'Una' en la Biblia
- 1.Gé 2:21-Éx 26:10
- 2.Éx 26:11-Números 17:6
- 3.Números 19:2-Rut 1:4
- 4.Rut 1:8-1 Reyes 3:19
- 5.1 Reyes 3:25-2 Crónicas 21:18
- 6.2 Crónicas 26:21-Isaías 19:18
- 7.Isaías 19:23-Ezequiel 40:41
- 8.Ezequiel 40:44-Mateo 18:12
- 9.Mateo 19:5-Lucas 17:2
- 10.Lucas 17:12-Hechos 27:26
- 11.Hechos 28:3-Apocalipsis 11:12
- 12.Apocalipsis 12:1-Apocalipsis 22:2
Así el rey Uzzías fué leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa apartada, leproso, por lo que había sido separado de la casa de Jehová; y Joatham su hijo tuvo cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.
Por lo cual Jehová su Dios lo entregó en manos del rey de los Siros, los cuales le derrotaron, y cogieron de él una grande presa, que llevaron á Damasco. Fué también entregado en manos del rey de Israel, el cual lo batió con gran mortandad.
Y juntóse en Jerusalem mucha gente para celebrar la solemnidad de los ázimos en el mes segundo; una vasta reunión.
Porque una gran multitud del pueblo de Ephraim y Manasés, y de Issachâr y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme á lo que está escrito. Mas Ezechîas oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio á todo aquel que h
En aquel tiempo Ezechîas enfermó de muerte: y oró á Jehová, el cual le respondió, y dióle una señal.
A más de esto puso una imagen de fundición, que hizo, en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios á David y á Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalem, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre:
Rehum canciller, y Simsai secretario, escribieron una carta contra Jerusalem al rey Artajerjes, como se sigue.
Porque los sacerdotes y los Levitas se habían purificado á una; todos fueron limpios: y sacrificaron la pascua por todos los de la transmigración, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos.
Y ahora como por un breve momento fué la misericordia de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un resto libre, y para darnos estaca en el lugar de su santuario, á fin de alumbrar nuestros ojos nuestro Dios, y darnos una poca de vida en nuestra s
Y ORANDO Esdras y confesando, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, juntóse á él una muy grande multitud de Israel, hombres y mujeres y niños; y lloraba el pueblo con gran llanto.
Y estaba junto á él Tobías Ammonita, el cual dijo: Aun lo que ellos edifican, si subiere una zorra derribará su muro de piedra.
Y conspiraron todos á una para venir á combatir á Jerusalem, y á hacerle daño.
Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
Medité lo entonces para conmigo, y reprendí á los principales y á los magistrados, y díjeles: ¿Tomáiscada uno usura de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una grande junta.
Y enviéles mensajeros, diciendo: Yo hago una grande obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir á vosotros.
Envió entonces Sanballat á mí su criado, á decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano,
Y dividiste la mar delante de ellos y pasaron por medio de ella en seco; y á sus perseguidores echaste en los profundos, como una piedra en grandes aguas.
Y le había hecho una grande cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, y el perfume, y los vasos, y el diezmo del grano, y del vino y del aceite, que estaba mandado dar á los Levitas, á los cantores, y á los porteros; y la ofrenda de los sacerdotes.
Y quedáronse fuera de Jerusalem una y dos veces los negociantes, y los que vendían toda especie de mercancía.
Y como llegaba el tiempo de cada una de las mozas para venir al rey Assuero, al cabo de haber estado ya doce meses conforme á la ley acerca de las mujeres (porque así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra, y seis meses
Hízose entonces indagación de la cosa, y fué hallada cierta; por tanto, entrambos fueron colgados en una horca. Y escribióse el caso en el libro de las cosas de los tiempos delante del rey.
Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey saben, que cualquier hombre ó mujer que entra al rey al patio de adentro sin ser llamado, por una sola ley ha de morir: salvo aquel á quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá:
Y díjole Zeres su mujer, y todos sus amigos: Hagan una horca alta de cincuenta codos, y mañana di al rey que cuelguen á Mardochêo en ella; y entra con el rey al banquete alegre. Y plugo la cosa en los ojos de Amán, é hizo preparar la horca.
Y salió Mardochêo de delante del rey con vestido real de cárdeno y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura: y la ciudad de Susán se alegró y regocijó.
Y salió Satán de delante de Jehová, é hirió á Job de una maligna sarna desde la planta de su pie hasta la mollera de su cabeza.
Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.
Vanse entretejiendo sus raíces junto á una fuente, Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.
Si quisiere contender con él, No le podrá responder á una cosa de mil.
Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.
Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.
¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y á una arista seca has de perseguir?
Que sale como una flor y es cortado; Y huye como la sombra, y no permanece.
Vinieron sus ejércitos á una, y trillaron sobre mí su camino, Y asentaron campo en derredor de mi tienda.
Determinarás asimismo una cosa, y serte ha firme; Y sobre tus caminos resplandecerá luz.
Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo.
Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende.
Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;
Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.
Una vez hablé, y no responderé: Aun dos veces, mas no tornaré á hablar.
De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve.
Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.
Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento.
Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una
Y llamó el nombre de la una, Jemimah, y el nombre de la segunda, Cesiah, y el nombre de la tercera, Keren-happuch.
El un día emite palabra al otro día, Y la una noche á la otra noche declara sabiduría.
La posteridad le servirá; Será ella contada por una generación de Jehová.
Una cosa he demandado á Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Ocultaráme en lo reservado de su pabellón; Pondráme en alto sobre una roca.
No me arrebates á una con los malos, Y con los que hacen iniquidad: Los cuales hablan paz con sus prójimos, Y la maldad está en su corazón.
Engrandeced á Jehová conmigo, Y ensalcemos su nombre á una.
Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran: Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
Mas los transgresores fueron todos á una destruídos: La postrimería de los impíos fué talada.
Sean avergonzados y confusos á una Los que buscan mi vida para cortarla: Vuelvan atrás y avergüéncense Los que mi mal desean.
Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.
Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.
Mas yo era ignorante, y no entendía: Era como una bestia acerca de ti.
Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; Han quemado todas las sinagogas de Dios en el tierra.
Envió entre ellos una mistura de moscas que los comían, Y ranas que los destruyeron.
Y echó las gentes de delante de ellos, Y repartióles una herencia con cuerdas; E hizo habitar en sus moradas á las tribus de Israel.
Hiciste venir una vid de Egipto: Echaste las gentes, y plantástela.
En una nada habría yo derribado sus enemigos, Y vuelto mi mano sobre sus adversarios.
Por esto han conspirado de corazón á una, Contra ti han hecho liga;
Hanme rodeado como aguas de continuo; Hanme cercado á una.
Una vez he jurado por mi santidad, Que no mentiré á David.
Porque mil años delante de tus ojos, Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
Ellos perecerán, y tú permanecerás; Y todos ellos como un vestido se envejecerán; Como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados:
El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los cielos como una cortina;
Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche.
Jerusalem, que se ha edificado Como una ciudad que está bien unida entre sí.
Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Caigan los impíos á una en sus redes, Mientras yo pasaré adelante.
Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa:
Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,
Siéntase en una silla á la puerta de su casa, En lo alto de la ciudad,
El camino del perezoso es como seto de espinos: Mas la vereda de los rectos como una calzada.
Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Mejor es se encuentre un hombre con una osa á la cual han robado sus cachorros, Que con un fatuo en su necedad.
El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte: Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia: porque todo es vanidad.
Hay una trabajosa enfermedad que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas de sus dueños para su mal;
He aquí, esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;
Una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y cércala, y edifica contra ella grandes baluartes:
LAS moscas muertas hacen heder y dar mal olor el perfume del perfumista: así una pequeña locura, al estimado por sabiduría y honra.
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; Has preso mi corazón con uno de tus ojos, Con una gargantilla de tu cuello.
Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra que trasciende.
Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; Unica es á su madre, Escogida á la que la engendró. Viéronla las doncellas, y llamáronla bienaventurada; Las reinas y las concubinas, y la alabaron.
Tu ombligo, como una taza redonda, Que no le falta bebida. Tu vientre, como montón de trigo, Cercado de lirios.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte es como la muerte el amor; Duro como el sepulcro el celo: Sus brasas, brasas de fuego, Fuerte llama.
Tenemos una pequeña hermana, Que no tiene pechos: ¿Qué haremos á nuestra hermana Cuando de ella se hablare?
Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, La cual entregó á guardas, Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.
Mas los rebeldes y pecadores á una serán quebrantados, y los que dejan á Jehová serán consumidos.
AHORA cantaré por mi amado el cantar de mi amado á su viña. Tenía mi amado una viña en un recuesto, lugar fértil.
Habíala cercado, y despedregádola, y plantádola de vides escogidas: había edificado en medio de ella una torre, y también asentado un lagar en ella: y esperaba que llevase uvas, y llevó uvas silvestres.
Pues aun quedará en ella una décima parte, y volverá, bien que habrá sido asolada: como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la simiente santa.
Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;
Mandaréle contra una gente fementida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y que lo ponga á ser hollado como lodo de las calles.
Y SALDRA una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán, y que juren por Jehová de los ejércitos: una será llamada la ciudad Herez.
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