'Él' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Gé 27:36
- 2.Gé 27:44-Gé 44:2
- 3.Gé 44:6-Éx 21:35
- 4.Éx 22:3-Levítico 12:7
- 5.Levítico 13:13-Números 20:20
- 6.Números 20:21-Deuteronomio 22:8
- 7.Deuteronomio 22:16-Jueces 3:4
- 8.Jueces 3:10-Jueces 19:18
- 9.Jueces 19:24-1 Samuel 18:16
- 10.1 Samuel 18:17-2 Samuel 9:2
- 11.2 Samuel 9:6-1 Reyes 1:5
- 12.1 Reyes 1:13-1 Reyes 17:17
- 13.1 Reyes 17:19-2 Reyes 5:3
- 14.2 Reyes 5:5-2 Reyes 23:6
- 15.2 Reyes 23:18-2 Crónicas 15:2
- 16.2 Crónicas 15:4-Esdras 8:4
- 17.Esdras 8:5-Job 11:13
- 18.Job 11:16-Job 40:20
- 19.Job 40:23-Salmos 78:38
- 20.Salmos 85:13-Eclesiastés 4:12
- 21.Eclesiastés 4:16-Isaías 53:7
- 22.Isaías 53:9-Ezequiel 4:1
- 23.Ezequiel 4:4-Daniel 6:4
- 24.Daniel 6:5-Zacarías 5:6
- 25.Zacarías 5:8-Mateo 19:17
- 26.Mateo 20:13-Marcos 6:16
- 27.Marcos 6:22-Lucas 4:8
- 28.Lucas 4:13-Lucas 12:48
- 29.Lucas 12:58-Juan 1:18
- 30.Juan 1:29-Juan 12:2
- 31.Juan 12:6-Hechos 13:25
- 32.Hechos 13:28-1 Corintios 15:28
- 33.2 Corintios 1:19-1 Juan 1:9
- 34.1 Juan 1:10-Apocalipsis 22:18
He aquí mi hija virgen, y la concubina de él: yo os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, y no hagáis á este hombre cosa tan infame.
Y él le dijo: Levántate, y vámonos. Mas ella no respondió. Entonces la levantó el varón, y echándola sobre su asno, levantóse y fuése á su lugar.
Porque los hijos de Israel subieron, y lloraron delante de Jehová hasta la tarde, y consultaron con Jehová, diciendo: ¿Tornaré á pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y Jehová les respondió: Subid contra él.
Y ACONTECIO en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Beth-lehem de Judá, fué á peregrinar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
Y Booz le dijo á la hora de comer: Allégate aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y sentóse ella junto á los segadores, y él le dió del potaje, y comió hasta que se hartó y le sobró.
Y dijo Noemi á su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado á los vivos la benevolencia que tuvo para con los finados. Díjole después Noemi: Nuestro pariente es aquel varón, y de nuestros redentores es.
¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas mozas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
Te lavarás pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, pasarás á la era; mas no te darás á conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
Y cuando él se acostare, repara tú el lugar donde él se acostará, é irás, y descubrirás los pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Ruth tu sierva: extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; que has hecho mejor tu postrera gracia que la primera, no yendo tras los mancebos, sean pobres ó ricos.
Reposa esta noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa pues hasta la mañana.
Y después que reposó á sus pies hasta la mañana, levantóse, antes que nadie pudiese conocer á otro. Y él dijo: No se sepa que haya venido mujer á la era.
Después le dijo: Llega el lienzo que traes sobre ti, y ten de él. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y púsoselas á cuestas: y vínose ella á la ciudad.
Y BOOZ subió á la puerta y sentóse allí: y he aquí pasaba aquel pariente del cual había Booz hablado, y díjole: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino, y sentóse.
Entonces él tomó diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
Y tenía él dos mujeres; el nombre de la una era Anna, y el nombre de la otra Peninna. Y Peninna tenía hijos, mas Anna no los tenía.
No multipliquéis hablando grandezas, altanerías; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y á él toca el pesar las acciones.
Jehová mata, y él da vida: El hace descender al sepulcro, y hace subir.
Jehová empobrece, y él enriquece: Abate, y ensalza.
El levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso ensalza del estiércol, Para asentarlo con los príncipes; Y hace que tengan por heredad asiento de honra: Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él asentó sobre ellas el mundo.
Y hería con él en la caldera, ó en la olla, ó en el caldero, ó en el pote; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para si. De esta manera hacían á todo Israelita que venía á Silo.
Y si le respondía el varón, Quemen luego el sebo hoy, y después toma tanta como quisieres; él respondía: No, sino ahora la has de dar: de otra manera yo la tomaré por fuerza.
Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová los quería matar.
Jehová llamó á Samuel; y él respondió: Heme aquí.
Y corriendo luego á Eli, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Eli le dijo: Yo no he llamado; vuélvete á acostar. Y él se volvió, y acostóse.
Y Jehová volvió á llamar otra vez á Samuel. Y levantándose Samuel vino á Eli, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve, y acuéstate.
Jehová pues llamó la tercera vez á Samuel. Y él levantándose vino á Eli, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Eli que Jehová llamaba al joven.
Y mostraréle que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos se han envilecido, y él no los ha estorbado.
Llamando pues Eli á Samuel, díjole: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí.
Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que bien le pareciere.
Y Samuel creció, y Jehová fué con él, y no dejó caer á tierra ninguna de sus palabras.
Dijo pues aquel hombre á Eli: Yo vengo de la batalla, yo he escapado hoy del combate. Y él dijo: ¿Qué ha acontecido, hijo mío?
Y aconteció que como él hizo mención del arca de Dios, Eli cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y quebrósele la cerviz, y murió: porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado á Israel cuarenta años.
Y mirad: si sube por el camino de su término á Beth-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, seremos ciertos que su mano no nos hirió, nos ha sido accidente.
Y habló Samuel á toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis á Jehová, quitad los dioses ajenos y á Astaroth de entre vosotros, y preparad vuestro corazón á Jehová, y á sólo él servid, y os librará de mano de los Filisteos.
Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; del hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del pueblo.
Y él pasó al monte de Ephraim, y de allí á la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.
Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.
Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al alto á comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, por cuanto él haya de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados. Subid pues ahora, porque ahora le ha
Y cuando hubieron descendido de lo alto á la ciudad, él habló con Saúl en el terrado.
Y al otro día madrugaron: y como al apuntar del alba, Samuel llamó á Saúl, que estaba en el terrado; y dijo: Levántate, para que te despache. Levantóse luego Saúl, y salieron fuera ambos, él y Samuel.
Y fué que así como tornó él su hombro para partirse de Samuel, mudóle Dios su corazón; y todas estas señales acaecieron en aquel día.
Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía á encontrarse con él, y el espíritu de Dios lo arrebató, y profetizó entre ellos.
Y un tío de Saúl dijo á él y á su criado: ¿Dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no parecían, fuimos á Samuel.
Preguntaron pues otra vez á Jehová, si había aún de venir allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje.
Y Samuel dijo á todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante á él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: Viva el rey.
Y envió Samuel á todo el pueblo cada uno á su casa. Y Saúl también se fué á su casa en Gabaa, y fueron con él el ejército, el corazón de los cuales Dios había tocado.
Pero los impíos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y tuviéronle en poco, y no le trajeron presente: mas él disimuló.
Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y ellos respondieron: Así es.
Y olvidaron á Jehová su Dios, y él los vendió en la mano de Sísara capitán del ejército de Asor, y en la mano de los Filisteos, y en la mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.
¿No es ahora la siega de los trigos? Yo clamaré á Jehová, y él dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey.
Y algunos de los Hebreos pasaron el Jordán á la tierra de Gad y de Galaad: y Saúl se estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.
Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía á Gilgal, y el pueblo se le desertaba.
Y como él acababa de hacer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl le salió á recibir para saludarle.
Entonces Samuel dijo á Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
Y levantándose Samuel, subió de Gilgal á Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.
Y Saúl estaba en el término de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y el pueblo que estaba con él era como seiscientos hombres.
Y subió Jonathán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y los que caían delante de Jonathán, su paje de armas que iba tras él, los mataba.
Y juntando Saúl todo el pueblo que con él estaba, vinieron hasta el lugar de la batalla: y he aquí que la espada de cada uno era vuelta contra su compañero, y la mortandad era grande.
Y dándole de ello aviso á Saúl, dijéronle: El pueblo peca contra Jehová comiendo con sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una grande piedra.
Ve pues, y hiere á Amalec, y destuiréis en él todo lo que tuviere: y no te apiades de él: mata hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas, camellos y asnos.
Y dijo Saúl al Cineo: Idos, apartaos, y salid de entre los de Amalec, para que no te destruya juntamente con él: pues que tú hiciste misericordia con todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Apartóse pues el Cineo de entre los de Amalec.
Madrugó luego Samuel para ir á encontrar á Saúl por la mañana; y fue dado aviso á Samuel, diciendo: Saúl ha venido al Carmel, y he aquí él se ha levantado un trofeo, y después volviendo, ha pasado y descendido á Gilgal.
Entonces dijo Samuel á Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
Y volviéndose Samuel para irse, él echó mano de la orla de su capa, y desgarróse.
Y él dijo: Yo he pecado: mas ruégote que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel; y vuelve conmigo para que adore á Jehová tu Dios.
Después dijo Samuel: Traedme á Agag rey de Amalec. Y Agag vino á él delicadamente. Y dijo Agag: Ciertamente se pasó la amargura de la muerte.
Hizo pues Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó á Beth-lehem, los ancianos de la ciudad le salieron á recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?
Y él respondió: Sí, vengo á sacrificar á Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él á Isaí y á sus hijos, llamólos al sacrificio.
Y aconteció que como ellos vinieron, él vió á Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.
Hizo luego pasar Isaí á Samma. Y él dijo: Tampoco á éste ha elegido Jehová.
Entonces dijo Samuel á Isaí: ¿Hanse acabado los mozos? Y él respondió: Aun queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel á Isaí: Envía por él, porque no nos asentaremos á la mesa hasta que él venga aquí.
Envió pues por él, é introdújolo; el cual era rubio, de hermoso parecer y de bello aspecto. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, que éste es.
Diga pues nuestro señor á tus siervos que están delante de ti, que busquen alguno que sepa tocar el arpa; para que cuando fuere sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él taña con su mano, y tengas alivio.
Entonces uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto á un hijo de Isaí de Beth-lehem, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová es con él.
Y viniendo David á Saúl, estuvo delante de él: y amólo él mucho, y fué hecho su escudero.
Y cuando el espíritu malo de parte de Dios era sobre Saúl, David tomaba el arpa, y tañía con su mano; y Saúl tenía refrigerio, y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.
El asta de su lanza era como un enjullo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro: é iba su escudero delante de él.
Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos: y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.
Y estando él hablando con ellos, he aquí aquel varón que se ponía en medio de los dos campos, que se llamaba Goliath, el Filisteo de Gath, salió de los escuadrones de los Filisteos, y habló las mismas palabras; las cuales oyó David.
Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? él se adelanta para provocar á Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y hará franca la casa de su padre en Israel.
Entonces habló David á los que junto á él estaban, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere á este Filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque á los escuadrones del Dios viviente?
Y apartándose de él hacia otros, habló lo mismo; y respondiéronle los del pueblo como primero.
Y fueron oídas las palabras que David había dicho, las cuales como refiriesen delante de Saúl, él lo hizo venir.
Y dijo David á Saúl: No desmaye ninguno á causa de él; tu siervo irá y peleará con este Filisteo.
Y dijo Saúl á David: No podrás tú ir contra aquel Filisteo, para pelear con él; porque tú eres mozo, y él un hombre de guerra desde su juventud.
Y salía yo tras él, y heríalo, y librábale de su boca: y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y mataba.
Y añadió David: Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este Filisteo. Y dijo Saúl á David: Ve, y Jehová sea contigo.
Y el Filisteo venía andando y acercándose á David, y su escudero delante de él.
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os entregará en nuestras manos.
Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
Y ASI que él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonathán fué ligada con la de David, y amólo Jonathán como á su alma.
E hicieron alianza Jonathán y David, porque él le amaba como á su alma.
Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré á David en la pared. Y dos veces se apartó de él David.
Mas Saúl se temía de David por cuanto Jehová era con él, y se había apartado de Saúl.
Y David se conducía prudentemente en todos sus negocios, y Jehová era con él.
Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, temíase de él.
Mas todo Israel y Judá amaba á David, porque él salía y entraba delante de ellos.
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- 1.Gé 1:11-Gé 27:36
- 2.Gé 27:44-Gé 44:2
- 3.Gé 44:6-Éx 21:35
- 4.Éx 22:3-Levítico 12:7
- 5.Levítico 13:13-Números 20:20
- 6.Números 20:21-Deuteronomio 22:8
- 7.Deuteronomio 22:16-Jueces 3:4
- 8.Jueces 3:10-Jueces 19:18
- 9.Jueces 19:24-1 Samuel 18:16
- 10.1 Samuel 18:17-2 Samuel 9:2
- 11.2 Samuel 9:6-1 Reyes 1:5
- 12.1 Reyes 1:13-1 Reyes 17:17
- 13.1 Reyes 17:19-2 Reyes 5:3
- 14.2 Reyes 5:5-2 Reyes 23:6
- 15.2 Reyes 23:18-2 Crónicas 15:2
- 16.2 Crónicas 15:4-Esdras 8:4
- 17.Esdras 8:5-Job 11:13
- 18.Job 11:16-Job 40:20
- 19.Job 40:23-Salmos 78:38
- 20.Salmos 85:13-Eclesiastés 4:12
- 21.Eclesiastés 4:16-Isaías 53:7
- 22.Isaías 53:9-Ezequiel 4:1
- 23.Ezequiel 4:4-Daniel 6:4
- 24.Daniel 6:5-Zacarías 5:6
- 25.Zacarías 5:8-Mateo 19:17
- 26.Mateo 20:13-Marcos 6:16
- 27.Marcos 6:22-Lucas 4:8
- 28.Lucas 4:13-Lucas 12:48
- 29.Lucas 12:58-Juan 1:18
- 30.Juan 1:29-Juan 12:2
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