'Del' en la Biblia

Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)

Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:

Ciertamente Dios rescatará mi vida de la mano del Seol, cuando me tomará. (Selah.)

El Dios de dioses, el SEÑOR, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

Porque mía es toda bestia del monte; millares de animales en los montes.

Conozco todas las aves de los montes, y las fieras del campo están conmigo.

Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.

Allí se sobresaltaron de pavor donde no había pavor; porque Dios descoyuntó los huesos del que asentó campamento contra ti; los avergonzaste, porque Dios los desechó.

a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque echaron sobre mí iniquidad, y con furor me han amenazado.

Me apresuraría a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad.

El enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me devora; (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad.

Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.

porque tú has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.

Solamente, vanidad son los hijos de Adán, mentira los hijos del varón; pesándolos a todos juntos en la balanza, serán menos que la vanidad.

Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.

Escóndeme del secreto consejo de los malignos; de la conspiración de los que obran iniquidad;

Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.

Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.

Destilan sobre las habitaciones del desierto; y los collados se ciñen de alegría.

Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.

la tierra tembló; también destilaron los cielos su lluvia ante la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la cabelluda mollera del que camina en sus pecados.

El Señor dijo: De Basán haré volver, te haré volver de lo profundo del mar:

Bendecid a Dios en las congregaciones; al Señor, vosotros del linaje de Israel.

Sácame del lodo, y no sea yo anegado; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.

Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos con los justos.

Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.

Iré en la valentía del Señor DIOS; haré memoria de tu justicia, de la tuya solamente.

Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.

Juzgará los pobres del pueblo, salvará los hijos del menesteroso, y quebrantará al violento.

Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará las almas de los pobres en espíritu.

Y vivirá, y se le dará del oro de Sabá; y se orará por él continuamente; cada día le echará bendiciones.

Será su Nombre para siempre, delante del sol será propagado su Nombre; y bendecirán en él todos los gentiles; lo llamarán bienaventurado.

Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón.

He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.

Nombrado era, como si lo llevara al cielo, el que metía las hachas en el monte de la madera espesa para el edificio del santuario.

Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; quemaron todos los lugares de ayuntamiento del pueblo de Dios en la tierra.

Tú magullaste las cabezas del leviatán; lo diste por comida al pueblo de los desiertos.

Porque ni de oriente, ni de occidente, ni del desierto solano viene el ensalzamiento.

Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.

Y quebraré todos los cuernos de los pecadores; los cuernos del justo serán ensalzados.

Allí quebró las saetas del arco; el escudo, y la espada, y la guerra. (Selah.)

Ciertamente la ira del hombre te acarreará alabanza; tú reprimirás el resto de las iras.

Y dije: Enfermedad mía es ésta; me acordaré de los años de la diestra del Altísimo,

Abriré mi boca en parábola; hablaré enigmas del tiempo antiguo.

No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.

e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar.

No se acordaron de su mano, del día que los rescató de angustia;

y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.

Entonces despertó el Señor a la manera del que ha dormido, como un valiente que grita a causa del vino:

La estropeó el puerco montés, y la pació la bestia del campo.

Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que corroboraste para ti.

Porque estatuto es de Israel, ordenanza del Dios de Jacob.

En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en el secreto del trueno; te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah.)

Los aborrecedores del SEÑOR se le hubieran sometido; y el tiempo de ellos fuera para siempre.

Y Dios les hubiera sustentado con lo mejor del trigo; y de miel de la piedra te hubiera saciado.

Yo dije: Vosotros sois dioses. Y todos vosotros hijos del Altísimo.

Han dicho: Venid, y cortémoslos de ser pueblo, y no haya más memoria del nombre de Israel.

Dios mío, ponlos como a torbellino; como a hojarascas delante del viento.

Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

Porque tu misericordia es grande sobre mí; y has librado mi alma de lo profundo del Seol.

¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido?

Las misericordias del SEÑOR cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu verdad con mi boca.

Tú dominas sobre la soberbia del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

Acuérdate de cuán corto sea mi tiempo. ¿Por qué creaste sujetos a vanidad a todos los hijos del hombre?

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su alma de la mano del Seol? (Selah.)

Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; oprobio que llevo yo en mi seno de muchos pueblos.

Y sea la hermosura del SEÑOR nuestro Dios sobre nosotros; y enderezca sobre nosotros la obra de nuestras manos, la obra de nuestras manos enderezca.

El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.

Y él te librará del lazo del cazador; de la mortandad que todo asuela.

Sobre el león y el basilisco pisarás; hollarás al cachorro del león, y al dragón.

Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.

Más que sonidos de muchas aguas, más que las fuertes ondas del mar, fuerte es el SEÑOR en lo alto.

Entended, necios del pueblo; y locos, ¿cuándo seréis sabios?

Se ponen en ejército contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente.

Venid, postrémonos y adoremos; arrodillémonos delante del SEÑOR nuestro hacedor.

Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; entonces exultarán todos los árboles del bosque,

delante del SEÑOR que vino; porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.

Los montes se derritieron como cera delante del SEÑOR, delante del Señor de toda la tierra.

Con trompetas y sonido de shofar, jubilad delante del SEÑOR el rey.

delante del SEÑOR; porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Y la fortaleza del Rey, que ama el juicio; tú confirmas la rectitud; tú has hecho en Jacob juicio y justicia.

Temprano cortaré a todos los impíos de la tierra; para talar de la ciudad del SEÑOR a todos los que obraren iniquidad.

Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades.

Porque tus siervos amaron sus piedras, y del polvo de ella tuvieron compasión.

Entonces temerán los gentiles el Nombre del SEÑOR, y todos los reyes de la tierra tu gloria;

para que cuenten en Sion el Nombre del SEÑOR, y su alabanza en Jerusalén,

el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia;

Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

El varón, como la hierba son sus días, florece como la flor del campo,

Mas la misericordia del SEÑOR desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos;

que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;

Abrevan a todas las bestias del campo; quebrantan su sed los asnos salvajes.

El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.

El que hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; sacando el pan de la tierra.

Y el vino que alegra el corazón del hombre; haciendo relumbrar el rostro con el aceite, y el pan que sustenta el corazón del hombre.

Se sacian los árboles del SEÑOR, los cedros del Líbano que él plantó.

Pones las tinieblas, y es la noche; en ella corren todas las bestias del monte.

Hasta la hora que llegó su palabra, el dicho del SEÑOR le purificó.