'Él' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Gé 27:36
- 2.Gé 27:44-Gé 44:2
- 3.Gé 44:6-Éx 21:35
- 4.Éx 22:3-Levítico 12:7
- 5.Levítico 13:13-Números 20:20
- 6.Números 20:21-Deuteronomio 22:8
- 7.Deuteronomio 22:16-Jueces 3:4
- 8.Jueces 3:10-Jueces 19:18
- 9.Jueces 19:24-1 Samuel 18:16
- 10.1 Samuel 18:17-2 Samuel 9:2
- 11.2 Samuel 9:6-1 Reyes 1:5
- 12.1 Reyes 1:13-1 Reyes 17:17
- 13.1 Reyes 17:19-2 Reyes 5:3
- 14.2 Reyes 5:5-2 Reyes 23:6
- 15.2 Reyes 23:18-2 Crónicas 15:2
- 16.2 Crónicas 15:4-Esdras 8:4
- 17.Esdras 8:5-Job 11:13
- 18.Job 11:16-Job 40:20
- 19.Job 40:23-Salmos 78:38
- 20.Salmos 85:13-Eclesiastés 4:12
- 21.Eclesiastés 4:16-Isaías 53:7
- 22.Isaías 53:9-Ezequiel 4:1
- 23.Ezequiel 4:4-Daniel 6:4
- 24.Daniel 6:5-Zacarías 5:6
- 25.Zacarías 5:8-Mateo 19:17
- 26.Mateo 20:13-Marcos 6:16
- 27.Marcos 6:22-Lucas 4:8
- 28.Lucas 4:13-Lucas 12:48
- 29.Lucas 12:58-Juan 1:18
- 30.Juan 1:29-Juan 12:2
- 31.Juan 12:6-Hechos 13:25
- 32.Hechos 13:28-1 Corintios 15:28
- 33.2 Corintios 1:19-1 Juan 1:9
- 34.1 Juan 1:10-Apocalipsis 22:18
Y acabada toda tentación, el diablo se fué de él por un tiempo.
Y Jesús volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor,
Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Mas él, pasando por medio de ellos, se fué.
Y Jesús le increpó, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, y no le hizo daño alguno.
Y la fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la comarca.
Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían á él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo.
Y siendo ya de día salió, y se fué á un lugar desierto: y las gentes le buscaban, y vinieron hasta él; y le detenían para que no se apartase de ellos.
Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado.
Y ACONTECIO, que estando él junto al lago de Genezaret, las gentes se agolpaban sobre él para oir la palabra de Dios.
Porque temor le había rodeado, y á todos los que estaban con él, de la presa de los peces que habían tomado;
Entonces, extendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero: sé limpio. Y luego la lepra se fué de él.
Y él le mandó que no lo dijese á nadie: Mas ve, díjole, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza, como mandó Moisés, para testimonio á ellos.
Mas él se apartaba á los desiertos, y oraba.
Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los Fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalem: y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.
Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico; y buscaban meterle, y ponerle delante de él.
Y él les dijo: ¿Podéis hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos?
Y ACONTECIO que pasando él por los sembrados en un sábado segundo del primero, sus discípulos arrancaban espigas, y comían, restregándolas con las manos.
Y respondiendo Jesús les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, qué hizo David cuando tuvo hambre, él, y los que con él estaban;
Cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, y comió, y dió también á los que estaban con él, los cuales no era lícito comer, sino á solos los sacerdotes?
Y aconteció también en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie.
Y mirándolos á todos alrededor, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fué restaurada.
Y toda la gente procuraba tocarle; porque salía de él virtud, y sanaba á todos.
Y alzando él los ojos á sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.
Amad, pués, á vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo: porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Y el siervo de un centurión, al cual tenía él en estima, estaba enfermo y á punto de morir.
Y como oyó hablar de Jesús, envió á él los ancianos de los Judíos, rogándole que viniese y librase á su siervo.
Que ama nuestra nación, y él nos edificó una sinagoga.
Y Jesús fué con ellos. Mas como ya no estuviesen lejos de su casa, envió el centurión amigos á él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado;
Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de él, y vuelto, dijo á las gentes que le seguían: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama Naín, é iban con él muchos de sus discípulos, y gran compañía.
Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor.
Y como los hombres vinieron á él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado á ti, diciendo: ¿Eres tú aquél que había de venir, ó esperaremos á otro?
Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista: mas el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
Mas los Fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él.
Y le rogó uno de los Fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del Fariseo, sentóse á la mesa.
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro.
Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Y ACONTECIO después, que él caminaba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,
Ycomo se juntó una grande compañía, y los que estaban en cada ciudad vinieron á él, dijo por una parábola:
Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas á los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Y vinieron á él su madre y hermanos; y no podían llegar á el por causa de la multitud.
Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos á la otra parte del lago. Y partieron.
Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y henchían de agua, y peligraban.
Y llegándose á él, le despertaron, diciendo: Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él increpó al viento y á la tempestad del agua; y cesaron, y fué hecha bonanza.
Y saliendo él á tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.
Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
Entonces toda la multitud de la tierra de los Gadarenos alrededor, le rogaron que se fuese de ellos; porque tenían gran temor. Y él, subiendo en el barco, volvióse.
Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo:
Vuélvete á tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fué, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas habiá hecho Jesús con él.
Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
Entonces, como la mujer vió que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.
Y él dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz.
Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga á decirle: Tu hija es muerta, no des trabajo al Maestro.
Y lloraban todos, y la plañían. Y él dijo: No lloréis; no es muerta, sino que duerme.
Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta.
Mas él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha, levántate.
Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego: y él mando que le diesen de comer.
Y sus padres estaban atónitos; á los cuales él mandó, que á nadie dijesen lo que había sido hecho.
Y como lo entendieron las gentes, le siguieron; y él las recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba á los que tenían necesidad de cura.
Y aconteció que estando él solo orando, estaban con él los discípulos; y les preguntó diciendo: ¿Quién dicen las gentes que soy?
Mas él, conminándolos, mandó que á nadie dijesen esto;
Porque ¿qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y sé pierda él á sí mismo, ó corra peligro de sí?
Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Y Pedro y los que estaban con él, estaban cargados de sueño: y como despertaron, vieron su majestad, y á aquellos dos varones que estaban con él.
Y aconteció, que apartándose ellos de él, Pedro dice á Jesús: Maestro, bien es que nos quedemos aquí: y hagamos tres pabellones, uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías; no sabiendo lo que se decía.
Y estando él hablando esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor entrando ellos en la nube.
Y vino una voz de la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; á él oid.
Y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole.
Y aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir á Jerusalem.
Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
Y dijo á otro: Sígueme. Y él dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre á mi padre.
Y DESPUÉS de estas cosas, designó el Señor aun otros setenta, los cuales envió de dos en dos delante de sí, á toda ciudad y lugar á donde él había de venir.
Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá á vosotros.
Y él dijo: ¿Qué está escrito de la ley? ¿cómo lees?
Y él respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y á tu prójimo como á ti mismo.
Mas él, queriéndose justificar á sí mismo, dijo á Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Mas un Samaritano que transitaba, viniendo cerca de él, y viéndole, fué movido á misericordia;
Y llegándose, vendó sus heridas, echándo les aceite y vino; y poniéndole sobre su cabalgadura, llevóle al mesón, y cuidó de él.
Y él dijo: El que usó con él de misericordia. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Y aconteció que yendo, entró él en una aldea: y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa.
Y ACONTECIO que estando él orando en un lugar, como acabó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos á orar, como también Juan enseñó á sus discípulos.
Díjoles también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, é irá á él á media noche, y le dirá: Amigo, préstame tres panes,
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo á los que lo pidieren de él?
Y estaba él lanzando un demonio, el cual era mudo: y aconteció que salido fuera el demonio, el mudo habló y las gentes se maravillaron.
Y otros, tentando, pedían de él señal del cielo.
Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
Mas si sobreviniendo otro más fuerte que él, le venciere, le toma todas sus armas en que confiaba, y reparte sus despojos.
Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, habitan allí: y lo postrero del tal hombre es peor que lo primero.
Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Y juntándose las gentes á él, comenzó á decir: Esta generación mala es: señal busca, mas señal no le será dada, sino la señal de Jonás.
Y luego que hubo hablado, rogóle un Fariseo que comiese con él: y entrado Jesús, se sentó á la mesa.
Y él dijo: Ay de vosotros también, doctores de la ley! que cargáis á los hombres con cargas que no pueden llevar; mas vosotros ni aun con un dedo tocáis las cargas.
Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez ó partidor sobre vosotros?
Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos?
En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes.
Mas el que no entendió, é hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque á cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 1:11-Gé 27:36
- 2.Gé 27:44-Gé 44:2
- 3.Gé 44:6-Éx 21:35
- 4.Éx 22:3-Levítico 12:7
- 5.Levítico 13:13-Números 20:20
- 6.Números 20:21-Deuteronomio 22:8
- 7.Deuteronomio 22:16-Jueces 3:4
- 8.Jueces 3:10-Jueces 19:18
- 9.Jueces 19:24-1 Samuel 18:16
- 10.1 Samuel 18:17-2 Samuel 9:2
- 11.2 Samuel 9:6-1 Reyes 1:5
- 12.1 Reyes 1:13-1 Reyes 17:17
- 13.1 Reyes 17:19-2 Reyes 5:3
- 14.2 Reyes 5:5-2 Reyes 23:6
- 15.2 Reyes 23:18-2 Crónicas 15:2
- 16.2 Crónicas 15:4-Esdras 8:4
- 17.Esdras 8:5-Job 11:13
- 18.Job 11:16-Job 40:20
- 19.Job 40:23-Salmos 78:38
- 20.Salmos 85:13-Eclesiastés 4:12
- 21.Eclesiastés 4:16-Isaías 53:7
- 22.Isaías 53:9-Ezequiel 4:1
- 23.Ezequiel 4:4-Daniel 6:4
- 24.Daniel 6:5-Zacarías 5:6
- 25.Zacarías 5:8-Mateo 19:17
- 26.Mateo 20:13-Marcos 6:16
- 27.Marcos 6:22-Lucas 4:8
- 28.Lucas 4:13-Lucas 12:48
- 29.Lucas 12:58-Juan 1:18
- 30.Juan 1:29-Juan 12:2
- 31.Juan 12:6-Hechos 13:25
- 32.Hechos 13:28-1 Corintios 15:28
- 33.2 Corintios 1:19-1 Juan 1:9
- 34.1 Juan 1:10-Apocalipsis 22:18
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (3448)
- LBDA (2313)
- NBLH (2105)
- RV (3756)
- SEV (3436)
- RV1909 (3380)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (238)
- Éxodo (123)
- Levítico (91)
- Números (83)
- Deuteronomio (101)
- Josué (55)
- Jueces (112)
- Rut (13)
- 1 Samuel (148)
- 2 Samuel (135)
- 1 Reyes (153)
- 2 Reyes (162)
- 1 Crónicas (48)
- 2 Crónicas (127)
- Esdras (25)
- Nehemías (33)
- Ester (26)
- Job (139)
- Salmos (139)
- Proverbios (44)
- Eclesiastés (16)
- Cantares (5)
- Isaías (100)
- Jeremías (73)
- Lamentaciones (5)
- Ezequiel (78)
- Daniel (61)
- Oseas (17)
- Joel (5)
- Amós (6)
- Abdías (1)
- Jonás (5)
- Miqueas (8)
- Nahúm (5)
- Habacuc (6)
- Sofonías (3)
- Hageo (1)
- Zacarías (21)
- Malaquías (6)
- Mateo (127)
- Marcos (133)
- Lucas (216)
- Juan (153)
- Hechos (112)
- Romanos (26)
- 1 Corintios (16)
- 2 Corintios (11)
- Gálatas (2)
- Efesios (12)
- Filipenses (4)
- Colosenses (15)
- 1 Tesalonicenses (2)
- 2 Tesalonicenses (3)
- 1 Timoteo (1)
- 2 Timoteo (6)
- Hebreos (20)
- Santiago (8)
- 1 Pedro (8)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (39)
- 2 Juan (1)
- Judas (2)
- Apocalipsis (42)