'Luego' en la Biblia
Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron.
Y ellos, dejando luego el barco y á su padre, le siguieron.
Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.
Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no tenía profundidad de tierra:
Y el que fué sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo.
Mas no tiene raíz en sí, antes es temporal que venida la aflicción ó la persecución por la palabra, luego se ofende.
Y luego Jesús hizo á sus discípulos entrar en el barco, é ir delante de él á la otra parte del lago, entre tanto que él despedía á las gentes.
Mas luego Jesús les habló, diciendo: Confiad, yo soy; no tengáis miedo.
Y luego Jesús, extendiendo la mano, trabó de él, y le dice: Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
Pedro le dice: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos son francos.
Entonces Jesús, teniendo misericordia de ellos, les tocó los ojos, y luego sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.
Diciéndoles: Id á la aldea que está delante de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella: desatad la, y traédme los.
Y si alguno os dijere algo, decid: El Señor los ha menester. Y luego los dejará.
Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.
Y viendo esto los discípulos, maravillados decían: ¿Cómo se secó luego la higuera?
Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Y á éste dió cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno: á cada uno conforme á su facultad; y luego se partió lejos.
Y luego que llegó á Jesús, dijo: Salve, Maestro. Y le besó.
Entonces comienzó á hacer imprecaciones, y á jurar, diciendo: No conozco al hombre. Y el gallo cantó luego.
Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la hinchió de vinagre, y poniéndola en una caña, dábale de beber.
Y luego, subiendo del agua, vió abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma, que descendía sobre él.
Y luego el Espíritu le impele al desierto.
Y luego, dejadas sus redes, le siguieron.
Y luego los llamó: y dejando á su padre Zebedeo en el barco con los jornaleros, fueron en pos de él.
Y entraron en Capernaum; y luego los sábados, entrando en la sinagoga, enseñaba.
Y vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
Y la suegra de Simón estaba acostada con calentura; y le hablaron luego de ella.
Entonces llegando él, la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la calentura, y les servía.
Y cuando fué la tarde, luego que el sol se puso, traían á él todos los que tenían mal, y endemoniados;
Y así que hubo él hablado, la lepra se fué luego de aquél, y fué limpio.
Entonces le apercibió, y despidióle luego,
Y luego se juntaron á él muchos, que ya no cabían ni aun á la puerta; y les predicaba la palabra.
Y conociendo luego Jesús en su espíritu que pensaban así dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
Entonces él se levantó luego, y tomando su lecho, se salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron á Dios, diciendo: Nunca tal hemos visto.
Y otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y luego salió, porque no tenía la tierra profunda:
Y éstos son los de junto al camino: en los que la palabra es sembrada: mas después que la oyeron, luego viene Satanás, y quita la palabra que fué sembrada en sus corazones.
Y asimismo éstos son los que son sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, luego la toman con gozo;
Mas no tienen raíz en sí, antes son temporales, que en levantándose la tribulación ó la persecución por causa de la palabra, luego se escandalizan.
Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;
Y cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada.
Y salido él del barco, luego le salió al encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en la mar; los cuales eran como dos mil; y en la mar se ahogaron.
Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vió, se postró á sus pies,
Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose á la compañía, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Mas luego Jesús, oyendo esta razón que se decía, dijo al príncipe de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Y luego la muchacha se levantó, y andaba; porque tenía doce años. Y se espantaron de grande espanto.
Y luego el rey, enviando uno de la guardia, mandó que fuese traída su cabeza;
Y luego dió priesa á sus discípulos á subir en el barco, é ir delante de él á Bethsaida de la otra parte, entre tanto que él despedía la multitud.
Porque todos le veían, y se turbaron. Mas luego habló con ellos, y les dijo: Alentaos; yo soy, no temáis.
Y saliendo ellos del barco, luego le conocieron.
Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies.
Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
Y luego entrando en el barco con sus discípulos, vino á las partes de Dalmanutha.
Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase; y fué restablecido, y vió de lejos y claramente á todos.
Y luego, como miraron, no vieron más á nadie consigo, sino á Jesús solo.
Y luego toda la gente, viéndole, se espantó, y corriendo á él, le saludaron.
Y se le trajeron: y como le vió, luego el espíritu le desgarraba; y cayendo en tierra, se revolcaba, echando espumarajos.
Y luego el padre del muchacho dijo clamando: Creo, ayuda mi incredulidad.
Y Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda decir mal de mí.
Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha salvado. Y luego cobró la vista, y seguía á Jesús en el camino.
Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo.
Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo ha menester: y luego lo enviará acá.
Luego llamándole el mismo David Señor, ¿de dónde, pues, es su hijo? Y los que eran del común del pueblo le oían de buena gana.
Y luego, aun hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una compañía con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.
Y como vino, se acercó luego á él, y le dice: Maestro, Maestro. Y le besó.
Y LUEGO por la mañana, habiendo tenido consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos, y con los escribas, y con todo el concilio, llevaron á Jesús atado, y le entregaron á Pilato.
Comenzaron luego á saludarle: Salve, Rey de los Judíos!
Y luego fué abierta su boca y su lengua, y habló bendiciendo á Dios.
E inclinándose hacia ella, riñó á la fiebre; y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les servía.
Entonces, extendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero: sé limpio. Y luego la lepra se fué de él.
Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando aquel en que estaba echado, se fué á su casa, glorificando á Dios.
Y ninguno que bebiere del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor.
Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dió con ímpetu, y luego cayó; y fué grande la ruina de aquella casa.
Y los de junto al camino, éstos son los que oyen; y luego viene el diablo, y quita la palabra de su corazón, porque no crean y se salven.
Llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre.
Entonces, como la mujer vió que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.
Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego: y él mando que le diesen de comer.
Y luego que hubo hablado, rogóle un Fariseo que comiese con él: y entrado Jesús, se sentó á la mesa.
Y vosotros semejantes á hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y llamare, luego le abran.
Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así.
Y puso las manos sobre ella; y luego se enderezó, y glorificaba á Dios.
Y respondiendo á ellos dijo: ¿El asno ó el buey de cuál de vosotros caerá en algún pozo, y no lo sacará luego en día de sábado?
¿Y quién de vosotros tiene un siervo que ara ó apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate á la mesa?
Y luego vió, y le seguía, glorificando á Dios: y todo el pueblo como lo vió, dió á Dios alabanza.
Y oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalem, y porque pensaban que luego había de ser manifestado el reino de Dios.
Empero cuando oyereis guerras y sediciones, no os espantéis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero: mas no luego será el fin.
Y Pedro dijo: Hombre, no sé qué dices. Y luego, estando él aún hablando, el gallo cantó.
Y dijeron todos: ¿Luego tú eres Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que yo soy.
Dijeron luego los Judíos: En cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿y tú en tres días lo levantarás?
Y luego aquel hombre fué sano, y tomó su lecho, é íbase. Y era sábado aquel día.
Ellos entonces gustaron recibirle en el barco: y luego el barco llegó á la tierra donde iban.
Luego, después de esto, dijo á los discípulos: Vamos á Judea otra vez.
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó á lavar los pies de los discípulos, y á limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Como él pues hubo tomado el bocado, luego salió: y era ya noche.
Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y luego le glorificará.
Y negó Pedro otra vez: y luego el gallo cantó.
Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tu? Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.
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