No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos;
¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que sus vestidos se quemen?
Así el que entrare a la mujer de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.
No tienen en poco al ladrón, aun cuando hurtare para saciar su alma teniendo hambre;
tomado, paga siete veces; da toda la sustancia de su casa.
Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de corazón; corrompe su alma el que tal hace.
Plaga y vergüenza hallará; y su afrenta nunca será raída.
el cual pasaba por la calle, junto a la esquina de aquella, e iba camino de su casa;
Y traba de él, y lo besa; desvergonzó su rostro, y le dijo:
el saco de dinero llevó en su mano, el día de la fiesta volverá a su casa.
de tal manera que la saeta traspasó su hígado; como el ave que se apresura al lazo, y no sabe que es contra su vida.
Caminos del Seol son su casa, que descienden a las cámaras de la muerte.
¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?
El SEÑOR me poseyó en el principio de su camino, desde entonces, antes de sus obras.
cuando ponía al mar su estatuto, y a las aguas, que no pasaran su mandamiento; cuando señalaba los fundamentos de la tierra;
con él estaba yo ordenándolo todo; y fui su delicia todos los días, teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
Tengo solaz en la redondez de su tierra; y mis solaces son con los hijos de los hombres.
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen, aman la muerte.
La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas;
mató su víctima, templó su vino, y puso su mesa.
Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
El hijo sabio alegra al padre; y el hijo loco es tristeza a su madre.
Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; y el desmayo de los pobres es su pobreza.
La justicia del perfecto enderezará su camino; mas el impío por su impiedad caerá.
La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores en su pecado serán presos.
Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; y la esperanza de los malos perecerá.
El hipócrita con la boca daña a su prójimo; mas los justos son librados con la sabiduría.
El que carece de entendimiento, menosprecia a su prójimo; mas el hombre inteligente calla.
A su alma hace bien el hombre misericordioso; mas el cruel atormenta su carne.
Como la justicia es para vida, así el que sigue el mal es para su muerte.
El que turba su casa heredará viento; y el loco será siervo del sabio de corazón.
La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos.
Según su sabiduría es alabado el hombre; mas el perverso de corazón será menospreciado.
El justo tiene misericordia aun de su bestia; mas la piedad de los impíos es crueldad.
El que labra su tierra, se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y la paga de las manos del hombre le será dada.
El camino del loco es derecho en su opinión; mas el que escucha el consejo es sabio.
El loco al momento da a conocer su ira; mas el que cubre la injuria es cuerdo.
Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR; mas los obradores de la verdad su contentamiento.
El hombre cuerdo encubre su sabiduría; mas el corazón de los locos publica la locura.
El justo hace reflexionar a su prójimo; mas el camino de los impíos les hace errar.
El engañoso ni aun asará su caza; mas el haber del hombre diligente es precioso.
En la vereda de la justicia está la vida; y el camino de su vereda no es muerte.
Del fruto de su boca el hombre comerá bien; mas el alma de los prevaricadores morirá de hambre.
El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Todo hombre cuerdo obra con sabiduría; mas el loco manifestará su locura.
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, madruga a castigarlo.
El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.
La mujer sabia edifica su casa; mas la loca con sus manos la derriba.
El que camina en su rectitud teme al SEÑOR; mas el pervertido en sus caminos lo menosprecia.
La sabiduría del cuerdo es entender su camino; mas la locura de los locos es engaño.
El corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no se entremeterá en su alegría.
Hay camino que al hombre parece derecho; pero su fin es camino de muerte.
El pobre es odioso aun a su amigo; pero muchos son los que aman al rico.
El pecador menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.
La corona de los sabios es su sabiduría; mas lo que distingue a los locos es su locura.
El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
Por su maldad será lanzado el impío; mas el justo en su muerte tiene esperanza.
La benevolencia del rey es para con el siervo entendido; mas su enojo contra el que lo avergüenza.
El loco menosprecia el castigo de su padre; mas el que guarda la corrección, saldrá prudente.
El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR; mas la oración de los rectos es su gozo.
El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre loco menosprecia a su madre.
La locura es alegría al falto de entendimiento; mas el hombre inteligente enderezará su caminar.
El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!
Alborota su casa el codicioso; mas el que aborrece las dádivas vivirá.
El que tiene en poco el castigo, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene corazón entendido.
Todos los caminos del hombre son limpios en su opinión; mas el SEÑOR pesa los espíritus.
El corazón del hombre piensa su camino; mas el SEÑOR endereza sus pasos.
Sentencia divina está en los labios del rey; en juicio no prevaricará su boca.
En la luz del rostro del rey está la vida; y su benevolencia es como nube de lluvia tardía.
El camino de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su camino guarda su alma.
El corazón del sabio hace prudente su boca; y con sus labios aumenta la doctrina.
Hay camino que es derecho al parecer del hombre, mas su salida son caminos de muerte.
El alma del que trabaja, trabaja para sí; porque su boca le constriñe.
El hombre malo lisonjea a su prójimo, y le hace andar por el camino no bueno;
Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
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