'También' en la Biblia
- 1.Gé 1:16-Éx 7:11
- 2.Éx 8:18-Números 12:2
- 3.Números 13:28-Jueces 3:31
- 4.Jueces 5:15-1 Reyes 1:46
- 5.1 Reyes 1:48-1 Crónicas 12:18
- 6.1 Crónicas 12:19-Esdras 5:14
- 7.Esdras 6:5-Eclesiastés 1:17
- 8.Eclesiastés 2:1-Jeremías 38:25
- 9.Jeremías 46:14-Zacarías 11:8
- 10.Zacarías 13:2-Lucas 6:14
- 11.Lucas 6:16-Juan 9:40
- 12.Juan 10:15-Hechos 24:15
- 13.Hechos 24:26-1 Corintios 15:18
- 14.1 Corintios 15:21-Filipenses 4:15
- 15.Colosenses 1:6-1 Pedro 3:19
- 16.1 Pedro 4:1-Apocalipsis 17:11
Y también los vasos de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor sacó del templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y sean traídos al templo que está en Jerusalén, a su lugar, y sean puestos en la casa de Dios.
También es dado por mí mandamiento, que cualquiera que altere este decreto, le sea arrancado un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto.
Y les dije: Vosotros estáis consagrados a Jehová, y los vasos también son santos; y la plata y el oro, ofrenda voluntaria a Jehová, Dios de nuestros padres.
También los hijos de los que habían sido llevados cautivos, y que habían venido de la cautividad, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos por expiación; todo el holocausto a Jehová.
Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de los tres días, a los veinte del mes, el cual era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel asunto, y también por causa de la intensa lluvia.
Y junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumista. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho.
Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, príncipe de la mitad de la región de Jerusalén.
También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado se quede dentro de Jerusalén, para que de noche nos sirvan de centinelas, y de día en la obra.
También yo, y mis hermanos, y mis criados, les hemos prestado dinero y grano; absolvámosles ahora de este gravamen.
También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
También continué en la obra de restauración de este muro, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia: y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas sus obras, y también de Noadías profetisa, y de los otros profetas que trataban de intimidarme.
También contaban delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían mis palabras. Y Tobías enviaba cartas para atemorizarme.
Echamos también las suertes, los sacerdotes, los levitas, y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada un año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como está escrito en la ley.
Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, del vino y del aceite, a los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra a los levitas; y que los levitas recibirían los diezmos de nuestras labores en todas las ciudades:
Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, y de Johanán y Jadúa, fueron escritos por cabezas de familias; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa.
Y sacrificaron aquel día grandes víctimas, e hicieron alegrías; porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos.
En aquellos días vi en Judá algunos que pisaban los lagares en sábado, y que acarreaban gavillas, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos, y toda clase de carga, y traían a Jerusalén en día de sábado; y les amonesté acerca del día que vendían el mantenimiento.
También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalén.
Y dije a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.
Sucedió, pues, que como se divulgó el mandamiento del rey y su acuerdo, y siendo reunidas muchas jóvenes en Susán residencia regia, a cargo de Hegai, Esther también fue llevada para la casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres.
También le dio la copia de la escritura del decreto que había sido dado en Susán para que fuesen destruidos, a fin de que la mostrara a Esther y se lo declarase, y le encargara que fuese al rey a suplicarle, y a pedir delante de él por su pueblo.
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susán, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
Y añadió Amán: También la reina Esther a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella preparó, sino a mí; y aun para mañana estoy convidado por ella con el rey.
Y también el segundo día dijo el rey a Esther en el convite del vino: ¿Cuál es tu petición, reina Esther, y se te concederá? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, y te será hecho.
Volvió después el rey del huerto del palacio al aposento del banquete del vino, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Esther. Entonces dijo el rey: ¿Querrá también forzar a la reina estando yo en casa? Y al salir esta palabra de la boca del rey, cubrieron el rostro a Amán.
Y dijo Harbona, uno de los eunucos de delante del rey: He aquí también la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey, está en casa de Amán. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.
Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, a veintitrés del mismo; y se escribió conforme a todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los capitanes y a los príncipes de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.
Y respondió Esther: Si place al rey, concédase también mañana a los judíos en Susán, que hagan conforme al decreto de hoy; y que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.
Y los judíos que estaban en Susán, se juntaron también el catorce del mes de Adar, y mataron en Susán a trescientos hombres; mas en el despojo no metieron su mano.
En cuanto a los otros judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y tuvieron reposo de sus enemigos, y mataron de sus contrarios a setenta y cinco mil; mas en el despojo no metieron su mano.
Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satanás.
Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos para presentarse delante de Jehová.
El asunto también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello.
También os arrojáis sobre el huérfano, y caváis un hoyo para vuestro amigo.
También tengo yo entendimiento como vosotros; no soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
o habla a la tierra, y ella te enseñará; los peces del mar también te lo declararán.
Tú también disipas el temor, y menosprecias la oración delante de Dios.
Entre nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu padre.
También yo hablaría como vosotros. Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía, yo podría hilvanar palabras contra vosotros, y sobre vosotros movería mi cabeza.
También encendió contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos.
Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido.
¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?
Entonces la veía Él, y la manifestaba: La preparó y la descubrió también.
Esto también sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al Dios soberano.
Por eso yo también responderé mi parte, también yo declararé mi juicio.
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: Yo también del barro soy formado.
También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,
Ante esto también tiembla mi corazón, y salta de su lugar.
Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y al aguacero torrencial de su fortaleza.
Regando también llega a disipar la densa nube, y con su luz esparce la niebla.
¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?
Y yo también te confesaré que podrá salvarte tu diestra.
Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
Por tanto, mi corazón se alegra, y se goza mi gloria; también mi carne reposará segura.
Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande.
La tierra tembló; también destilaron los cielos a la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
Porque sumergirás tu pie en la sangre de tus enemigos, y en ella también la lengua de tus perros.
Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.
Tuyo es el día, tuya también es la noche; tú estableciste la luna y el sol.
He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Podrá proveer carne para su pueblo?
Por tanto, oyó Jehová, y se indignó: y se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;
Dio también al pulgón sus frutos, y sus trabajos a la langosta.
Entregó también su pueblo a la espada, y se airó contra su heredad.
También el asirio se ha juntado con ellos; han dado la mano a los hijos de Lot. (Selah)
Jehová dará también el bien; y nuestra tierra dará su fruto.
Los cielos celebrarán tus maravillas, oh Jehová; tu fidelidad también en la congregación de los santos.
Tuyos los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
Mi mano será firme con él, mi brazo también lo fortalecerá.
Yo también lo haré mi primogénito, alto sobre los reyes de la tierra.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Jehová reina, se vistió de magnificencia, se vistió Jehová, se ciñó de fortaleza; afirmó también el mundo, para que no sea movido.
Suyo también el mar, pues Él lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca.
Decid entre las naciones: Jehová reina, también afirmó el mundo, no será conmovido: Juzgará a los pueblos en justicia.
También hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, las primicias de toda su fuerza;
Se unieron también a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos.
También le irritaron en las aguas de Meriba; y le fue mal a Moisés por causa de ellos;
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; mas tu siervo meditaba en tus estatutos.
Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
los jóvenes y también las doncellas; los ancianos y los niños.
También yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes es la sabiduría.
El alma liberal será engordada; y el que saciare, él también será saciado.
Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, y con la deshonra, viene la afrenta.
También el que es negligente en su obra, es hermano del hombre disipador.
El que cierra su oído al clamor del pobre; también él clamará, y no será oído.
Para que tu confianza sea en Jehová, te las he hecho saber hoy a ti también.
Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, también a mí se me alegrará el corazón;
Mis entrañas también se alegrarán cuando tus labios hablaren cosas rectas.
También ella, como ladrón, acecha, y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
También estas cosas pertenecen a los sabios. Tener acepción de personas en el juicio no es bueno.
También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá.
No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él.
El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.
Se levantan sus hijos, y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba.
Y di mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.
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